sábado, 26 de abril de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO II DOMINGO DE PASCUA CICLO A - 27 ABRIL 2014

QUE POR LA FE TENGA VIDA



PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,42-47

Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117)

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. 
Diga la casa de Aarón:  eterna es su misericordia. 
Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.

Empujaban y empujaban para derribarme,  
pero el Señor me ayudó;  
el Señor es mi fuerza y mi energía,  
él es mi salvación.  
Escuchad: hay cantos de victoria  
en las tiendas de los justos. R.

La piedra que desecharon los arquitectos  
es ahora la piedra angular.  
Es el Señor quien lo ha hecho,  
ha sido un milagro patente.  
Éste es el día en que actuó el Señor: 
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,3-9

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios los custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alégrense de ello, aunque de momento tengan que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de su fe –de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego– llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No han visto a Jesucristo, y lo aman; no lo ven, y creen en él; y se alegran con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.  Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a ustedes.».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.».
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengan, les quedan retenidos.».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.».
Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes.».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.».
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.

COMENTARIO

Se compone de un relato en dos tiempos y de un epílogo o comentario final del autor a todo el Evangelio. El relato arranca al atardecer del mismo día en el que, de madrugada, Pedro y el discípulo amado habían comprobado que el sepulcro de Jesús estaba vacío. El lugar es un espacio cerrado a causa de un miedo al exterior humano. Jesús se hace presente en ese espacio y su presencia comunica paz e infunde alegría a los encerrados. 
Y con la paz y la alegría, el aliento de un envío a imagen y semejanza del envío de Jesús por el Padre.
La segunda parte del texto nos lleva a una problemática distinta, aunque ya insinuada el domingo pasado en Jn. 20, 1-9. "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que creen sin haber visto".
Tomás ha puesto condiciones para poder creer que Jesús está vivo. De nuevo se hace Jesús presente comunicando paz, e inmediatamente se dirige al hombre que había puesto condiciones. Jesús no le reprocha su actitud, pero declara superior la exhibida por el discípulo amado en Jn. 20, 8: sin haberle visto a él, ha creído, sin embargo, que él estaba vivo.
Por un lado Juan pone de manifiesto que la convivencia física con Jesús no es criterio suficiente para entender a Jesús en profundidad. Por otro, adelanta que esta inteligencia de Jesús puede darse en los que no han convivido físicamente con El. Juan no niega ni minusvalora el papel de los testigos oculares o más en concreto, de los Doce. Sencillamente, rompe una lanza en favor de los que no han convivido con Jesús. Se trata de una problemática fundamental vivida intensamente en las primeras comunidades cristianas. Exponentes de la misma son el libro de los Hechos y las Cartas de Pablo. El texto de este domingo nos proporciona la gran alegría de saber que hoy podemos entender a Jesús incluso mejor que los que convivieron con El. Estamos realmente en el tiempo pascual
Los dos últimos versículos no se refieren sólo al relato de hoy, sino que tienen en cuenta la totalidad de la obra. Los interlocutores son el autor y sus lectores. El autor se dirige directa y explícitamente a los lectores, nosotros por ejemplo. Les -nos- habla de su labor de selección y del móvil que le ha llevado a escribir.

PLEGARIA UNIVERSAL.

Presentamos a Jesús Resucitado, Señor de la misericordia, nuestras oraciones con toda confianza diciendo: Escucha, Señor y ten piedad.

1.- Por los dos papas Juan XXIII y Juan Pablo II que son canonizados hoy para que nos ayuden a vivir la buena nueva de la resurrección del Señor. Escucha, Señor y ten piedad.

2.- Por el Papa Francisco, por nuestros evangelizadores, pastores y laicos, para que sigan evangelizando al mundo con la alegría de la Pascua. Escucha, Señor y ten piedad.

3.- Por los gobernantes,, para que también sean sembradores de la paz, de fraternidad y de justicia en nuestros pueblos. Escucha, Señor y ten piedad.
4.- Por aquellos que, en la Iglesia y en la sociedad, hoy más que nunca necesitamos de la misericordia divina, para que la experimentemos con abundancia, en Cristo muerto y Resucitado. Escucha, Señor y ten piedad.

