viernes, 26 de octubre de 2012

HISTORIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS


HISTORIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS


A mediados del siglo XVII, Lima, una ciudad que hoy alberga más de 7 millones de habitantes, cobijaba apenas unas 35,000 personas; cantidad que se iría incrementando progresivamente por el arribo de miles de variopintos personajes empujados por las noticias de una prosperidad fácil de alcanzar en la capital.

La mayor parte de estos inmigrantes provenían de la costa atlántica del África Occidental, en ese entonces ocupada por colonizadores portugueses. Estos grupos se dividían en castas como la de los Congos, Mantengas, Bozales, Cambundas, Misangas, Mozambiques, Terranovas, Carabelíes, Lúcumos, Minas y Angolas. Estos últimos estaban reunidos en cofradías que adoraban distintas imágenes o santos de su devoción. Esos actos religiosos les recordaban su libertad y cantaban nostálgicamente en su lengua original canciones de sus antepasados; también se ocupaban de la atención a los enfermos y aseguraban a sus miembros un entierro decente mediante pequeñas cuotas de los cófrades. 

Por el año de 1650, los negros angolas se agremiaron y constituyeron la cofradía en la zona de Pachacamilla, lugar que anteriormente había sido habitado por indios venidos de la zona de Pachacamác, y donde actualmente se ubican la iglesia y el monasterio de las Nazarenas y el local de la Hermandad del Señor de los Milagros.

Las condiciones en las que vivían eran de una pobreza absoluta.  En la sede de la cofradía se levantaban grandes paredes de adobe; en una de éstas, ubicada en un ambiente donde se reunían los negros a diario, uno de los angola plasmó la imagen de Cristo en la cruz. La imagen fue pintada al temple y fue hecha con un profundo sentimiento de fe y devoción a la altísima representación del Redentor. 

Fue un 13 de noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde, cuando un terrible y destructor terremoto estremeció Lima y Callao, tirando abajo las iglesias y sepultando mansiones, dejando tras de sí miles de muertos y damnificados. El sismo afectó la "zona de Pachacamilla" y las viviendas de los angola se precipitaron al suelo; todas las paredes del local de la cofradía se cayeron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobes donde se erguía la imagen del Cristo crucificado quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento. 

Debido a los daños ocurridos, los angola se mudaron a otro lugar dejando en el más absoluto abandono la pared con la sagrada imagen. Aunque hay otras versiones que dicen que los negros angola se habían retirado del lugar antes del sismo, lo cierto es que después de la catástrofe, casi toda la población limeña se entregó por entero a las plegarias, cánticos y rezos en las derruidas calles y plazas de la Capital, intentando pedir perdón por sus pecados y rogando que no se produzca otro fenómeno de la misma naturaleza.

Pasaron 15 años y un vecino de la parroquia de San Sebastián, Antonio León, encontró la imagen abandonada y comenzó a venerarla. Según los relatos de la época, León fue el primero que se preocupó por arreglar la ermita, sin imaginar que a partir de entonces crecería el culto y la devoción al sagrado Cristo de Pachacamilla.

Esta valoración hacia la imagen se vio fortalecida por un hecho grandioso en la vida de Antonio León pues -según cuentan- éste padecía de constantes y espantosos dolores de cabeza debido a un tumor maligno que los médicos, hasta ese momento, no habían logrado curar. Fue entonces cuando Antonio acudió a la imagen y postrándose frente a ella, imploró al Cristo crucificado que remediara su mal, deseo que le fue conferido acabando así su desesperado tormento. Nace entonces en él una más firme convicción religiosa que difundió entre todos sus conocidos lo que causó que en pocas semanas el culto creciera.

Entre los creyentes predominaba la gente de color, quienes iniciaron las reuniones los viernes en la noche, y alumbrados por las llamas de sus ceras, llevaban modestas flores, perfumando el ambiente con el sahumerio; todos al unísono entonaban fervorosas plegarias y cánticos al son de arpas, cajones y vihuelas.

 Empero, dado que la gente acudía en masa a estas reuniones atraída más por la novedad que por la devoción, muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas y católicas, por lo que las autoridades civiles y eclesiásticas prohibieron las reuniones en la "zona de Pachacamilla" y ordenaron borrar la imagen del Santo Cristo y de los demás santos que hubieran. 

Dicha orden se cumplió entre el 6 y 13 de setiembre de l671 por una comitiva especial -compuesta por el promotor fiscal del Arzobispado, un notario, un indio pintor de "brocha gorda" y el capitán de la guardia del Virrey, Don Pedro Balcázar- escoltada por dos escuadras de soldados en caso se produjesen desmanes por la cantidad de vecinos y curiosos que rodeaban el lugar.  Cuentan que al subir el pintor la escalera para borrar la imagen, empezó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido de inmediato para proseguir con su labor.

Al reaccionar intentó nuevamente subir y borrar la imagen pero fue tanta la impresión causada que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar sin culminar con la tarea encomendada.  Un segundo hombre, un soldado de Balcázar, de ánimo más templado, subió pero bajó rápidamente, explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen vio que se ponía más bella y que la corona se tornaba verde; por esa razón no cumplió la orden dada.
Ante la insistencia de las autoridades por desaparecer la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a protestar con airadas voces y actitudes amenazantes que obligaron a retirarse a la comitiva. Pronto, el Virrey se enteró de los acontecimientos y reflexionando sobre las posibles consecuencias si persistía en borrar la imagen, mandó revocar la orden y acordó que en ese lugar se le rindiera culto y veneración a la portentosa imagen.

El 14 de setiembre de 1671 se ofició la primera misa ante el crucificado de Pachacamilla, fecha que coincide con la exaltación de la Santísima Cruz. Conforme avanzaban los días los devotos aumentaban en forma considerable.

Venían de lejos en piadosa plegaria y mística romería, comenzando a denominarlo "El Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas".

Sin embargo la ira de Dios no se calmaba y volvió a manifestarse en octubre de 1687, cuando un maremoto arrasó con el Callao y parte de Lima y derribó la capilla edificada en honor de la imagen de Cristo, quedando erguida solamente la pared con la imagen dibujada del Señor crucificado.

Tan terrible designio originó que se confeccionara una copia al óleo de la imagen y que, por primera vez, saliera en andas por las calles del barrio de Pachacamilla, estableciéndose que a partir de ese momento la procesión tuviese lugar los días 18 y 19 de octubre de cada año.

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 28 DE OCTUBRE DEL 2012


DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO CICLO B - 28 DE OCTUBRE DEL 2012



PRIMERA LECTURA

Lectura de la Carta de  Números 21,4b-9

En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 83, 2-3.4.5-6. 7-8. 11.12)-

DICHOSOS LOS QUE VIVEN EN TU CASA, SEÑOR

¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. R

Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación. R

Cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; 8caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión. R

Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. R.

Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. R

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 2,5-12

Hermanos: Tengan entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su condición de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando uno por tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajo hasta someterse   incluso a la muerte
y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levanto sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en al abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para Gloria de Dios Padre.
Por lo tanto, queridos hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no solo cuando yo estaba presente, sino mucho mas ahora en u  ausencia, sigan actuando su salvación con temor y temblor.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 11-16.

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Yo te aseguro, que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto; pero ustedes rechazan nuestro testimonio. Si no me creen cuando les hablo de la tierra, ¿cómo van a creerme cuando les hable de las cosas del cielo?. Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.

COMENTARIO

TANTO AMO DIOS AL MUNDO

"Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo Unigénito". ¡Profundas palabras, en las que el alma debe abismarse! Dios da. Este es el hecho fundamental de nuestra fe; sobre él descansa la revelación. De Dios sólo sabemos que da; se nos da a Sí mismo.
Pues Dios no tiene algo, sino que El lo es todo. Si da, sólo puede darse a Sí mismo; y con El se nos da ciertamente todo. En todo lo que recibimos como don de la naturaleza o regalo de la gracia se da Dios a Si mismo. Y sólo en la medida en que lo reconocemos, poseemos lo que nos es dado. Todo lo que nos es dado puede sernos arrebatado de nuevo. Pero somos poseedores del don en tanto que reconocemos a Dios como la fuente de lo que nos da.
Dios se convierte en don. Primero, dentro de su mismo Ser; pues al engendrar a su Hijo, se da a Sí mismo. Y el Hijo, al reconocer y amar a su causa generatriz, se vuelve a dar al Padre. La tercera persona divina, el Espíritu vital que sopla y fluye por doquier, el Espíritu Santo, es don entre Padre e Hijo. Pero el amor generoso de Dios sale de Sí mismo; en el Hijo se entrega al mundo. El Padre "da al Hijo" para la encarnación, la pasión y la muerte; para que su muerte borre los pecados del mundo, dejando en él lugar para Dios, que se entrega al mundo.
Pero esto no basta; es preciso que los recipientes estén vacíos. Cuando Dios se da, es demasiado grande para que un hombre pueda comprenderle y poseerle. Es un don de tal categoría, que el mismo don nos concede la gracia de recibirlo. Nuestra naturaleza, aunque creada a imagen de Dios, no puede llegar a eso. Dios ha de dilatarla, elevarla. Más aún; ha de crearnos de nuevo, ha de darnos parte en su propia vida divina, en su Espíritu, para que nosotros podamos comprender y recibir lo que sobrepasa nuestra naturaleza. Con los dones divinos nos otorga la fuerza, también divina, para comprenderlos y guardarlos; la "virtud divina" que corresponde al "don de Dios". Esta fuerza para recibir y guardar los dones, es ya parte del don mismo, es un principio de la vida divina que ha de sernos dada; en una palabra, es la fe, que se nos da como comienzo de la vida divina en nosotros y cuya plenitud atrae sobre nosotros.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez


sábado, 20 de octubre de 2012

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 21 DE OCTUBRE DEL 2012


¿CÓMO NOS SALVAMOS?

  

   

PRIMERA LECTURA

Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años


Lectura del libro de Isaías 53,10-11

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

SALMO RESPONSORIAL (Sal32,4-5.18-19.20 y 22)

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,  como lo esperamos de ti.

Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/.

SEGUNDA LECTURA

Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia


Lectura de la carta a los Hebreos 4,14-16

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un no sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

EVANGELIO

 

El Hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos


Lectura del santo evangelio según san Marcos 10,35-45

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.».
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por ustedes?».
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.».
Jesús replicó: «No saben lo que piden, ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizarse con el bautismo con que yo me voy a bautizar?». Contestaron: «Lo somos.».
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y se bautizarán con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Ustedes, nada de eso: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.».

COMENTARIO

 “El hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos”. Por amor a nosotros, el Padre envía a su Hijo dándole la misión de liberar a los hombres de lo que les impide amar. La muerte de Jesús es una cosa terrible, difícil de comprender. El Padre no quiso directamente la muerte  de su Hijo;  le confió una misión difícil que resultaría mortal. Lo envió a un mundo en donde, para enseñar la caridad fraterna y la verdad de Dios, había que oponerse a todos los poderes orgullosos, egoístas y farisaicos. Jesús veía adónde lo llevaba aquello, sintió angustia, pero no rechazó el cáliz: su muerte es el final de una fidelidad total a su misión. Nunca hemos de separar de toda su vida entregada por completo esa muerte que era el signo y la cima de su entrega: “Habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo”. Ese es el sentido de aquel terrible: “El Mesías tenía que sufrir”  y en ese sentido puede también decirse que “todo estaba escrito”. Lucas dirá: “Empezando por Moisés y siguiendo por los profetas,  les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura”. La vida y la muerte de Jesús son únicas debido a su valor universal. Según la frase de san Pablo, el “nuevo Adán” nos quiere hacer pensar en la unidad del género humano en Adán, que prefiguraba la unidad en Cristo.
Somos hechos para amar, pero Jesús miraba  con su lucidez  de hombre: mucho egoísmo, mucho odio, una sexualidad desquiciada, la esclavitud del dinero, miedos y  temores de todo tipo como si no existiera el Padre celestial. Jesús comienza su obra de salvación enseñando y actuando totalmente en el amor y por primera vez el amor era verdaderamente libre y podía recrear el mundo.
En la cruz, no se deja vencer por el odio. Frente al Padre que deja que se hunda en el abandono absoluto frente  sus enemigos y sus verdugos, Jesús logra superar aquello en donde nosotros nos habríamos quedado encerrados. Y detrás de él pasamos nosotros. Con él podemos decirle al Padre en la más dura de las noches: “Padre, en sus manos encomiendo mi espíritu”. Y a los imperdonables: “Padre, perdónales”. Sabemos que perdonar es la cima más ardua del amor, la prueba de que somos libres para amar. Pero el amor de Jesús en la cruz no nos libera sino porque Dios al resucitarlo ratifica esa vida y esa muerte e inaugura el nuevo mundo donde, en Jesús podemos escoger el amor como lógica. Jesús nos da el ejemplo de esa vida en el amor, y de las fuerzas para seguir siendo libres para amar. El no es solamente el que abrió el mundo nuevo, en donde entramos por el bautismo y por la fe; es también él  ese mundo nuevo. Y en él es como podemos vivir salvados: “Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gál 2, 20).
R.P. Roland Vicente Castro Juárez

sábado, 13 de octubre de 2012

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 14 DE OCTUBRE DEL 2012

LIBERATE


PRIMERA LECTURA

En comparación de la sabiduría, tuve en nada la riqueza


Lectura del libro de la Sabiduría (7,7-11):
Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables.

SALMO RESPONSORIAL (Sal  89,12-13.14-15.16-17
Sácianos de tu misericordia, Señor, y toda nuestra vida será alegría.

R. SÁCIANOS SEÑOR, DE TU MISERICORDIA.

Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?. Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. R/.

Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

SEGUNDA LECTURA

La palabra de Dios juzga los deseos e intenciones del corazón


Lectura de la carta a los Hebreos (4,12-13):
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

EVANGELIO

Vende lo que tienes y sígueme


Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-30):
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno?. No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.».
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.».
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!».
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.».
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.».
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.».
Jesús dijo: «Les aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.»

COMENTARIO

La gran cuestión de las riquezas no consiste en saber a partir de qué fortuna o con que salario uno deja de ser cristiano. Marcos no nos hace pensar en una calculadora, sino en Jesús que nos mira (tres veces se habla de esta mirada) y nos dice: “Sígueme”. ¿No ha dicho antes: “Liquídalo, dalo todo?”. Sí, pero esto significa exactamente: “Libérate de todo para seguirme”. Por tanto, es una lección, no de tristeza, sino de gran alegría. Si alguno cree que seguir a Jesús no es embarcarse en la felicidad, que cierre el evangelio.
El joven rico se puso a los pies de Jesús, buscaba la felicidad y se marchó triste. Lo tenia todo, según se dice, para ser feliz, pero Jesús le trazó este diagnóstico: “Una cosa te falta”. ¡Pobre de nosotros si nos falta eso!. Esa cosa tan preciosa es la posibilidad de seguir a Jesús. ¡Y esto supone una famosa liberación! “Vete, libérate de lo que puede encadenar, véndelo todo para  comprar la libertad de seguirme”. Ese es entonces la cuestión. Volvemos al “¡Liquídalo todo!”. ¿Habrá que seguir a Jesús totalmente desnudo”. Jesús no iba desnudo ni tampoco era un andrajoso. El no conoció la miseria. Comía y bebía normalmente; admitió incluso un gasto superfluo como el perfume que le ofrecía la mujer pecadora. Pero como nada lo ataba, pudo llegar hasta el fin de todo lo que exigía el amor fraternal. Cuando nos dice: “¡Ven!”, nos llama por ese camino, no hacia las cimas del despojo, sino hacia las cimas del amor. Hay que esforzarse por liberarse de todo lo que nos impide amar y servir. No hay nada que despoje tanto como el querer ser libre. Chocamos muy pronto con las cadenas del dinero: tener demasiado  no tener bastante.
Una vez más, acaba de constatar que la riqueza estropea a los mejores.  Aquel joven rico era un chico maravilloso, con grandes deseos de llegar lejos. “Jesús se le quedó mirando y le tomó cariño”.  Desgraciadamente lo vemos tan enredado en todo lo que se posee que no habría sido capaz de avanzar por el camino.  Más pronto o más tarde, el hombre choca con la  pared de  una imposibilidad “Señor hasta allí no puedo seguirte”. Pero Jesús les dice tanto a  los ricos como a los pobres una palabra que puede transformar nuestro desaliento en experiencia de confianza: “Todo es posible para Dios”.  No es una frase de un hombre, sino una palabra de Dios, vale la pena arriesgarlo todo para lanzarse a esta  confianza: “Contigo  no hay nada imposible”.  El brazo de Dios es lo bastante fuerte para arrancarnos del egoísmo así como de la inquietud del amor fraterno. “Es como hacer pasar al camello por el ojo de la aguja”.
Ante esta imagen pintoresca, pero tremenda, los discípulos miden la dificultad de seguir a Jesús: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”. Cuando Jesús nos  dice: “Libérate”, se trata de  una invitación  pero  también de un ofrecimiento.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

sábado, 6 de octubre de 2012

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO XXVII DEL TO. CICLO B - 07 DE OCTUBRE DEL 2012



SE PUEDE REZAR A PROPÓSITO DE UNA CUESTIÓN DE MORAL”
  

 PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del  Génesis  Gn. 2, 18-24

El Señor Dios se dijo: "No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude." Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase. Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presento al hombre. El hombre dijo: "¡Ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne".

