viernes, 26 de octubre de 2012

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 28 DE OCTUBRE DEL 2012


DOMINGO XXX TIEMPO ORDINARIO CICLO B - 28 DE OCTUBRE DEL 2012



PRIMERA LECTURA

Lectura de la Carta de  Números 21,4b-9

En aquellos días, el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 83, 2-3.4.5-6. 7-8. 11.12)-

DICHOSOS LOS QUE VIVEN EN TU CASA, SEÑOR

¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!. Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. R

Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación. R

Cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; 8caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión. R

Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. R.

Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. R

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 2,5-12

Hermanos: Tengan entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su condición de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando uno por tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajo hasta someterse   incluso a la muerte
y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levanto sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en al abismo, y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para Gloria de Dios Padre.
Por lo tanto, queridos hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no solo cuando yo estaba presente, sino mucho mas ahora en u  ausencia, sigan actuando su salvación con temor y temblor.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 11-16.

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Yo te aseguro, que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto; pero ustedes rechazan nuestro testimonio. Si no me creen cuando les hablo de la tierra, ¿cómo van a creerme cuando les hable de las cosas del cielo?. Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.

COMENTARIO

TANTO AMO DIOS AL MUNDO

"Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo Unigénito". ¡Profundas palabras, en las que el alma debe abismarse! Dios da. Este es el hecho fundamental de nuestra fe; sobre él descansa la revelación. De Dios sólo sabemos que da; se nos da a Sí mismo.
Pues Dios no tiene algo, sino que El lo es todo. Si da, sólo puede darse a Sí mismo; y con El se nos da ciertamente todo. En todo lo que recibimos como don de la naturaleza o regalo de la gracia se da Dios a Si mismo. Y sólo en la medida en que lo reconocemos, poseemos lo que nos es dado. Todo lo que nos es dado puede sernos arrebatado de nuevo. Pero somos poseedores del don en tanto que reconocemos a Dios como la fuente de lo que nos da.
Dios se convierte en don. Primero, dentro de su mismo Ser; pues al engendrar a su Hijo, se da a Sí mismo. Y el Hijo, al reconocer y amar a su causa generatriz, se vuelve a dar al Padre. La tercera persona divina, el Espíritu vital que sopla y fluye por doquier, el Espíritu Santo, es don entre Padre e Hijo. Pero el amor generoso de Dios sale de Sí mismo; en el Hijo se entrega al mundo. El Padre "da al Hijo" para la encarnación, la pasión y la muerte; para que su muerte borre los pecados del mundo, dejando en él lugar para Dios, que se entrega al mundo.
Pero esto no basta; es preciso que los recipientes estén vacíos. Cuando Dios se da, es demasiado grande para que un hombre pueda comprenderle y poseerle. Es un don de tal categoría, que el mismo don nos concede la gracia de recibirlo. Nuestra naturaleza, aunque creada a imagen de Dios, no puede llegar a eso. Dios ha de dilatarla, elevarla. Más aún; ha de crearnos de nuevo, ha de darnos parte en su propia vida divina, en su Espíritu, para que nosotros podamos comprender y recibir lo que sobrepasa nuestra naturaleza. Con los dones divinos nos otorga la fuerza, también divina, para comprenderlos y guardarlos; la "virtud divina" que corresponde al "don de Dios". Esta fuerza para recibir y guardar los dones, es ya parte del don mismo, es un principio de la vida divina que ha de sernos dada; en una palabra, es la fe, que se nos da como comienzo de la vida divina en nosotros y cuya plenitud atrae sobre nosotros.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez