viernes, 30 de septiembre de 2016

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 02 OCTUBRE 2016

¡SI TUVIERAN FE....!.


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Habacuc 1,2-3;2,2-4

¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches?. ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves?. ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas?.
El Señor me respondió así: «Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse. El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe.».

SALMO RESPONSORIAL (94)

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».

Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R.

Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba  y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1,6-8.13-14

Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús. Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,5-10

En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.».
El Señor contestó: «Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el mar." Y les obedecería. Supongan que un criado suyo trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de ustedes le dice: "En seguida, ven y ponte a la mesa"?. ¿No le dirán: "Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras cómo y bebo, y después comerás y beberás tú"?. ¿Tengan que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado?. Lo mismo ustedes: Cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: "Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer."».

PLEGARIA UNIVERSAL

Fe y humildad son las recetas de hoy. Y de ambas andamos muy limitados. Por eso, levemos nuestra oración al Padre, suplicándole que nos ayude a crecer en ambas direcciones: R.- Aumenta, Señor, nuestra Fe y nuestra humildad.

1.- Por la Iglesia, para que sin descanso sea portadora de la Buena Noticia, añadiendo nuevos miembros a la familia de Dios. Aumenta, Señor, nuestra Fe y nuestra humildad.

2.- Por las naciones del mundo entero,  para que tengan lo necesario para su desarrollo en paz y armonía con el resto de países. Aumenta, Señor, nuestra Fe y nuestra humildad.

3.- Por los enfermos, para que en su sufrimiento se vean asistidos por la fuerza de Cristo, que los acompañe de una manera especial. Aumenta, Señor, nuestra Fe y nuestra humildad.

4.- Por todos los que han perdido su fe, para que pidiendo al Señor este don y perseverando en las buenas obras, encuentren de nuevo la llama que les acerque a Dios y a su Iglesia. Aumenta, Señor, nuestra Fe y nuestra humildad.

Padre, atiende estas necesidades y todas aquellas que llevamos en nuestro corazón. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, la oblación que tú has instituido y por estos santos misterios, que celebramos para darte gracias, santifica a los que tú mismo has redimido. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Concédenos, Señor todopoderoso, que de tal manera saciemos nuestro hambre y nuestra sed en estos sacramentos, que nos transformemos en lo que hemos recibido. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

En el c.17 Lucas reúne una serie de dichos de Jesús sobre la vida de la comunidad. En primer lugar, los discípulos piden un "aumento de fe". Es llamativo y hasta consolador el que duden los discípulos, ya que, según Lucas, esto no les aparta del círculo íntimo de Jesús, ni tampoco, por ser discípulos, se ven preservados o dispensados de la lucha por la fe. Sobre el fondo de la incredulidad general, los discípulos también son conquistados por las tinieblas: no tienen la fe viva que descubriría en todo la presencia del Señor. En parecida situación se encuentra muchas veces el creyente de nuestros días.
La mostaza es la más pequeña de las semillas; pero luego llega a ser un gran arbusto (Mt 13,23; Mc 04,31). Se trata aquí de la primera opción, del primer paso para acercarse al reino. El traslado de las montañas es un tema del AT (Is. 49,11; 40,4)   y  describe    la eliminación de todos los obstáculos que se oponen al Reino de Dios, aunque aquí convenga interpretarlo mejor como una hipérbole que ilustra no tanto el poder de la fe cuanto el poder de Dios, que se hace ostensible y real en la debilidad confiada de los discípulos. Maravilla del que confía en Dios.
El contexto, en el que el siervo es verdaderamente útil, muestra lo forzado de la expresión. Pero se aplica bien a los discípulos. No es que Jesús busque una falsa humildad de sus amigos haciéndoles ver que en el reino nadie tiene que considerarse indispensable, sino que, por la gracia de Jesús, porque él quiere que sea así, el creyente entra a formar parte del reino. No hay otros méritos que los de Cristo. La tarea del cristiano es ser consecuente con la fe en Jesús que le capacita para el reino. La fe y el orgullo caminan por  senderos  distintos  (1 lectura).


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 03: Gal.  1,  6-12;   Sal  110;  Lc.  10,   25-37.
Martes 04: Gal.  1,  13-24; Sal  138; Lc. 10,  38-42.
Miércoles 05: Gal. 2, 1-2.7-14; Sal 116;  Lc. 11, 1-4.
Jueves 06: Gal. 3,  1-5;  Lc.1,  69-75;  Lc. 11, 5-13.
Viernes 07: Gal. 3,   7-14; Sal  110;  Lc.  11,  15-26.
Sábado 08: Gal. 3,  22-29;  Sal  104; Lc.  11, 27-28.
Domingo 09: 2Re. 5, 14-17; Sal 97; 2Tim. 2, 8-13; Lc. 17, 11-19.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 17, 5-10
Paralelos: Mt 17, 20  Mt 21, 21  Mc 11, 23

Son muchos los que vienen ante Dios en actitud de "justicia conmutativa". Piensan en un tipo de cambio de comercio. Dios tiene derechos sobre nosotros y eso nos puede imponer unos mandatos. Si los cumplimos mereceremos recibir la recompensa. Conciben la ley como imposición; suponen que el premio corresponde a las acciones realizadas y por eso se sienten dispuestos a exigirle a Dios la "paga".
Frente a esa actitud ha situado el evangelio la postura del "siervo" que recibe el encargo que el señor le ha encomendado. Si obra bien no actúa por la paga; hace simplemente lo que debe. De manera semejante, el verdadero seguidor de Cristo ha descubierto que Dios es el Señor y que merece la pena realizar las obras que nos manda. Por eso, al final del camino, no puede exigirle abiertamente nada. No ha sido más que un pobre siervo; ha hecho aquello que debía.
AMIGO/QUÉ-ES:Para interpretar rectamente esta postura hay que situarla en el trasfondo de una auténtica amistad, de una confianza auténtica y verdadera. Amigo es el que ayuda al otro sin hablar de premio o recompensa. No necesita leyes o mandatos; sabe lo que agrada a su amigo y lo realiza porque cree que merece la pena realizarlo.
Semejante debe ser nuestra actividad respecto a Dios. Descubrimos su voluntad y la cumplimos. No importa en principio el premio o el castigo. Es más, pensamos que Dios no puede ser jamás nuestro deudor, por más que hayamos intentado cumplir hasta el final sus mandatos.
Después de afirmar esto debemos añadir algo muy importante. Dios no está obligado a darnos ningún premio, ni tiene por qué agradecernos ningún servicio. Sin embargo, desde el momento en que es amigo nos suscita la confianza; sabemos que se preocupa de nosotros y podemos confiar en su presencia y en su ayuda. Una vez que hemos hecho lo nuestro y hemos dicho "somos unos pobres siervos", podemos añadir..., "y sin embargo, tenemos un amigo que nos quiere más que todo lo que nosotros podemos imaginar". Por eso estamos seguros en sus manos.
Esto significa que nuestra experiencia religiosa sale del plano de la ley, del mérito y del premio que se exige y entra en un contexto de amor y de confianza. Por amor hacemos lo que es bueno. Confiadamente nos ponemos al final en las manos del misterio que recibe ante nosotros rasgos de un amigo y padre (Dios). No sabemos lo que el amigo vendrá a darnos; pero tenemos una inmensa confianza. Y por eso, cuando hemos hecho lo que estaba en nuestra mano, podemos añadir: "ahora estamos de verdad en buenas manos. En las manos de un amigo que nos quiere. No merecemos nada, pero confiamos en su amor y estamos seguros de que vendrá a concedernos mucho más de todo lo que hubiéramos soñado".
Comentarios A La Biblia Liturgica NT, Edic Marova/Madrid 1976.Pag.1375



El servicio es la actitud que caracteriza al creyente (cf /Mc/10/41-45/Jn/13/12-15). Un servicio humilde, constante, sin desfallecer. Un servicio atento, minucioso. Y, una vez cumplido con esmero, la conciencia de haber hecho sólo aquello que era su obligación. Sin esperar, ni menos exigir, recompensa. Porque no se ha hecho nada especial. Porque sólo se ha cumplido con el propio deber. Tanto en el servicio a Dios como en el servicio al hermano, en que aquél se manifiesta y culmina (cf. 1 Jn 4. 20-21).
Comentarios Biblicos-5 V/Pág. 560



Categóricamente y sin matizaciones, el texto proclama: "Sois unos siervos inútiles". El evangelio entero desmiente el sentido literal de esta afirmación, que precisamente manda a los discípulos adherirse fuertemente a Jesús para poder realizar la misión que él les ha confiado.
Pero aunque no sean "inútiles", los "servidores" de la Palabra, los predicadores del Reino, los segadores enviados al campo del "Dueño de la mies", han de saber que la extensión de esa Palabra, que la venida del Reino son, a un tiempo, resultado de su actividad y de su oración, y fruto del don de Dios. Y ese don es primordial; los discípulos, incitados a la acción, necesitan encontrar la exacta medida de su participación. Marcos trata este problema con la parábola del Sembrador, cuya semilla hace germinar Dios, ya sea que el labrador dormite o se afane (4. 26-29). Lucas lo aborda con una simple frase que no tiene la intención de apartar del esfuerzo, pero que sí recuerda a los discípulos más fervientes cuál es la auténtica naturaleza de la obra que han de llevar a cabo y la colaboración verdaderamente requerida.
Esa frase de cierre viene al final de una breve parábola en la que se perciben las costumbres de una época (aunque la nuestra no sea tan diferente). Leyendo esa realista descripción de un comportamiento corriente, apreciaremos la novedad que Jesús supo poner en su forma de vivir, él que, sin vacilar en ponerse un mandil, se hace siervo de sus discípulos. Siervo en el momento de la última cena (Jn 13. 1-16; Lc 22. 27), y siervo el día de la última venida (Lc 12. 37).
Louis Monloubou, Leer y predicar el evangelio de Lucas, Edit. Sal Terrae Santander 1982.Pág. 269



4. /Mt/20/13.
Dios es presentado como un amo exigente, que se preocupa muy poco de los sufrimientos o aspiraciones de su esclavo. Pero la parábola subraya, sobre todo, que los fariseos -esos creyentes que pesan sus méritos e intentan hacer valer sus derechos sobre Dios- son, en realidad, ante Él, unos pobres siervos totalmente incapaces de hacer algo meritorio. La parábola opone fe pura e ingenua (v.6) de los pobres e ignorantes al cálculo sobre sus propios méritos y a la confianza en sí mismos de los fariseos y de los ricos; la actitud de confianza incondicional en el Señor, a las protestas bajo cuerda de los que sitúan la religión en el plano de los méritos y del derecho a la recompensa (cf. Mt 20. 13). Colocada en otro contexto donde Jesús llama la atención, esta vez, a los apóstoles (v.5), esta parábola considera su ministerio como inútil (v.10). Nos equivocaríamos si creyéramos que es esa la intención de Jesús. Dios necesita a los hombres, y Cristo tiene necesidad de su Iglesia. En realidad, la expresión contenida en este versículo apunta a lo que hay de fariseo y autoritario en el corazón de cada uno, cuando el hombre se atribuye a sí los méritos de una acción que sin Dios le sería imposible realizar; cuando el hombre considera las ventajas y los privilegios de la misión que desempeña como otros tantos derechos a la vida eterna y cuando se glorifica a sí mismo en vez de "glorificarse en el Señor" (1 Co 9. 16; 1.31; 2 Co 10. 17; Flp 3.3; Ga 6. 14).
Al aproximar los dos pasajes contenidos en este evangelio (vv.5-6 en que habla del poder de la fe y vv.7-10, sobre el siervo inútil), la intención de Lucas es evidente. En estos versículos se encierra un pequeño tratado sobre la fe y las obras. Con este fin recoge las sentencias que no fueron pronunciadas en este contexto por ser parcialmente inadecuadas. La fe no confiere el poder de desarraigar un sicomoro y trasplantarlo en el mar con solo quererlo; tampoco obliga a que el hombre reconozca como inútiles todos sus esfuerzos y aptitudes, grandes o pequeños...
Pero la lección es evidente; el hombre no puede realizar por sí mismo el proyecto que le anima; es más: la comunión con Dios y con sus hermanos es para él una necesidad ineludible.
Maertens-Frisque, Nueva guia de la Asamblea Cristiana VII, Marova Madrid 1969.Pág. 142 S.



5. HUMILDAD/CREATURA  DEPENDENCIA/ESCLAVO
Jesús recurre a las relaciones que mantiene un esclavo con su amo para enseñar a sus discípulos que la verdadera humildad descansa en el reconocimiento de nuestra total dependencia de Dios. El esclavo era en aquellos tiempos una propiedad de su amo. Este podía disponer del esclavo según su voluntad indiscutible e indiscutida, sin que tuviera que agradecer los servicios prestados o retribuirlos. Así es el hombre delante de Dios, como un esclavo.
Esta doctrina es dura y hasta deprimente para el hombre, pero no es lo único que dice el Evangelio a este respecto y debe ser interpretada teniendo en cuenta las otras afirmaciones (cf /Lc/12/37). Además, convenía dejar bien sentado que Dios es el Señor y que el hombre no puede pleitear con Dios ni pasarle la factura de sus buenas obras. En última instancia Dios nos salva porque quiere, gratuitamente.
Tengamos presente que Jesús no emite aquí ningún juicio moral sobre la esclavitud dominante en el mundo antiguo. Utiliza simplemente un ejemplo sacado del contexto socio-cultural de su época para ilustrar su enseñanza sobre la humildad del hombre delante de Dios. Es claro que los principios del Evangelio se oponen a toda dominación del hombre sobre el hombre.
Eucaristía 1974/55



6.- En el c.17 Lucas reúne una serie de dichos de Jesús sobre la vida de la comunidad. En primer lugar, los discípulos piden un "aumento de fe". Es llamativo y hasta consolador el que duden los discípulos, ya que, según Lucas, esto no les aparta del círculo íntimo de Jesús, ni tampoco, por ser discípulos, se ven preservados o dispensados de la lucha por la fe. Sobre el fondo de la incredulidad general, los discípulos también son conquistados por las tinieblas: no tienen la fe viva que descubriría en todo la presencia del Señor. En parecida situación se encuentra muchas veces el creyente de nuestros días.
La mostaza es la más pequeña de las semillas; pero luego llega a ser un gran arbusto (/Mt/13/23;/Mc/04/31). Se trata aquí de la primera opción, del primer paso para acercarse al reino. El traslado de las montañas es un tema del AT (cf.Is 49,11;40,4) y describe la supresión escatológica de todos los obstáculos que se oponen al Reino de Dios, aunque aquí convenga interpretarlo mejor como una hipérbole que ilustra no tanto el poder de la fe cuanto el poder de Dios, que se hace ostensible y real en la debilidad confiada de los discípulos. Maravilla del que confía en Dios.
El contexto, en el que el siervo es verdaderamente útil, muestra lo forzado de la expresión. Pero se aplica bien a los discípulos.
No es que Jesús busque una falsa humildad de sus amigos haciéndoles ver que en el reino nadie tiene que considerarse indispensable, sino que, por la gracia de Jesús, porque él quiere que sea así, el creyente entra a formar parte del reino. No hay otros méritos que los de Cristo. La tarea del cristiano es ser consecuente con la fe en Jesús que le capacita para el reino. La fe y el orgullo caminan por senderos distintos (1 lectura).
Eucaristía 1989/46



Lucas introduce hoy a los doce pidiendo a Jesús un aumento de su fe. Una vez más las respuesta de Jesús no se mueve en los términos de la pregunta, señal inequívoca de que Jesús no comparte el planteamiento de los doce, basado en magnitudes de más y de menos: más fe, menos fe. Para los doce tener fe es una cuestión de cantidad. Jesús, en cambio, no habla de cantidad: "Si tuvierais fe como un grano de mostaza". La imagen habla por sí sola. El grano de mostaza es diminuto como el que más. Para Jesús en la fe no cuenta la cantidad, como no cuenta en una planta el tamaño de su semilla, que puede incluso ser pequeñísimo.
"Diríais a esa morera: arráncate y plántate en el mar. Y os obedecería". La propuesta parece a todas luces absurda. Una vez más nos sorprende Jesús con el empleo de una paradoja, cuyo sentido, por definición, debe resolverse en un terreno que no es el de la formulación de los términos. Morera plantada en el mar. ¡Impensable! ¡Imposible! Pues precisamente esto consigue la fe.
Para Jesús la fe es calidad de vida, talante existencial que hace posible lo imposible. Pero este talante puede tener el riesgo del engreimiento. Para contrarrestar este posible riesgo Lucas contrapone a la paradoja inicial un símil tomado del mundo de las relaciones amo-criado.
Basándose en las relaciones laborales amo-criado en el medio agrícola palestinense, el símil concluye con la siguiente pregunta retórica: "¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho todo lo mandado?" Esta pregunta formula de manera gráfica el siguiente principio: cumplir con el deber es una obligación, no un derecho. El texto finaliza con la aplicación de este principio al caso concreto de los apóstoles. La aplicación es, por supuesto, gráfica: "somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer". Aun con una fe capaz de hacer posible lo imposible, el creyente no es más, ni más importante, ni tiene derechos especiales; es lo que tiene que ser, creyente.
Dos actitudes aparecen hoy: la fe y la sencillez. La primera da la medida de lo que el cristiano es; la segunda de cómo se experimenta. En el evangelio de Lucas la fe dice relación al Padre y a su palabra, tal como la proclama Jesús. Entra de lleno en el rico campo de la comunicación interpersonal. Está hecha de apertura al Padre, de sensibilidad para sintonizar con Él, de confianza plena en Él. Para el caminante cristiano, el Padre es un referente esencial de su vida: habla con Él, cuenta con Él, siente con Él. ¿Qué tiene, pues, de extraño que, debido a una relación así, pueda manifestarse la fuerza del Padre a través del creyente? ¿Qué tiene de extraño que a través del creyente acontezcan las cosas más inesperadas? Pero cuando esto sucede, el primer sorprendido es el propio creyente, el cual no capitaliza la eficacia de la fe en beneficio propio. Existe en cada uno de nosotros una tendencia bastante invencible a la autoafirmación, a la importancia, a rentabilizar todo lo que hacemos. La sencillez cristiana es la contrapartida de esta tendencia. Esta sencillez está hecha de capacidad de asombro, de experiencia de gratuidad y de espontaneidad. Hay personas que andan por la vida con el convencimiento consciente o inconsciente de que los demás siempre les deben algo, incluyendo entre los demás a Dios. El caminante cristiano, hace la vida consciente de que es él quien siempre debe algo a los demás, y, por supuesto, al Padre. En esto puede consistir la sencillez cristiana.
Benito, Dabar 1989/49




martes, 20 de septiembre de 2016

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXVI TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 25 SETIEMBRE 2016

RECIBISTE BIENES Y LÁZARO MALES


ORACION COLECTA

Oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia, derrama incesantemente sobre nosotros tu gracia, para que, deseando lo que nos prometes, consigamos los bienes del cielo. Por Nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amós 6,1a.4-7

Así dice el Señor todopoderoso: «¡Ay de los que se fían de Sión y confían en el monte de Samaría!. Se acuestan en lechos de marfil; arrellenados en divanes, comen carneros del rebaño y terneras del establo; canturrean al son del arpa, inventan, como David, instrumentos musicales; beben vino en copas, se ungen con perfumes exquisitos y no les duele del desastre de José. Pues encabezarán la cuerda de cautivos y se acabará la orgía de los disolutos.».

SALMO RESPONSORIAL (145)

Alaba, alma mía, al Señor

Él mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edadR.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6,11-16

Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la delicadeza. Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos. En presencia de Dios, que da la vida al universo, y de Cristo Jesús, que dio testimonio ante Poncio Pilato con tan noble profesión: te insisto en que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que en tiempo oportuno mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él honor e imperio eterno. Amén.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,19-31

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: "Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas." Pero Abrahán le contestó: "Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. Y además, entre nosotros y ustedes se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aquí hacia vosotros, ni puedan pasar de ahí hasta nosotros." El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que, con su testimonio, evites que vengan también ellos a este lugar de tormento." Abrahán le dice: "Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen." El rico contestó: "No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a verlos, se arrepentirán." Abrahán le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto."».

COMENTARIO

Lucas termina su capítulo 16 con esta narración ejemplar en la que destaca la peligrosidad de las riquezas una vez más. Los personajes principales representan dos situaciones diametralmente distintas: la acomodada situación del rico y la incómoda situación del pobre, situaciones que se volverán del revés.
El rico (curiosamente, no tiene nombre) aparece como un hombre sin otro ideal que pasarlo bien sin acordarse de los que lo pasan mal. Lázaro (=Eleazar, "Dios salva") es el pobre a quien el rico ha olvidado, pero de quien Dios se acuerda en todo momento.
Si el pobre no hubiera recibido absolutamente nada, hubiera ido sin duda a pedir a otra puerta.
Lo que desde luego no recibía Lázaro era una auténtica prueba de amor fraterno. Lo que el rico negaba al hombre pobre es lo que de alguna manera le daban los perros que se acercaban a lamerle las llagas. Según el judaísmo, todos los difuntos iban a parar al "infierno" o "seol", aunque no todos los difuntos iban a parar al mismo lugar: unos iban al "edén" o lugar de descanso, otros a la "gehenna" o lugar de tormento.
Pero tanto los buenos como los malos esperaban en el "seol" el juicio definitivo de Dios al final de los tiempos. Entre el "edén" y la "gehenna" se abría un abismo infranqueable. Abrahán no atiende la súplica del rico y le hace ver que la diferencia entre su estado y el de Lázaro no es más que una consecuencia lógica de la divina justicia.
Tampoco es atendida la segunda súplica del rico. De poco serviría enviar un mensajero a los parientes de Epulón   que   siguen   en   el mundo y amonestarles para que cambien de  conducta. Porque el que no escucha a Moisés y a los profetas, tampoco hace caso aunque le hable un muerto resucitado que venga del otro mundo.
Muchos vieron los milagros de Jesús y, sin embargo, no creyeron en él. El rico no se presenta como un opresor injusto ni como usurero ni estafador. Es el que se aprovecha de la riqueza y se despreocupa de la misericordia. El evangelio de Lucas plantea repetidas veces el tema de la riqueza en orden a la salvación.
De hecho la cuestión no trata del dinero sino de la actitud del corazón. El rico no es condenado por ser rico ni Lázaro va al seno de Abraham por ser pobre. El rico es condenado porque fue ciego y despiadado. Por ello, no se debe reducir la enseñanza de esta parábola a una enseñanza sobre la justicia de Dios, que premia a los buenos y castiga a los malos.
 Porque en realidad se trata sobre todo de una severa amonestación a cuantos buscan la felicidad en las riquezas y creen que éstas pueden salvarnos. No sólo no salva la riqueza, sino que es altamente peligrosa.
Porque la riqueza esclaviza al hombre, lo aparta de Dios, impide escuchar a los profetas y cierra los ojos y el corazón para ver y compadecerse de los pobres. Jesús no quiere darnos aquí una respuesta sobre las postrimerías. Supone simplemente una escatología elemental, corriente en el judaísmo de aquella época y, sin valorarla, la acepta como marco para  criticar  la  conducta despreocupada y egoísta de los ricos.

PLEGARIA UNIVERSAL

Dios, Padre nuestro escucha benignamente estas peticiones que te hacemos con fe y humildad. A cada invocación, digamos: Ayúdanos, Padre, con toda ocasión.

1.- Por el Papa Francisco, por el obispo de nuestra diócesis por todos los obispos de la tierra para que, a ejemplo de los Apóstoles sepan instruir al pueblo cristiano con frutos permanentes de eternidad.  Ayúdanos, Padre, con toda ocasión.

2.-  Por los responsables de la economía de todo el mundo, para que sus decisiones estén impregnadas de la doctrina social de la Iglesia que interpreta el pensamiento de Cristo y así favorezcan también a los más pobres y desposeídos. Ayúdanos, Padre, con toda ocasión.

3.-  Por las personas de mucho éxito para que sepan aprovechar su buena fortuna ayudando aquellos que no han tenido iguales oportunidades. Ayúdanos, Padre, con toda ocasión.

4.- Por los catequistas y sus alumnos para que sepan aprovechar con amor e inteligencia las enseñanzas cristianas. Ayúdanos, Padre, con toda ocasión.

5.- Por nosotros reunidos en esta Eucaristía, para que sepamos aprender de Jesús de Nazareth lo que Él nos enseña con tanto Amor.  Ayúdanos, Padre, con toda ocasión.