5.- Por todos nosotros, que hemos venido a celebrar la Eucaristía, para que pongamos en las manos del Señor misericordioso, nuestras necesidades y sufrimientos. Escucha, Señor y ten piedad.

Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 28: Hch 4, 23-31; Sal 2; Jn 3, 1-8. Lima, Cajamarca, Trujillo, Chiclayo y Huaraz: Santo Toribio de Mogrovejo (S) Is 6, 1-8; Sal 116; 1Co 4, 1-5; Mt 28, 16-20.
Martes 29: Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora de la Iglesia (MO) Hch 4, 32-37; Sal 92; Jn 3, 5ª.7b-15.
Miércoles 30: Hch 5, 17-26; Sal 33; Jn  3, 16-21.
Jueves 01: Hch 5, 27-33; Sal 33; Jn 3, 31-36. Se puede celebrar la memoria de San José Obrero Gn 1, 26—2, 3 o Col 3, 14-15.17.23-24; Sal 89; Mt 13, 54-58.
Viernes 02: San Atanasio, Obispo y Doctor  (MO) Hch 5, 34-42; Sal 26; Jn 6, 1-15.
Sábado 03: La Veneración de la Santa Cruz (F) Ga 6, 14-18; Sal 117; Jn 12, 31-36ª.

Domingo: Domingo III de Pascua Hch 2, 14.22-23; Sal  15; 1P 1,  17-21; Lc  23, 13-34.

sábado, 19 de abril de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO DE RESURRECCION CICLO A - 20 ABRIL 2014

EL NACIMIENTO DE NUESTRA FE
  


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117)
    Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo

Den gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. 
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.

La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir,
viviré para contar las hazañas del SeñorR.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular. 
Es el Señor quien lo ha hecho, 
ha sido un milagro patenteR.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4

Ya que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque han muerto, y su vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también ustedes aparecerán, juntamente con él, en gloria.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 20,1-9

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

COMENTARIO

Los cuatro evangelistas, que a menudo se muestran tan diferentes entre sí, empiezan de la misma forma su ultimo  capitulo, el de la resurrección: “El primer día de la semana”. En el amanecer de aquel primer día nace la fe pascual, nuestra fe. Al principio fue tan solo una conmoción en la sombra (“Aunque estaba oscuro”, indica Juan, el evangelista preciso y buscador de símbolos), luego una agitación de amor, Juan el “discípulo preferido de Jesús”, se preocupa de subrayar debidamente la presencia de otra preferida, María de Magdala; a fe y el amor están estrechamente ligados entre sí. Al llegar al final de los cuatro evangelios, si hay algo claro para  nosotros es precisamente la certeza de que toda nuestra vida se basa en ese binomio fe-amor.
María ve la losa quitada, corre a avisar a Pedro y a Juan y les dice algo tan terrible a propósito de Jesús que la idea de muerte se hace aún más pesada: “No sé donde lo han puesto”. No piensa más que en un cadáver, en un objeto. Tan cerca de lo que va a ser nuestra fe, todavía nos encontramos ante un abismo infranqueable. Pero Pedro y Juan van corriendo y descubren los primeros signos de “otra cosa”: el sepulcro vacío, el sudario y las vendas cuidadosamente enrolladas. ¡Es el choc! Pedro sigue todavía perplejo (“Asombrado”, dirá Lucas siempre mesurado).
Mas intuitivo que Pedro, Juan da el inmenso paso de la fe: “Vio y creyó”. El evangelista insiste en este fantástico “creyó” que en adelante va a separar dos mundos, el de antes y el de después de la resurrección: “Hasta entonces no habían entendido lo que dice la Escritura que tenia que rescatar de la muerte”. El evangelista dice de sí mismo: “Vio y creyó”, y contará que María dijo: “He visto”. Luego los discípulos “ven” y finalmente Tomás vio y creyó. Pero el resucitado proclama entonces la gran bienaventuranza: “Dichosos los que creen sin haber visto”. La fe no es una meditación sobre Dios, sino un don de Dios que nos abre a los primeros creyentes vieron y comprendieron; el sepulcro vacío, las apariciones de Jesús resucitado, el testimonio de la escritura.
La mayor parte de nosotros hemos recibido fácilmente  la fe y nos hemos quedado en la facilidad pasiva. “Desde luego yo soy cristiano y hasta practicante”.
Pero el aire que respiramos es mortal para nuestra creencia y nuestras prácticas. En un clima de lucro y de consumo, en la agresión permanente de los científicos, de los  psicólogos y de los medios de comunicación social, creer en la resurrección exige un cultivo de la fe. Muchos padres se desalientan por el abandono de sus hijos y preguntan como pueden transmitirles mejor la fe. La primera respuesta es una cuestión ¿qué fuerza de fe, que inteligencia de la fe tenemos nosotros para transmitírsela a ellos?.
Una reflexión sobre este punto nos infundirá quizás el deseo de conocer mejor la biblia y de seguir la puesta al día de la fe en las enseñanzas de la iglesia.
 Esa fe sigue siendo ciertamente  la fe de la mañana de pascua, pero no cesa de enriquecerse con las formas de vivirla en cultura diferentes.
No basta con cantar: “¡Cristo ha resucitado!”, es preciso advertir todas las consecuencias que esto lleva consigo en el mundo entero y en nuestra propia vida.

PLEGARIA UNIVERSAL.

La alegría de esta mañana, se hace eterna en cada domingo. Presentemos al Padre por medio de su Hijo Jesucristo nuestras oraciones. Repitamos: Haznos partícipes de tu resurrección.

1.- Por el Papa, los obispos sacerdotes y el pueblo fiel para que la alegría de este día que se alargara durante la Pascua sea fermento para convertir su vida a Dios. : Haznos partícipes de tu resurrección.

2.-  Por las naciones de la tierra para que reciban la alegría de la resurrección y llegue a todos la paz y la reconciliación de los pueblos. : Haznos partícipes de tu resurrección.

3.- Por los enfermos, necesitados, oprimidos para que Cristo abra sus vidas y recobren la salud y la alegría de la resurrección. : Haznos partícipes de tu resurrección.

4.- Por las familias, para que la celebración de la resurrección de Cristo cada domingo revierta en una mayor santidad de sus miembros y una armonía en el hogar. : Haznos partícipes de tu resurrección.

5.- Por todos nosotros para que vivamos cada día, iluminados por la visión del sepulcro vacío. : Haznos partícipes de tu resurrección.

Padre que has resucitado a tu Hijo, haznos dóciles a su voz y así podamos también un día resucitar con El a la vida que no acaba. Te lo pedimos por tu Hijo nuestro Señor. Amen.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 21: Hch 2, 14.22-23; Sal  15; Mt 28, 8-15.
Martes 22: Hch 2, 36-41; Sal   32; Jn  20, 11-18.
Miercoles 23: Hch 3, 1-10; sal 104; Lc 24, 13-35.
Jueves 24: Hch 3,   11-26;  Sal  8;  Lc 24, 35-48.
Viernes 25: Hch  4, 1-12;  Sal 117;  Jn 21, 1-14.
Sábado 26: Hch 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15.
Domingo 27: Domingo II de Pascua o de la Divina Misericordia. Hch 2, 42-47; Sal 117; 1P 1, 3-9; Jn 20, 19-31.

sábado, 12 de abril de 2014

SEMANA SANTA EN LAS PARROQUIAS SANTA ROSA DE LIMA DE TALARA Y SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS DE LOBITOS

PARROQUIA SANTA ROSA DE LIMA – TALARA

PARROQUIA SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - LOBITOS

SEMANA SANTA  2014
  


¡VEN A DESCANSAR EN DIOS POR UN MOMENTO!

TE INVITAMOS A PARTICIPAR DE UNA VERDADERA

FIESTA DE RENOVACIÓN INTERIOR, PARA HACER DE NUESTRA VIDA UNA OFRENDA AGRADABLE A DIOS.


PRESENTACIÓN

Todos los que conforman la Comunidad Cristiana de la Parroquia Santa Rosa de Lima de Talara y Sagrado Corazón Jesús de Lobitos, vivirán intensamente esta Semana Santa.
La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
Hemos preparado un pequeño programa de las celebraciones de nuestra Semana Santa para las dos parroquias y junto a ella la Comunidad Católica de San Pedro. Te invitamos a celebrar juntos estas fiestas pascuales.

Pbro. Roland Castro Juárez
PÁRROCO

PROGRAMA

DOMINGO DE RAMOS 13  DE ABRIL
Bendición de las Palmas, Escenificación y procesión  hacia el Templo Parroquial.



Santa Rosa: 7.00 a.m.
Responsables: Neocatecúmenos
Lugar: Patio del colegio Secundario

Lobitos: 7.30 a.m.
Lugar: Plaza de Armas

San Pedro: 9.00 a.m.
Lugar: Plaza principal

Santa Rosa: 11.00 a.m.
Responsable: IEP Santa Rosa
Lugar: Patio del colegio primario

Santa Rosa: 7.00 p.m.
Responsable: Bodas de Cana - Jóvenes

LUNES SANTO 14  DE ABRIL


San Pedro: 5.00 p.m.
Santa Rosa: 7.00 p.m.
Responsable:       Ministros de la Comunión

MARTES SANTO 15 DE ABRIL


Misa Crisma el la Basílica Catedral de Piura : 10.00 a.m.

San Pedro: 5.00 p.m.
Santa Rosa: 7.00 p.m.
Responsable: M.R.P. Juan XXIII

MIERCOLES SANTO 16 DE ABRIL


San Pedro: 5.00 p.m.
Santa Rosa: 7.00 p.m.
Responsable:       Neocatecúmenos

Limpieza de los templos con Participación de los grupos y gente de buena voluntad

JUEVES SANTO 17 DE ABRIL
 MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR
“Día de la Eucaristía, del Sacerdocio y del amor”
Actos Celebratorios:Traslado del Santísimo, Lavatorio de los pies, Eucaristia Traslado al Monumento; Adoración del Santísimo. 


Lobitos: 5.00 p.m.
San Pedro: 5.00 p.m.
Santa Rosa: 7.00 p.m.
Responsable:       Ministros/Adoradoras/
Grupo de apoyo  Neocatecúmenos

VIGILIA DE ADORACIÓN EN SANTA ROSA:

20.30 a 21.00      Catequesis en Familia/Vocaciones
21.00 a 22.00      Divino Niño / Divina Misericordia
22.00 a 23.00      Camino Neocatecumenado
23.00 a 00.00      Marianas/Lectores
00.00 a 01.00      M.R.P. Juan XXIII
01.00 a 02.00      Bodas de Cana
02.00 a 03.00      Colegio/Pastoral de Salud
03.00 a 04.00      Liturgia/Acólitos
04.00 a 05.00      Ministros/Adoradoras

VIERNES 18  DE ABRIL  -  VIERNES SANTO
CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
Oración Universal, Adoración de la Santa Cruz, Comunión.


6.00 a.m.: VIA CRUCIS
Responsable:  M.R.P. Juan XXIII

PRIMERA A SÉTIMA ESTACION: Sede Parroquial Santa Rosa

OCTAVA A DECIMACUARTA ESTACION: Capilla de San Pedro

Cada sector marcará sus estaciones del Via Crucis.

TARDE

Lobitos 4.00 p.m.:
San Pedro: 5.00 p.m.
Santa Rosa: 5.45  p.m.: Descendimiento de la cruz    
Lugar: Patio de la Parroquia

Santa Rosa: 6.00 p.m.
Procesión del Santo Sepulcro y de la Virgen Dolorosa

No te olvides de traer tu colecta para Tierra Santa

CUADRILLAS DE HOMBRES Y MUJERES PARA LA PROCESION

SABADO DE VIGILIA PASCUAL - 19 DE ABRIL
SOLEMNE CELEBRACIÓN DE LA VIGILIA PASCUAL.
Liturgia de la Luz – Liturgia de la Palabra – Liturgia Bautismal – Liturgia Eucarística.
Traer una velita y agua para bendecirla
Lugar:        patio colegio primario  


6.45 p.m. Lobitos
7.00 p.m. San Pedro
9.00 p.m.   Santa Rosa

DOMINGO DE RESURRECCION - 20 DE ABRIL
SOLEMNE CELEBRACIÓN DE PASCUA EN LA RESURRECCIÓN DEL  SEÑOR.


Santa Rosa: 07.30 a.m.
Lobitos: 07.30 a.m.
San Pedro: 9.30 a.m.
Santa Rosa: 11.00 a.m.

Santa Rosa: 7.00 p.m.

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO DE RAMOS CICLO A - 13 ABRIL 2014

ºESCUCHAR Y VIVIR LA PASION


 PRIMERA LECTURA

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 1-11

Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó dos discípulos, diciéndoles:
-«Id a la aldea de enfrente, encontraréis en seguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédrnelos. Si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto.».
Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: «Digan  a la hija de Sión: "Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila".».
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba:
-«¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!»
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada: -«¿Quién es éste?»
La gente que venía con él decía: -«Es Jesús, el Profeta de Nazaret de Galilea.»

ORACION COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, tu quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano, el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad, concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 50,4-7

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 21)

   Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí, hacen visajes,
menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere.» R.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R.

Se reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos; 
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

Contaré tu fama a mis hermanos, 
en medio de la asamblea te alabaré. 
Fieles del Señor, alábenlo; 
linaje de Jacob, glorifíquenlo; 
témanlo, linaje de Israel. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2,6-11

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de  Dios Padre.

EVANGELIO

Escuchemos atentamente el santo evangelio según  San Mateo 26, 14-27, 66

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 26, 14-27, 66

¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?

C. En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
S. -«¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
C. Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua?

C. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
S. -«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
C. Él contestó
+ -«Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
C. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.

Uno de vosotros me va a entregar

C. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
+ -«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
C. Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
S. -«¿Soy yo acaso, Señor?»
C. Él respondió:
+ -«El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido. »
C. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S. -«¿Soy yo acaso, Maestro?»
C. Él respondió:
+ -«Tú lo has dicho.»

Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre

C. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
+ -«Tornad, comed: esto es mi cuerpo.»
C.. Y, cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
+ -«Bebed todos; porque ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos para el perdón de los pecados. Y os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre. »
C. Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos.

Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño

C. Entonces Jesús les dijo:
+ -«Esta noche vais a caer todos por mi causa, porque está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño." Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.»
C. Pedro replicó:
S. -«Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré.»
C. Jesús le dijo:
+ -«Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. »
C . Pedro le replicó:
S. -«Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. »
C . Y lo mismo decían los demás discípulos.

Empezó a entristecerse y a angustiarse  

C. Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
+ -«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
C. Y, llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse.
Entonces dijo:
+ -«Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad conmigo.»
C. Y, adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
+ -«Padre mío, si es posible, que pase y se aleje de mí ese cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.»
C. Y se acercó a los discípulos y los encontró dormidos.
Dijo a Pedro:
+ -«¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil. »
C. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
+ -«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.»
C. Y, viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba, repitiendo las mismas palabras.
Luego se acercó a sus discípulos y les dijo:
+ -«Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.»

Echaron mano a Jesús para detenerlo

C. Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
S. -«Al que yo bese, ése es; detenedlo.»
C. Después se acercó a Jesús y le dijo:
S. -«¡Salve, Maestro!»
C. Y lo besó. Pero Jesús le contestó:
+ -«Amigo, ¿a qué vienes?»
C. Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote.
Jesús le dijo:
+ -«Envaina la espada; quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura, que dice que esto tiene que pasar.»
C. Entonces dijo Jesús a la gente:
+ -«¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis.»
C. Todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso

C. Los que detuvieron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los escribas y los ancianos. Pedro lo seguía de lejos, hasta el palacio del sumo sacerdote, y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos, que dijeron:
S. -«Éste ha dicho: "Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días."»
C. El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo:
S. -«¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?»
C. Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
S. -«Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.»
C. Jesús le respondió:
+ -«Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: Desde ahora veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo.»
C. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
S. -«Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?»
C. Y ellos contestaron:
S. -«Es reo de muerte.»
C. Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon, diciendo:
S. -«Haz de profeta, Mesías; ¿quién te ha pegado?»

Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces

C. Pedro estaba sentado fuera en el patio, y se le acercó una criada y le dijo:
S. -«También tú andabas con Jesús el Galileo.»
C. Él lo negó delante de todos, diciendo:
S. -«No sé qué quieres decir.»
C. Y, al salir al portal, lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
S. -«Éste andaba con Jesús el Nazareno.»
C. Otra vez negó él con juramento:
S. -«No conozco a ese hombre.»
C. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro:
S. -«Seguro; tú también eres de ellos, te delata tu acento.»
C. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar, diciendo:
S. -«No conozco a ese hombre.»
C. Y en seguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.» Y, saliendo afuera, lloró amargamente.

Entregaron a Jesús a Pilato, el gobernador

C. Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador.

No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre

C. Entonces Judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos, diciendo:
S. -«He pecado, he entregado a la muerte a un inocente.»
C. Pero ellos dijeron:
S. -«¿A nosotros qué? ¡Allá tú!»
C. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sumos sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
S. -«No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre.»
C. Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de Sangre». Así se cumplió lo escrito por Jeremías, el profeta:
«Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor.»

¿Eres tú el rey de los judíos?

C. Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:
S. -«¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús respondió:
+ -«Tú lo dices.»
C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:
S. -«¿No oyes cuántos cargos presentan contra fi?»
C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Había entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
S. -«¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías? »
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir: 

S. -«No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.»
C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador preguntó:
S. -«¿A cuál de los dos queréis que os suelte?»
C. Ellos dijeron:
S. -«A Barrabás. »
C . Pilato les preguntó:
S. -«¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?»
C. Contestaron todos:
S. -«Que lo crucifiquen.»
C. Pilato insistió:
S. -«Pues, ¿qué mal ha hecho?»
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
S. -«¡Que lo crucifiquen!»
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia de la multitud, diciendo:
S. -«Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!»
C. Y el pueblo entero contestó:
S. -«¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

¡Salve, rey de los judíos!

C. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él, diciendo:
S. -«¡Salve, rey de los judíos!»
C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

Crucificaron con él a dos bandidos

C. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz

C. Los que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza:
S. -«Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.»
C. Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
S. -«A otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?»
C. Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

Elí, Elí, lamá sabaktaní

C. Desde el mediodía hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó:
+ -«Elí, Elí, lamá sabaktaní.»
C. (Es decir:
+ -«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)
C. Al oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron:
S. -«A Elías llama éste.»
C. Uno de ellos fue corriendo; en seguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio a beber.
Los demás decían:
S. -«Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.»
C. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa.
C. Entonces, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a muchos.
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:
S. -«Realmente éste era Hijo de Dios.»
C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.
C. Entonces, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a muchos.
El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:
S. -«Realmente éste era Hijo de Dios.»
C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.

José puso el cuerpo de Jesús en el sepulcro nuevo

C. Al anochecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.
María Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro.

Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis

C. A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. -«Señor, nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: "A los tres días resucitaré." Por eso, da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos." La última impostura sería peor que la primera.»
C. Pilato contestó:
S. -«Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis. »
C. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.

COMENTARIO

Vamos a escuchar de nuevo los relatos de la pasión y los vamos a leer una vez más, es la mejor de las meditaciones para los días de la semana santa. Tenemos cuatro relatos y podemos alimentar nuestra  fe y nuestro amor con diferentes contemplaciones: Mateo (ciclo A), Marcos (Ciclo B) Lucas (Ciclo C), Juan para el viernes santo de cada año
El relato de la pasión según Mateo recoge y amplía el de Marcos. Nos limitaremos a señalar algunas características y matices. Leemos la última parte del "acta del martirio": proceso civil y ejecución.
Mateo da a la redacción un sentido más expresivamente teológico. Con cierto regusto sacral, casi litúrgico. A través de su constante a textos de la Escritura, se transparenta el cumplimiento de las profecías. En el momento culminante del proceso, acentúa la responsabilidad del pueblo de la alianza: v 25. Palabras desnudas y dolorosas, que hay que leer con serena comprensión. No fue todo el pueblo judío el responsable directo de la muerte de Jesús, sino unos cuantos dirigentes corrompidos. Un puñado de hombres sobornados, de gente mal informada. Con la colaboración servil de Pilatos. De la triste escena hace Mateo un signo. El antiguo pueblo de la elección pierde el privilegio de su «herencia» teológica, que pasará al nuevo Israel universal.
Se    realiza el  drama  alegorizado en la parábola de los viñadores (21,33-46).
La muerte de Cristo, acontecimiento escatológico. Quizá es el acento más característico de Mateo (vv 51-53). La tierra que tiembla y las rocas que se agrietan avisan, en lenguaje apocalíptico, que el mundo antiguo ha llegado a su fin. La resurrección de los muertos anuncia la renovación definitiva del pueblo (Ez 37...). Se ha rasgado el velo del templo. Comienza la nueva y eterna alianza en la sangre purificadora de Jesús (26,28).
«Los que pasaban» (39s) actualizan la tentación del desierto: «Si eres Hijo de Dios...» (cf. Mt 4,3ss). Precisamente porque es el Hijo de Dios ha aceptado la cruz (26,42), y como Hijo de Dios se manifiesta en ella (27,54). Expresión infinita de amor al Padre ( = plegaria de Getsemani). Donación total de sí mismo (= 26,26-28) para la auténtica liberación del hombre (20,28). El evangelista rubrica la historia del Calvario recordando el ejemplo de firmeza de aquellas mujeres (55-56), discípulos y seguidores del Maestro, que desde donde podían miraban (exactamente: «contemplaban») al Crucificado. Insinúa en ellas el ardor con que la espiritualidad cristiana, ya a partir de san Pablo, hará de la cruz uno de los temas predilectos de contemplación religiosa.