SALMO RESPONSORIAL (Sal  127, 1-2. 3. 4-5.6)

"QUE EL SEÑOR TE BENDIGA DESDE SIÓN"

Dichoso el que teme al Señor 
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, 
serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda, 
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, 
alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre, 
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén 
todos los días de tu vida. R.

Que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel! R.


SEGUNDA LECTURA

Lectura  del Libro de Hebreos 2, 9-11

Hermanos: Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.

EVANGELIO

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 10, 2-16

"En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?". Él les replicó: "¿Qué les ha mandado Moisés?" Contestaron: "Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio." Jesús les dijo: "Por su terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne". De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre." En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: "Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio." Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

COMENTARIO

Jesús responde a una pregunta-trampa: “¿Le está permitido a un hombre repudiar a su mujer?”, intentando hacer reflexionar primero a sus adversarios y después a sus discípulos sobre el matrimonio tal como fue concebido por Dios. ¿Qué es lo que permite la ley?. El matrimonio como creación de Dios: “Al principio”. Los hombres no dejarán de hacer a este propósito consideraciones y leyes, según la evolución de las costumbres, pero el evangelio nos remitirá siempre a lo que Dios quiso: una pareja fundada en la diferencia sexual y en la duración.
“Al principio del mundo, Dios los hizo varón y hembra. Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser. Luego lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”. Algo muy sencillo y  muy fuerte. Hay que partir de aquí para intentar ver las cosas claras siempre que se habla de la homosexualidad, de la poligamia, del divorcio y de la infidelidad. Contra concepciones diferentes (incluso respetables, como cierta poligamia africana), contra las rebeldías y los endurecimientos, lo mejor es volver a esta roca: “Al principio”. Gracias al juego de las culturas, el matrimonio ha tomado rostros diversos, también es algo que hay que meditar.
Marcos, que escribe para cristianos de origen pagano, advierte que en el derecho romano también puede divorciarse la mujer. Sin embargo, en cualquier cultura, sean cuales fueren los derroteros de la facilidad (criticar la duración y la fidelidad) o de la generosidad (ser comprensivo con los fracasos), Jesús exige que se tienda hacia ese ideal: un hombre y una mujer que se aman en lo mejor y en lo peor, en el tiempo  y por toda la eternidad. Su primer amor frágil tiene que transformarse en segundo amor inquebrantable: una mezcla de cariño, de aliento, de tenacidad y de fe, que permitirá resistir en las tempestades o lo que es peor a veces, en los días grises.
Ayer estaba mal visto divorciarse y entre los mejores cristianos había muy poca misericordia en este punto. Hoy en nuestra sociedad se acepta cualquier divorcio como un simple incidente en la vida. Muchos pierden las ganas de luchar para salvar un amor, el suyo o el de otras parejas y no debemos olvidar que lo que no pueden nuestras fuerzas, lo puede hacer la oración.
Luchar es ante todo rezar. También aquí es posible ceder a las ironías y a los desánimos cuando se habla de rezar para salvar un hogar. Cuando  se dice: “He  rezado mucho, pero ha sido inútil”. ¿De verdad se ha rezado mucho? ¿Con cuánta fe? La oración que hacemos por cambiar el corazón del otro tiene que ser primero (y no suele serlo) oración por cambiar nuestro propio corazón, nuestras quejas, nuestras palabras, nuestro comportamiento. Aún en los casos extremos de divorcio, salvarse a sí mismo del odio y salvar del odio al otro y a los hijos es ya una victoria inmensa. Pero también ha visto cómo se salvaba el amor por una oración casi a la desesperada.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez

viernes, 5 de octubre de 2012

CANTOS DE MISA DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO CICLO B - 7 DE OCUBRE 2012


DOMINGO, XXVII (07 DE OCTUBRE DEL 2012)


01.- AMAR ES VIDA

1.- Amar es vida, vida es alegría
quién nunca amó, vivió sin ilusión.
Alegres cantan sus melodías,
las ansiedades del corazón (bis).

ALEGRE ESTOY CANTANDO VOY
ESTE ES EL DÍA QUE HIZO EL SEÑOR (2V.)

2.- Cuando recuerdo aquél amor divino,
que siendo Dios, al suelo descendió.
Mi alma canta, mi alma goza,
porque la vida me dio el Señor. (Bis)

3.- Yo soy feliz por cada día nuevo,
por la ilusión de ver amanecer.
Por las estrellas y por el cielo,
por la alegría de renacer. (bis).

4.- Por los caminos áridos del mundo,
busco la huella de un amor feliz.
soy peregrino, soy vagabundo
un cielo eterno brilla hoy en mí (bis).

02.- AMAR ES ENTREGARSE

1.- Amar es entregarse olvidándose de sí,
buscando lo que al otro, pueda hacerle feliz (2v).

QUE LINDO ES VIVIR PARA AMAR,
QUE GRANDE ES TENER PARA DAR,
DAR ALEGRÍA Y FELICIDAD,
DARSE UNO MISMO ESO ES AMAR (2V).

2.- Si amas como a ti mismo y te entregas a los demás,
verás que no hay egoísmo que no puedas superar.

03.- ESTE ES EL MOMENTO.

1.- Este es el momento, de alegrar la mesa,
con el vino y con el Pan,
que consagraremos y que ofreceremos,
y que hemos de comulgar.
Este es el momento, de llegar confiados
a la mesa del altar,
porque tu palabra vivificadora,
nos acaba de llamar.

PADRE DE JESÚS BENDICE,
LO QUE TE OFRECEMOS HOY
Y QUE AL PREPARAR TÚ MESA,
SE RENUEVE EL GOZO DE SABER TU AMOR (2V.).

 2.- Pan de nuestra vida, pan de nuestras manos,
pan de nuestra juventud, pan que te entregamos;
juntos como hermanos en señal de gratitud.
Vino de la tierra, buena y generosa,
vino te ofrecemos hoy, lleva nuestras luchas,
lleva nuestras penas, lleva nuestra sed de amar.

COMUNION :

FIESTA DEL BANQUETE

FIESTA DEL BANQUETE, MESA DEL SEÑOR.
PAN DE EUCARISTÍA, SANGRE DE REDENCIÓN.

Este pan que nos das por manjar,
es el pan de unidad y fraternidad.

Hacia Ti vamos hoy a tu altar.
Tú nos das la ilusión en nuestro caminar.

Escuché su voz en mi caminar,
conocí al Señor en la fracción del Pan.

Pan de vida eterna, Cuerpo del Señor
Cáliz de la Alianza, fuente de Salvación.

SI YO NO TENGO AMOR

SI YO NO TENGO AMOR,
YO NADA SOY, SEÑOR (2V).

1.- El amor es comprensivo,
el amor es servicial,
el amor no tiene envidia,
el amor no busca el mal.

2.- El amor nunca se irrita,
el amor no es descortés,
el amor no es egoísta,
el amor nunca es doblez.

3.- El amor disculpa todo,
el amor es caridad;
no se alegra de lo injusto,
sólo goza en la verdad.

4.- El amor soporta todo,
el amor todo lo cree,
el amor todo lo espera;
el amor es siempre fiel.

5.- Nuestra fe, nuestra esperanza
frente a Dios terminará;
el amor es algo eterno,
nunca, nunca pasará.

05.- HIMNO AL SEÑOR CAUTIVO.

1.- A ti señor Cautivo,
piedad, Señor piedad.

SI GRANDES SON MIS CULPAS,
MAYOR ES TU BONDAD (BIS)

2.- Por tu pasión y muerte,
piedad, Señor Piedad.

3.- Por tus crueles azotes,
piedad, Señor piedad.

4.- Por tu preciosa sangre,
piedad, Señor piedad.

5.- Por tus sagradas llagas,
piedad, Señor piedad

6.- Por tu costado abierto,
piedad, Señor piedad.

7.- Por tu cruel agonía,
piedad, Señor piedad.

8.- Por tu afligida madre,
piedad Señor, piedad.