Todo esto, Padre nuestro, te lo pedimos por el mismo Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Dios de misericordia, que nuestra oblación te sea grata y abra para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Que esta eucaristía, Señor, renueve nuestro cuerpo y nuestro Espíritu para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo nuestro Señor.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 26: Jb. 1, 6-22; Sal 16; Lc. 9, 46-50
Martes 27: Jb. 3, 1-3.11-17.20-23; Sal 87; Lc. 9, 51-56.
Miércoles 28: Jb. 9, 1-12.14-16; Sal 87; Lc. 9, 57-62.
Jueves 29: Dn. 7, 9-10.13-14; Sal 137; Jn. 1, 47-51.
Viernes 30: Jb. 38, 1.12-21; 40, 3-5; Sal 138; Lc. 10, 13-16.
Sábado 01: Jb. 42, 1-3.5-6.12-16; Sal 118; lc. 10, 17-24.
Domingo 02: Hab. 1, 2-3; 2, 2-4; Sal 94; Tim. 1, 6-8.13-14; Lc. 17, 5-10.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 16, 19-31

 1.JUICIO DE DIOS
Para Lc, lo que interesa es la penetración del sentido último de la historia, especialmente por lo que se refiere a esta gran cuestión de la atención a los pobres. Que la Escritura nos hable de un juicio, es decir, de una última palabra de Dios sobre nuestra historia particular, y también sobre la historia de los hombres, es de una gran importancia. Porque nos hace tener presente que los hombres, nosotros, no somos los dueños de la historia, no tenemos la última palabra; en definitiva, no somos los sujetos capaces de definir el bien y el mal, la felicidad o la infelicidad eterna de las personas y de nosotros mismos. ¡Es Dios quien tiene esta palabra! El juicio es esto.
Ahora bien: el juicio de Dios no es una decisión arbitraria, variable según influencias poderosas, que no se puede saber cómo será hasta que se realice. El juicio de Dios no es más que la fidelidad de Dios a sí mismo, a la palabra que Él ha dado a los hombres. He aquí el interés de esta continuidad entre el texto de Amós y el de Lucas. Ponerse al servicio del dinero, de sí mismo, no da más resultado que, al morir, quedarse sin el dinero y solo consigo mismo, en la penosa tristeza de la lejanía de la comunión con Dios, que en la vida presente ya era una realidad, pero que quedaba escondida por los placeres inmediatos. La imagen de Lázaro, en el seno de Abrahán, después de haber sido humillado en el tiempo presente, sujeto incluso a las lameduras de los perros, es toda una descripción del consuelo de Dios: "¡por eso encuentra aquí consuelo!" (...).
Un niño, al ver esta repetición del tema, se preguntaba: ¿Por qué pintaban con tanta frecuencia el juicio final? Nosotros nos preguntamos por qué el tema del juicio es tan poco integrado en nuestra vida cristiana... Quien sabe si, reflexionando, nos encontraríamos con un olvido actual práctico de esta visión que nos presenta hoy el evangelio: ¡la historia no termina con el tiempo presente! Cambiar las cosas es importante, es un deber que tenemos; la justicia de Dios tiene que realizarse en nuestras obras. ¡Pero es Dios quien nos juzga a todos! (...).
Es difícil no sentir cierto estremecimiento al considerar la última frase de la parábola, a la luz de la celebración de la Eucaristía. Los que la celebramos escuchamos a Moisés, a los profetas, y tenemos entre nosotros la presencia del Resucitado entre los muertos. ¿Nos dejamos convencer? Celebrar la Eucaristía es algo extraordinariamente comprometido; es realmente un juicio de Dios sobre nosotros.
P. Tena, Misa Dominical 1983/18

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2.- Pre-texto.-Concepciones populares de ultratumba. Después de la muerte de los hombres viven en el Sheol o Hades, lo que la traducción litúrgica llama infierno. Se trata de una región con varios compartimentos, comunicados entre sí. Los moradores de uno pueden ver a los de otros pero no pueden pasar de uno a otro. Los ángeles son los encargados de conducir a cada persona a su respectivo compartimento. Uno de estos compartimentos es especialmente oscuro; es lugar de tormentos atroces, entre los que sobresale el fuego. Otro compartimento está lleno de luz y con abundancia de ríos; es el paraíso, a donde van los justos.
"Seno de Abrahán":=puesto de honor junto a Abrahán en el gran banquete paradisíaco. Los comensales estaban reclinados de tres en tres en una especie de divanes.

Todo esto son descripciones imaginativas de una realidad que escapa a la experiencia humana. Esta realidad es la vida del hombre más allá de la frontera de la muerte. Una vida cuya realidad estará en estrecha dependencia con la actitud que el hombre haya desarrollado en su primera etapa.
Sentido del texto.
1).-Lo que no es la parábola. No es una descripción de cómo se desarrollará la vida después de la muerte.
No es una promesa a los pobres de un final feliz en compensación de lo mal que lo han pasado antes. No es una invitación a la resignación de los pobres en beneficio del status quo de los ricos.
2).-Lo que es la parábola. Reafirmación seria de lo dicho en Lc 16. 9 y 13. El dinero enajena al hombre; rompe toda posibilidad de comunicación con Dios. ¿Cómo se llega a esa ruptura definitiva con Dios? Usando y abusando individualísticamente del dinero en la tierra. Lázaro no está en la parábola como tipo del mendigo recompensado, sino como hombre sufriente a quien el rico debería haber sacado de su estado.
En todo esto Jesús no inventa una moral que no estuviera en la ley y en los profetas (ver Am 2. 6-7; 4. 1-5; 6. 4-7; Is 58. 7; Ex 22. 25; Dt 24. 10-13). A los fariseos que se burlaban de Jesús por su posición taxativa frente al dinero porque no veían ninguna incompatibilidad entre Dios y el dinero, Jesús les hace ver que no han entendido ni la ley ni los profetas. Un milagro podría impresionar pero no pasaría de ser algo anecdótico de cara a provocar un cambio radical de actitud frente al dinero.
Dabar 1977/55
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3.- Texto: Dentro de la perspectiva de camino Lucas vuelve a ofrecernos una parábola de Jesús. En esta ocasión la parábola forma parte de una más amplia réplica, es contundente. Buenos conocedores de la Ley y de los Profetas como son los fariseos, éstos deberían saber que aquello que los hombres tienen por más elevado, para Dios es sólo basura (Lc.16,15). Pero parecen desconocerlo, a pesar de que el principio mantiene toda su vigencia, especialmente ahora que el Reino de Dios es una realidad. Para recalcar esa vigencia cuenta Jesús la siguiente parábola: Había una vez un judío rico, que, tras llevar una vida regalada, vivía atormentado en el infierno. En este punto de la parábola Jesús se sirve de los mismos espacios figurativos con que sus interlocutores fariseos concebían el más allá de la muerte. Estos espacios eran el seol o infierno como lugar de tormento y el seno de Abrahán como lugar de dicha. Seno de Abrahán es en realidad una imagen que designa el puesto de honor en un banquete, es decir, el puesto a la derecha del anfitrión. Por no estar los comensales sentados, sino reclinados o tumbados, el comensal contiguo a otro daba la impresión de estar recostados, de tener apoyada su cabeza en el regazo del otro.
Volvamos a la parábola. En medio de sus tormentos, el judío rico reconoció a un judío pobre, a quien tenía visto mendigar junto a su mesa en infinidad de ocasiones. El pobre ocupaba ahora el puesto de honor junto a Abrahán, el padre de todos los judíos. Observemos que la situación del rico y del pobre es ahora exactamente la inversa a la descrita al comienzo de la parábola.
Es todo un golpe de escena, sobre todo teniendo en cuenta que ni el rico ni el pobre habían sido presentados ni enjuiciados moralmente; simplemente habían sido presentados como rico y pobre.
El rico se dirigió a Abrahán solicitando la presencia benéfica del pobre, a lo que Abrahán respondió invitando a su hijo al recuerdo del pasado, para añadir después: Ahora, en cambio, él encuentra aquí consuelo y a ti te toca sufrir. En este punto de la parábola se hace imprescindible una observación sobre la traducción de estas palabras de Abrahán. Según la traducción aquí propuesta, Abrahán constata y sanciona el cambio de situación descrito con anterioridad, sin atribuir a las situaciones anterior y posterior a la muerte una relación de causa a efecto. La traducción litúrgica, en cambio, opera con esa relación: Tu recibiste bienes y Lázaro males: por eso él encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces. El problema está en el "por eso", que no aparece para nada en el texto griego. La traducción litúrgica presupone un esquema de retribución allí donde el original sólo presenta una contraposición. La parábola no habla para nada de una compensación a Lázaro por haber sido antes pobre, ni de un castigo al rico por haberlo sido con anterioridad. La parábola invierte situaciones sin más, empleando la misma técnica de contraste que ya conocemos por otros textos, p.ej. en el caso de Marta y María. Una inversión que, por lo inesperada e hiriente, tiene como función exclusiva el llamar poderosamente la atención y dejar pensativo al oyente, hasta el punto de hacerle exclamar: ¡Ojo con la riqueza! ¡Atención con el dinero! ¡Es un arma peligrosísima! El rico, en efecto, se hizo esta reflexión y pidió a Abrahán el favor de enviar a Lázaro a sus hermanos que todavía vivían en la tierra, en el convencimiento de que la presencia de un muerto les haría reflexionar. Abrahán no se lo concedió, alegando que es suficiente con prestar oídos a lo que dicen la Ley y los Profetas.
La parábola termina así, remitiendo a los fariseos a la Ley y a los Profetas, es decir, a lo que ellos tan bien conocen. Ellos siguen siendo el hijo mayor de hace dos domingos. A poco que nos fijemos, caeremos en la cuenta de que, refiriéndose al rico, Abrahán emplea el apelativo hijo; el mismo que empleaba el Padre hace dos domingos refiriéndose a su hijo mayor. De nuevo nos hallamos ante una parábola abierta, es decir, una parábola cuyo final no se encuentra en ella misma, sino que queda en manos de los oyentes.
A. Benito, Dabar 1989/48

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5.- La última parte del diálogo entre Abrahán y el rico destaca que el conocimiento de Moisés y los profetas no basta para la salvación: hay que hacerles caso. Pero además, la última frase destaca otro hecho importante: la fe no proviene de la contemplación de ningún prodigio sensacional, sino de la aceptación humilde de la revelación de Dios. La riqueza convierte al que la posee en un hombre suficiente, con el corazón cerrado a las llamadas que recibe de Dios para que se convierta. Para convertirse no se puede estar instalado, hay que ser pobre. Es decir: dispuesto a aprender, y a emprender una nueva vida.
J. Lligadas, Misa Dominical 1974/02

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6.- Parábola del pobre Lázaro (el rico epulón viene del latín "epulabatur", banquetear), propia de san Lucas, en la línea de las parábolas de la realidad social contrapuesta. Como todas las parábolas, ésta mira al Reino de Dios. Y nos muestra la imposibilidad de obtenerlo en aquellos que se dejan atrapar por las riquezas.
El apego a los bienes hace olvidar el sentido de Dios, el sentido del hombre (indiferencia) y el propio sentido de la libertad: se cae en la esclavitud. Y, si ahora el corazón es incapaz de recibir el Reino de Dios (conversión, cambio de vida, amor), también será incapaz de recibir más adelante la felicidad de la gloria.
Esta es la enseñanza de la parábola. El rico fue simplemente enterrado. De Lázaro se nos dice que fue conducido al seno de Abrahán (ni siquiera se habla de sepulcro, que no tendría). Inversión de situaciones, propia de la enseñanza de los profetas.
El pobre lo era tanto que incluso los perros se le acercaban, característica que indica la postración humillante de Lázaro, además de enfermo y llagado. El rico es el hombre frío y duro de corazón, indiferente al mal de los demás.
La escena o visión del paraíso y del infierno es un procedimiento pedagógico que muestra más aún el cambio de situación y la imposibilidad de una conversión aunque exista un medio sobrenatural (el aviso de un muerto). Si el corazón no tiene ningún lazo espiritual (Moisés), todo será inútil.

ETERNIDAD/PRESENTE: La eternidad se prepara aquí, en la vida. La eternidad es un don; aquí, en la vida, tiene que vivirse ya la experiencia de este don, una doble experiencia: la de saber ver los bienes como procedentes de Dios, y la de saber dar a los más necesitados los bienes que tenemos.
J. Vernet, Misa Dominical 1983/18

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7.- El rico no se presenta como un opresor injusto ni como usurero ni estafador. Es el que se aprovecha de la riqueza y se despreocupa de la misericordia.

El evangelio de Lucas plantea repetidas veces el tema de la riqueza en orden a la salvación. De hecho la cuestión no trata del dinero sino de la actitud del corazón. El rico no es condenado por ser rico ni Lázaro va al seno de Abraham por ser pobre. El rico es condenado porque fue ciego y despiadado.
DINERO/PODER: Nadie puede sustraerse al círculo maligno del dinero. Con el dinero se posee todo: poder, honor, etc. El dinero es la medida de las cosas materiales y nos afecta personalmente. Quien pone la mano sobre el dinero pone su mano sobre las personas. Cristo conocía el fondo del hombre. Por eso el mensaje del reino de Dios se ocupa también del dinero, de la riqueza y de la pobreza, de la avaricia y de la limosna.
P. Franquesa, Misa Dominical 1986/17

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8.- -"Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino..." "Y un mendigo llamado Lázaro...": La parábola, que tiene como destinatarios -de acuerdo con el contexto anterior- los fariseos, tiene dos partes. En la primera, se contrasta la vida de un hombre rico con la de un hombre pobre, un mendigo. El mendigo se llama Lázaro, pero no parece que tenga ninguna relación con Lázaro hermano de Marta y María, del evangelio según san Juan.
Las situaciones de estos dos personajes quedarán totalmente invertidas, y de una manera irreversible, en la vida del más allá, con el paso de la frontera de la muerte. Se trata de un tema relacionado con el del evangelio del domingo pasado: los dos consideran las riquezas como impedimento para conseguir la vida verdadera. En esta primera parte de la parábola se establecen dos momentos: en un primer momento, el contraste entre el rico y el mendigo y en un segundo momento, el diálogo entre el rico y Abraham a propósito de la situación en el más allá. El mensaje de la parábola radica en la valoración que hace Dios de los hombres y de su conducta, bien distinta de nuestras valoraciones. Se han encontrado algunos paralelos de esta parábola en escritos de la época: un documento del año 47 d.C. narra una historia egipcia en la que aparece igualmente la situación invertida de un mendigo y un rico en la vida del más allá. También en la literatura rabínica se encuentran narraciones parecidas. Jesús podía estar familiarizado con estas narraciones de la época, pero la parábola del evangelio tiene muchos elementos propios.
-"El rico insistió: Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre...": La constatación de su situación irreversible provoca en el rico una nueva propuesta a Abraham.

Así empieza la segunda parte de la parábola, cuyo punto de mira es el destino de los cinco hermanos del rico. ¿Cómo hacer que se conviertan? La conversión no es fruto de milagros espectaculares, sino de escuchar a Moisés y a los profetas (Cf.Rm 10,17). Este camino no es imposible (Dt 30,11-14). La alusión a un resucitado de entre los muertos se refiere a la muerte y a la resurrección de Cristo, y es una advertencia a los que aun se comportan despreocupadamente como los cinco hermanos del rico.
J. Naspleda, Misa Dominical 1989/18

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9.- Difícilmente se puede creer en aquel que "ha resucitado de entre los muertos" si se vive ahogado por las riquezas y, desoyendo la misericordia que la Palabra de Dios nos reclama, se cierra el corazón a los desvalidos. Bienaventurado el pobre porque sus sufrimientos le merecen entrar en la gloria, y maldito el corazón endurecido y satisfecho del rico, porque muere en la vaciedad.
Misa Dominical 1990/06
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10.- La parábola del rico perverso y de Lázaro no se encuentra más que en el Evangelio de Lucas. Más que los otros evangelistas, Lucas ha conocido fuentes particulares que concedían un lugar importante a los problemas de la riqueza y de la pobreza (Lc 6, 30-35; 16, 12-14; 19, 1-9; Act 5, 1-11). Pero en el momento en que introduce la parábola del rico perverso en su Evangelio, esa parábola ha experimentado ya un tratamiento redaccional que modifica su sentido originario.
De ahí que en el relato aparezcan dos partes distintas. La primera (vv. 19-26), la única parábola del Evangelio en la que uno de los protagonistas aparece con su nombre, Lázaro ("Dios ayuda"), podría ser una transposición cristiana de un cuento egipcio introducido en Palestina por los judíos alejandrinos y que relataba la suerte diferente del publicano Bar Majan y de un escriba pobre. La segunda parte (vv. 27-31) es más original, pero su objeto es distinto: Lázaro no desempeña en ella más que un papel secundario y el interés se centra en torno a la suerte de los cinco hermanos del rico, buenos vividores a quienes la amenaza del Día de Yahvé no llega a convertir (cf. Mt 24, 37-39).
a) La primera parte aplica, pues, la teoría judía de la retribución por trastrueque de las situaciones a los pobres y a los ricos, lo mismo que en las bienaventuranzas (Lc 6, 20-26; cf, también Lc 12, 16-21). No se trata, por tanto, de saber si el rico era un buen o mal rico y Lázaro un buen o mal pobre. La parábola no se interesa por las condiciones morales de sus vidas, sino por el anuncio de la proximidad del Reino en un mundo sociológicamente determinado. De hecho nos encontramos en esta parte de la parábola con el clima de la comunidad primitiva de Jerusalén, constituida de pobres y bastante revanchista respecto a los ricos (Act 4, 36-37; 5, 1-16). En ella parecen estos incapaces de optar por una vida nueva, ligados como están a la vida presente por el disfrute de todos sus bienes; los pobres están más disponibles; por eso es más accesible para ellos el Reino.
Los matices vendrán más tarde, cuando Mateo hable de pobreza "en espíritu" y no permita ya que se crea en la beatitud de sola la pobreza social y a la maldición de sola la riqueza económica. El tema escatológico del trastrueque de las situaciones constituye, por consiguiente, un género literario que hay que manejar con prudencia y en el que hay que ver un medio de anunciar la irrupción próxima de los últimos tiempos.
b) La segunda parte de la parábola nos orienta más bien hacia la perspectiva de las condiciones de la espera escatológica y corrige singularmente el concepto demasiado sociológico y demasiado materialista de la primera parte. Aquí, en efecto, no son ya la riqueza y la pobreza las que reciben un premio, sino la irreligión y el egoísmo los que oscurecen el corazón de los hombres hasta el punto de no poder leer los signos que Dios le ofrece, incluso a través de los milagros. Los hombres irreligiosos viven en un egoísmo que les cierra a priori a todas las anticipaciones de Dios; en este punto se encuentran a ras de tierra de forma que no pueden en absoluto ver el menor signo de Dios en los acontecimientos. Para ellos la muerte pone fin a la existencia (v. 28); ni siquiera les convencerá una prueba de la resurrección de los cuerpos porque han perdido el hábito de ver los signos de la supervivencia en su vida misma. La exigencia de signos no es más que un falso pretexto: el hombre no es salvado más que por la audición de la Palabra ("Moisés y los profetas") y por la vigilancia, no por las apariciones y los milagros.
Y es inútil buscar en el relato explicaciones sobre la pena del infierno, sobre el purgatorio y sobre el "estado intermedio". La parábola bebe en el arsenal de las imágenes de la época sin canonizar, necesariamente, alguna de ellas.
Tampoco hay que buscar en ella un juicio demasiado categórico sobre la pobreza o sobre la riqueza sociológicas. El punto final del relato es la condena de la actitud espiritual de egoísmo y de incredulidad y la afirmación de que el incrédulo no podrá descubrir los grandes signos de la supervivencia, como la resurrección de los muertos, si antes no ha aprendido a descubrir la presencia de los signos de Jesús en la vida.
Maertens-Frisque, Marova Madrid 1969.Pág. 96ss

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11.- El despreocupado. El rico que ni siquiera es voluntariamente malo con el pobre. Me lo imagino nacido en una lujosa mansión, encontrando normal el comer cada día en una mesa bien abastecida. Y luego los pobres, que forman parte del paisaje, de ese claro-oscuro que se ve cada día sin realmente verlo. El despreocupado... Sólo la riqueza lleva a la despreocupación.
¿Quién se preocupa ante tantas situaciones tan habituales como poco conformes con la dignidad del hombre? Desde hace mucho, hemos capitulado ante la fatalidad del mundo. ¿Y cómo reconocerse culpable cuando ya nadie llega a sentirse responsable? Cada cual se encierra en su actitud de reserva, aislado, protegido, cegado...
Pero he aquí que el rico, el despreocupado, muere. Será necesaria la muerte para que tome conciencia. Ahora ve las cosas con la mirada interior que proporciona la eternidad. Siente la sima espantosa, el abismo infranqueable al que se dejó conducir en la tierra. Pues su infierno comenzó en la tierra, aunque él no lo sabía. Ahora querría que se alertara a sus hermanos... ¡Tiempo perdido! Las advertencias más solemnes nunca han cambiado nada en el mundo.
El infierno es una sima, un abismo en el que uno está perdido, en un aislamiento total, sin comunicación alguna, pero con la viva conciencia de que nadie puede vivir si no es en comunión con los demás. Conciencia trágica, pues se querría vivir y ya no se puede... Tampoco es ya posible disculparse con un "no sabía", ya que la preocupación por el otro es una llamada del corazón que todo hombre siente si no embota su corazón aislándose. Parábola de los pobres solitarios. Parábola de los que lo tienen todo y están eternamente aislados de la vida. Es trágicamente cierto que el infierno puede comenzar en la tierra. Tanto para unos como para otros. El infierno eterno no es más que una réplica exacta de este mundo...
* * *

Cuando la despreocupación paralice nuestro corazón,
¡abre nuestros ojos, Señor,
y no permitas que perdamos la vida
en la sima sin esperanza!

Cuando el pobre nos tienda la mano,
¡abre nuestros corazones
y danos la alegría de la comunión
al compartir nuestros bienes!
Dios cada día, Sal Terrae/Santander 1989.Pág. 46


viernes, 16 de septiembre de 2016

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXV TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 18 SETIEMBRE 2016

NO PUEDEN SERVIR A DIOS Y AL DINERO


ORACION COLECTA
Oh Dios, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo, concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por Nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Amos 8,4-7

Escuchad esto, los que exprimís al pobre, despójense a los miserables, diciendo: «¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?». Disminuyan la medida, aumenten el precio, usen balanzas con trampa, compren por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo. Jura el Señor por la gloria de Jacob que no olvidará jamás sus acciones.

SALMO RESPONSORIAL (112)

Alabad al Señor, que alza al pobre

Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y
se baja para mirar al cielo y a la tierra? R.

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 2,1-8

Te ruego, lo primero de todo, que hagan oraciones, plegarias, súplicas, acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan cargos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible, con toda piedad y decoro. Eso es bueno y grato ante los ojos de nuestro Salvador, Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y uno solo es el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos: éste es el testimonio en el tiempo apropiado: para él estoy puesto como anunciador y apóstol –digo la verdad, no miento–, maestro de los gentiles en fe y verdad. Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos limpias de ira y divisiones.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,1-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Un hombre rico tenía un administrador, y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.".
El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo?. Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?". Él contestó: "Cien fanegas de trigo.". Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta.". Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido.
Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. Y yo os digo: Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando les falte, los reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo tampoco en lo importante es honrado.
Si no fueron de fiar en el injusto dinero, ¿quién les confiará lo que vale de veras?. Si no fueron de fiar en lo ajeno, ¿lo tuyo, quién se lo dará?. Ningún siervo puede servir a dos amos, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero.».

PLEGARIA UNIVERSAL
Siguiendo la indicación de la primera carta a Timoteo hacemos oración por todos los hombres del mundo, sabiendo que esto es grato a los ojos del Señor. Repetimos: R.- A ti, Señor, elevamos nuestra oración.

1.- Por todos los que formamos parte de la Iglesia, ara que la oración de unos por otros sea la fuerza que nos lleve hacia adelante. A ti, Señor, elevamos nuestra oración.

2.- Por los que dirigen las naciones, para que administren con rectitud los bienes de la comunidad, atendiendo a los más desfavorecidos. A ti, Señor, elevamos nuestra oración.

3.- Por los que sufren algún desajuste en su trabajo, en su familia o en otro entorno, para que el Señor los socorra poniéndole oportuno remedio. A ti, Señor, elevamos nuestra oración.

4.- Por los que sufren alguna enfermedad y por todos aquellos que los tienden para que esta experiencia sea fructífera en el futuro. A ti, Señor, elevamos nuestra oración.

5.- Por los padres de familia, por los educadores y por todos aquellos de los que depende la educación de los niños y los jóvenes, para que sean fieles a la doctrina de Cristo y no se alejen de sus enseñanzas y ejemplos por respeto humano o por flojera. A ti, Señor, elevamos nuestra oración.

Alzamos las manos a Ti, Padre omnipotente presentando las necesidades del mundo. Danos, a  todos aquellos que necesitamos para llevar una vida acorde ca tus designios. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta propicio Señor, las ofrendas de tu pueblo, para que alcance en el sacramento eucarístico los bienes en que ha creído por la fe. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Que tu auxilio, Señor, nos acompañe siempre a los que alimentas con sus sacramentos para que por ellos y en nuestra propia vida recibamos los frutos de la redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

Nos encontramos ante una parábola que siempre ha tenido una interpretación dificultosa. Lo que más sorprende y extraña es el elogio que el Señor hace de la actuación del administrador, quien parece que falsifica los recibos de los deudores de su amo. Se trata quizás de una ocurrencia con alguna picardía; Jesús se hace con ella y la usa a su manera, que siempre resulta sorprendente. Esperaríamos una hermosa lección sobre la honradez, pero Jesús trata bien al administrador poco honrado, la historia o la parábola acaba con una última estafa: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. Pero fíjense bien que en el versículo 8 comienza el comentario del propio Jesús, designado expresamente por “Señor”. Y aquí viene el susto: “El Señor alabó a aquel administrador injusto”. Era muy fácil, muy vulgar denunciar la falta de honradez. Jesús va a conducirnos a un terreno más original: el empleo astuto del dinero.
Primera gran lección: hay que ser vivos y despiertos. Miren a ese hombre en apuros, el cielo se le ha caído encima, sólo tiene unas horas para reaccionar y reacciona perfectamente. Imítenlo ustedes, los hijos de la luz: ante un golpe duro no se hundan en lamentos e indecisiones, sean vivos. ¿Un sinvergüenza? Sí, pero aquí se nos pide que sepamos ser lo bastante listo para coger lo que hay de bueno en este ejemplo, rechazando lo malo.
Segunda lección más concreta y más sería, introducida con la fórmula solemne: “Ahora les digo yo”. El Señor va a enseñarnos a colocar bien nuestro dinero. Con ese dinero diabólico sólo caben dos soluciones: tirarlo como San Francisco de Así, o colocarlo tan inteligentemente que rinda par los intereses de Dios. La fórmula es limpia: “Gánense amigos con el dinero injusto; así, cuando esto acabe, los recibirán en las moradas eternas”. ¿Un consejo para los muy ricos?. Desde luego, pero también para los que tienen en el banco un dinero quizás no muy limpio.
De todas formas, aunque limpio, se volatiliza en el momento de la muerte. Uno entra desnudo en el cielo. En la tierra, el dinero abría las puertas y facilitaba las relaciones, ¡Pero allí no! Si hay algún dinero que le interesa a Dios es el que se ha compartido por amor, el que se ha dado incluso locamente.
Las gentes a las que hemos ayudado están allí para repartírselo al altísimo; no estamos nunca desnudos, sino vestidos de nuestra generosidad, no estamos sin relaciones, están todos los que hemos acogido con alegría, no somos unos extraños para el Dios de amor, pues nosotros mismos éramos amor. Transformar el dinero en amor: ¡qué buena inversión!. Pero, aunque adornada por esta historia, la lección sigue siendo muy difícil. Es una llamada a compartir y bien pronto se encuentran razones para rechazar esa llamada.  Después de esta insistencia de Jesús a propósito del dinero “engañoso” quizás sintamos mejor la mirada de Dios sobre nuestro dinero. No es una mirada de desprecio, ya que Dios no desprecia nada de nuestra vida, sino de una curiosidad afectuosa: ¿cómo va a invertir su dinero ese hijo mío tan listo? Eso es lo que le interesa, la elección de nuestro banco. ¿Banco del egoísmo? ¿O banco del amor?.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 19Prov. 3, 27-34; Sal 14; Lc. 8, 16-18.
Martes 20: Prov. 21, 1-6.10-13; Sal 118; Lc. 8, 19-21.
Miércoles 21Ef. 4, 1-7. 11-13;  Sal  18;  Mt. 9, 9-13.
Jueves 22 :  Ecl. 1, 2-11; Sal 89; Lc. 9, 7-9.
Viernes 23 : Ecl. 3, 1-11; Sal 143; Lc. 9, 18-22.
Sábado 24 :  Ecl.  11,  9-12, 8;  Sal 89; Lc.  9, 43b-45.
Domingo 25 :  Am. 6, 1ª.4-7; Sal 145; Tim. 6, 11-16; Lc. 16, 19-31.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 16. 1-13

2. POBREZA/RD CODICIA/IDOLATRIA
Esta parábola ha causado, a veces, dificultades de interpretación al presentar como ejemplo a un sinvergüenza. Naturalmente que para Jesús el administrador es un hombre injusto (v.8); pero lo que se propone a modo de ejemplo es su habilidad, el saber emplear con visión el dinero que administra.
Teniendo en cuenta que esta parábola comenta a 14. 33, diremos que este v.8 es el verso central. En él se alaba la actitud del hábil gerente que mira al futuro y lo prevé sabiendo negociar con su actual situación. Esta es la actitud que Jesús pide al que emprende el camino del evangelio. Pero la astucia del discípulo en Jesús no consiste en prepararse una salida airosa en lo económico, sino en renunciar a los bienes materiales para entrar en el reino de Dios. Abandonando los bienes aquí, por el reino, se está ya actuando con una mentalidad evangélica. Palabras claras para actitudes valientes.
Los vv.9-13, al menos en la intención del autor, parecen interpretar la parábola que les antecede. La prueba de fuego viene a ser la actitud ante los bienes o, dicho de otro modo, la confianza en Jesús y su palabra. Aceptar las promesas de Jesús exige el abandono del dinero traidor. Para comprender esto, es preciso la fuerza de Dios y actitudes generosas en orden a establecer unas categorías diferentes que las que rigen nuestra propia sociedad.
Aquí SERVIR tiene un sentido cultual según el vocabulario de la Biblia. Respecto a Dios, el dinero es un dios falso. Según este verso, el dinero puede convertirse en un obstáculo teológico, lo que da al asunto una gravedad extrema. El dinero puede ser obstáculo real para el acercamiento y el encuentro con Dios. En una sociedad de opresión económica como la nuestra (cf.primera lectura) es muy difícil entender palabras como éstas.
Eucaristía 1989/44
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3.- Pre-texto.-Legislación en materia de sueldos. En el caso de un administrador su sueldo no era una nómina invariable e independiente de lo administrado, sino un tanto por ciento, estipulado según los casos, de todo lo administrado.
"Os reciban": giro verbal para evitar pronunciar el nombre de Dios.
Sentido del texto.-Todo depende del recto entendimiento de la parábola. De acuerdo a lo escrito en el pre-texto, en los vs. 5-7 el administrador no defrauda a su amo; lo único que hace es renunciar a lo que legalmente le corresponde como administrador; renuncia a lo que es suyo para ganarse amigos que, en justa compensación, le ayuden cuando él se encuentre en necesidad económica tras el despido. Es esta actitud previsora de cara al futuro lo que el amo alaba de su administrador (v.8). Aquí está la clave de la parábola. De esta clave parte Jesús para su enseñanza. El pide a sus discípulos (=cristianos) la misma actitud: renunciar al dinero para granjearse la amistad con Dios (v.8). El dinero es la prueba de fuego del cristiano (v.10). Si la supera, Dios se le entregará plenamente (vs. 11-12). El dinero es un rival de Dios y, por lo tanto, es malo (v.13). El dinero es lo ajeno al hombre; lo propio del hombre es el Reino. En el v.9 el adjetivo injusto no tiene función especificativa, sino calificativa; por eso habría que cambiar el orden y leer injusto dinero.
La posición de Jesús es taxativa. No habla desde una teoría aséptica, sino desde la práctica contante y sonante de lo que el dinero es, representa y significa. No en vano sus palabras están motivadas por la presencia de los publicanos, hombres concretos de dinero (cfr. contexto).
Dabar 1977/54
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4.- La palabra "mammon", que ha sido traducida por "dinero", es aramea, pero de origen fenicio. En el N. T. esta palabra significa riqueza y se utiliza sólo en aquellos casos en los que las riquezas ejercen un poder que envilece al hombre y lo esclaviza. La "riqueza injusta", en este contexto, no lo es porque haya sido ganada con negocios sucios, sino que lo es siempre en tanto esclaviza al hombre y lo aparta de Dios.
Dios y el dinero son como dos amos mal avenidos que se disputan la obediencia de un mismo hombre. Este no puede servir a los dos a la vez y tiene que decidirse por uno u otro. Sólo la obediencia a Dios es compatible con la verdadera libertad del hombre.
Eucaristía 1971/52
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5.RIQUEZA/IDOLATRIA.
La parábola habla de un administrador de bienes a quien su amo ha decidido despedir. Para entenderla es necesario estar familiarizados con la situación administrativa presupuestaria.
Según práctica habitual en el antiguo Medio Oriente, un administrador podía hacer préstamos de las propiedades del dueño, por los que recibía una comisión en concepto de intereses. Esta comisión era para el administrador, no para el dueño. Esa comisión, con su correspondiente recibo o aval fiduciario, se adjuntaba al documento oficial que estimulaba la cuantía del préstamo. La práctica habitual, sin embargo, era la existencia de un único documento, en el que el deudor consignaba la totalidad de su deuda, sin especificar la cuantía estipulada por un lado y los intereses por otro. Pero lo que no debemos olvidar es que estos intereses correspondían al administrador y no al dueño; era propiedad del administrador.
Con estos presupuestos volvamos ahora a la parábola. Un amo ha decidido despedir a su administrador. ¿Qué hace el administrador? Granjearse amistades que puedan echarle una mano después del despido. ¿Cómo lo hace? Perdonando a los deudores del amo la comisión que le correspondía como administrador, parte que, en el primero de los casos contemplados, ascendía al 50% del total que el deudor tenía que pagar y, en el segundo, al 20%. Procediendo así el administrador no defrauda al amo ni falsifica documento alguno. Lo único que hace es detraer de la deuda total la cantidad correspondiente a su comisión. Es decir, el administrador renuncia a lo que era suyo. En el v.8 la parábola califica de inteligente este proceder (astuto, en la traducción litúrgica). Si en ese mismo versículo se califica de injusto al administrador, dicho calificativo no obedece al proceder descrito en la parábola, sino al proceder previo a la misma y del cual se habla en los versículos 1-2 como causante del despido.
El centro de gravedad y, por consiguiente, de atención de la parábola es la renuncia del administrador a lo que era suyo, una renuncia calificada de inteligente y, como tal, alabada expresamente por el amo del administrador.
En torno a este centro de gravedad giran las consideraciones posteriores de Jesús, cuya culminación y resumen es la lapidaria frase conclusiva: "No podéis servir a Dios y al dinero". Como en precedentes ocasiones el lenguaje de Jesús es gráfico, agresivo, sin tapujos. "Ganaos amigos con el dinero injusto". Esta frase recoge lo expresado gráficamente en la parábola, en la que el administrador se ha granjeado amigos con su dinero. La expresión "dinero injusto" no se refiere a un dinero obtenido de manera poco clara o poco escrupulosa; se refiere al dinero sin más, a todo dinero, a cualquier dinero. La expresión es dura, hiriente, de las que hacen pensar. (cf. Papini: Historia de Cristo."La hostia infame del demonio"). "Ganaos amigos con el dinero injusto". La frase es un acicate: Apreciad más a Dios y a los demás que al dinero, ganaos a Dios y a los demás en vez de estar locos por el dinero.
El significado del texto es en realidad muy sencillo: invita al discípulo de Jesús a vivir un estilo de vida cuyo motor y base sea Dios y no el dinero.
Dios y dinero representan los motores de dos estilos de vida antitéticos, irreconciliables entre sí. Según el puesto que tenga cada uno de ellos en nuestras vidas, así será también el estilo de ellas.
Para el administrador de la parábola era más importante ganarse amigos que quedarse con el dinero. En el fondo sabía que teniendo amigos tendría también dinero. En vez de lamentarnos tanto del materialismo imperante, abrámonos nosotros a Dios. Él está, vive, es real. Pero hay que ser permeables. Por mucha agua que le caiga encima, del ladrillo jamás germinará una flor.
Comentario: No perdamos de vista que la perspectiva general de todos estos domingos es la de ofrecer actitudes para un caminar en cristiano.
A. Benito- Dabar 1989/47
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6.PARA/QUÉ-ES
Hay que empezar por recordar que una parábola no pretende ser, al menos como punto de partida, más que una historia destinada a proponer una lección y solo una. Para entregar esta única lección, basta que la parábola sea edificante desde el punto de vista elegido, y no es necesario que lo sea desde todos.

Una parábola supone un conjunto de detalles que forman la historia; estos detalles deben ser coherentes y llevar a una conclusión ejemplar, pero no es necesario que todos los detalles que entran en la historia sean, asimismo, irreprochables.
Es lo que ocurre en nuestra parábola del Administrador. No se trata de decir que este personaje haya actuado en todos los puntos de una forma evangélica, sino simplemente de afirmar que en un punto, que es capital, este hombre supo adoptar un comportamiento ejemplar, fuere cual fuese la calidad de las actitudes que hubiere adoptado en lo demás. ¿En qué punto es un modelo de espíritu evangélico el administrador? Señalemos antes de nada que nuestra sorprendente parábola no es excepcional, y sobre todo en san Lucas.
Este mismo autor habla también de un juez que no quiere hacer justicia a una viuda desconsolada, más que porque los gritos de la mujer molestaban sus oídos. De lo que Jesús saca la conclusión de que hay que saber orar con tanta insistencia como la mujer supo poner en su reivindicación, y que Dios se dejará conmover lo mismo que el juez indigno. La historia sería inaceptable si hubiera que deducir que Dios era, también él, indigno; resulta, en cambio, admisible si, a pesar de otros detalles discutibles aparece como una ilustración de la perseverancia eficaz.
Citemos también la parábola del hombre molestado en plena noche por un amigo, y que acaba accediendo sólo por poder dormir tranquilo. Extraña ilustración de la actitud de Dios para con la súplica humana. Pero la lección no está ahí, sino en la invitación a que nuestra oración sea tan insistente y confiada como fue la actitud del amigo importuno.
Louis Monloubou, Leer y predicar el evangelio de Lucas
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7.- Este pasaje suscita gran cantidad de problemas. Las palabras de Cristo que se citan en este texto han sido realmente pronunciadas por El, pero dentro de un contexto que debería servirles de aclaración previa. Por haberse perdido el texto en cuestión, fueron numerosas las tentativas de explicación que vieron la luz en el seno de la primitiva comunidad cristiana.
En este pasaje Cristo alude, sin duda alguna, a una estafa que debió de dar material más que suficiente a los cronistas de la época (vv. 1-7). Pero ¿qué hay de esta historia en el contexto de San Lucas? Parece ser que únicamente el v. 8 corresponde a ella: "y el amo alabó al mayordomo infiel".
¿Quién es este amo? En este pasaje no se trata del señor a cuyo servicio está el mencionado mayordomo, sino de Jesús (o Kyrios). En Lc 18, 6 puede anotarse un cambio idéntico en la acepción de una palabra: el término "Señor", en este versículo, designa al Cristo y no al juez inicuo de la parábola.
a) El v. 8 no pertenece, pues, al relato del mayordomo estafador, sino que es una anotación de San Lucas, y ha dado lugar a la interrogante siguiente: ¿Cómo es posible que el Señor alabe a este mayordomo? Si, pasando por la tradición de los sinópticos, nos detenemos a examinar cuidadosamente el texto de las palabras pronunciadas por el propio Cristo, llegaremos a la conclusión de que Jesús se propone convencer a sus oyentes acerca de la puesta en vigor del juicio que se esperaba. Por tanto, siendo así las cosas ya no hay tiempo que perder; es preciso prever lo que pueda acontecer el día de mañana (Lc 12, 54-56) y ser suficientemente sagaz para llegar a un acuerdo con el enemigo antes que intervenga el juez (Lc 12, 58-59). Así, pues, el mayordomo ha sabido aprovechar el plazo de tiempo fijado para asegurar su futuro y poder formar parte de los que no sucumbirán ante las crisis, por graves que estas sean. Esta es, según parece, a los ojos de Lucas, la primera lección de la parábola: la obligación de aprovechar el tiempo que nos queda para asegurar el futuro.
b) Pero los medios cristianos primitivos han añadido una segunda interpretación: "los hijos de este mundo son más sagaces que los hijo de la luz" (v. 8b). Constatación desoladora: en muchos aspectos (negocios materiales), los cristianos estarán siempre en condiciones de inferioridad, por no poder emplear los medios utilizados por otros. A este nivel, la parábola que nos ocupa es un medio de expresar la resignación de los cristianos ante ciertas manifestaciones del poder y eficacia vedados para ellos.
c) Otros medios cristianos han dado una nueva interpretación de la parábola sacando esta vez una conclusión acerca de uso del dinero (v. 9). Estos pasan por alto las medidas que toma el mayordomo para asegurar su futuro y fijan su atención en el ejemplo que dicho personaje da en el uso del dinero. Lucas, para quien el Reino de los cielos es de los pobres acoge con un cariño especial esta última interpretación. Si, por casualidad, entran en el Reino algunos ricos, se debe a que estos compran los bienes del Reino mediante la renuncia total a su dinero. El mayordomo da una buena lección de como se debe usar el dinero: distribuirlo de tal manera que nos asegure el cielo (Lc 6, 29-30; 12, 33; 6, 34-35). De esta forma, a una conclusión directamente escatológica hecha por el propio Cristo y a una segunda interpretación a cargo de los medios cristianos (v. 8b), San Lucas ha añadido probablemente una conclusión puramente personal (v. 9), redactada en función de su experiencia en el trato de la primera comunidad y de su punto de vista muy favorable a la pobreza. Lucas es el único evangelista que relata esta difícil parábola, pues es, sin duda, el que mejor podía comprenderla, gracias a su opinión muy particular y comprensiva del problema.
d) El texto termina con una última interpretación (vv. 10-12). Una vez más se pone de ejemplo a imitar la conducta del mayordomo, en este caso innecesario: si queréis ser buenos administradores de los bienes espirituales, comenzar por ser fieles en la administración de los bienes materiales.
Los "hijos de la luz", con relativa frecuencia, se limitan a reducirlo todo a una serie de esquemas y principios, transformando así el cristianismo en pura ideología y privando al Reino de Dios de su exigencia de eficacia.
Maertens-Frisque, Nueva guía de la Asamblea Cristiana VII, Marova Madrid 1969.Pág.