PLEGARIA UNIVERSAL.

La Pasión nos recuerda que Jesús nos amó sin medida. A él le pedimos su fuerza para morir a nuestro egoísmo y resucitar a su amor. Repetimos: Señor, muéstranos el camino de la cruz.

1.- Por el Papa Francisco, los obispos y sacerdotes y todos los miembros de la Iglesia para que cargando con su cruz sean testimonio de seguimiento a Cristo para toda la humanidad. Señor, muéstranos el camino de la cruz.

2.- Por los que dirigen los destinos de los pueblos para que no carguen pesadas cruces sobre los hombros de sus súbditos y Dios los ayude a la hora de llevar cada cual la suya: Señor, muéstranos el camino de la cruz.

3.- Por los enfermos, los que sufren la separación de su familia, los que viven solos, los que han perdido la luz de la fe, para que tras el camino del Calvario encuentren la luz de la resurrección. Señor, muéstranos el camino de la cruz.

4.- Por todos los que aprovechan estos días para descansar, para que no descuiden que lo principal de esta semana es morir de una vez al egoísmo y la autocomplacencia. Señor, muéstranos el camino de la cruz.

5.- Por todos nosotros, reunidos en este domingo de Ramos que la semana santa que iniciamos nos haga crecer en la fe, la esperanza y el amor. Señor, muéstranos el camino de la cruz.

Padre, haz que este pueblo que se ha preparado con privaciones, viva con ardor y pasión esta semana que hoy comienza. Te pedimos por El que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 14:  Is  42, 1-7; Sal 26; Jn 12, 1-11.
Martes 15:   Is 49, 1-6; Sal 70; Jn 13, 21-33. 36-38.
Miércoles 16:  Is 50, 4-9ª; Sal 68; Mt  26, 14-25.
Jueves 17:   Ex 12, 1-8.11-14; Sal 115; 1Co 11, 23-26; Jn 13, 1-15.
Viernes 18:   Celebración de la Pasión del Señor Is 52, 13—53,12; Sal 30; Hb 4, 14-16; 5, 7-9; Jn 18, 1—19, 42.
Sábado 19:   Gn 1, 1—2,2; ( o  más breve Gn 1, 1. 26-31ª); Sal 103 ( o bien Sal 32) Gn 22, 1-18; ( o mas breve Gn 22, 1-2.9ª.10-13.15-18); Sal 15; Ex 14, 15—15, 1; Salmo Ex 15, 1-2.3-4.5-6.17-18; Is 54, 5-14; Sal 29; Is 55, 1-11; Salmo: Is 12, 2-3.4.5-6; Ba 3, 9-15. 32—4,4; Sal 18, 8. 9.10.11; Ez 36, 16-28; Sal 41, 3. 5bcd, 42, 3.4; (o bien Sal 50); Rm 6, 3-11; Sal 117; Evangelio Mt 28, 1-10.
Domingo 20: de Pascua de la Resurrección del Señor  Hch 10, 34ª.37-43; Sal 117; Col 3, 1-4; (o bien 1Co 5, 6b-8); Jn 20, 1-9.