viernes, 19 de diciembre de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO IV ADVIENTO CICLO B - 21 DICIEMBRE 2014

ALEGRATE


PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.».
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.».
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 88)

Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, 
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades."» R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.».
Le mantendré eternamente mi favor, 
y mi alianza con él será estable. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 16,25-27

Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.».
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.».  Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.».  María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.».  Y la dejó el ángel.

COMENTARIO

Por su belleza literaria y por la hondura de su teología nuestro texto constituye uno de los pasajes centrales del N.T.
El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret. Una página que nos sabemos de memoria. Muchas veces se ha traducido este saludo por una fórmula de respeto admirativo: “Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo”, es algo muy hermoso; es nuestra Ave María.
Pero los especialistas que escudriñan el evangelio, utilizan otras palabras mucho más fuertes para traducir a Lucas: Alégrate, privilegiada, el Señor está contigo. Semejante formula reviste para María, la meditativa, el colorido  y el esplendor de los anuncios mesiánicos: Alégrate: esta alegría es Dios. El Señor está contigo: ella conoce las Escrituras, se siente turbada, sabe a dónde van esas palabras que abren a puerta a los grandes misiones. Vas a ser la Madre del Mesías.
El ángel multiplicó unas expresiones que, reunidas entre si, no pueden dejarle ninguna duda: sobre ella recae ciertamente la gran promesa: Darás a luz un hijo, será grande, se llamara hijo del Altísimo,  Reinará y su reino no tendrá fin.
Para penetrar más en la revelación, Lucas pone en labios de María la cuestión que nos va a proyectar ente todo el misterio:-¡Yo soy Virgen! -Si, María, y lo seguirás siendo, porque el niño infinitamente santo que nacerá en ti es el Hijo de Dios.
El Espíritu Santo, la fuerza del altísimo, producirá en ti ese nacimiento absolutamente único. La cumbre de esta página: El que va a nacer es el Hijo de Dios. Todo lo que quería decirnos  Lucas esta aquí. Y añade una palabra para ayudar a nuestra fe: Para Dios  no hay nada imposible. Y nos hace escuchar el sí de María que la entrega por completo, un sí tan entero que jamás Dios recibirá otro igual.
Pero lo que hay que escuchar sobre todo es el anuncio, la alegría: se nos ha dado el Mesías, el que viene a salvarnos de toda maldad y de toda miseria. ¡Dios mismo va a nacer de una mujer para ser un hombre como nosotros! ¿Llegaremos alguna vez de hacernos idea de esto? San Juan lo formula con toda claridad: El Verbo, que es Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros.
Dios entre nosotros, Dios con nosotros: el gozo que se le ofrece a María (¡Alégrate!) es el gozo que se nos ofrece cuando comprendemos hasta que punto, por Jesús (y por María),
Dios está con nosotros, está para nosotros. Sean cuales fueren las sombras sobre el mundo y sobre nuestra vida, ¿quién podrá arrebatarnos este sol?.
Los días en que Jesús se hace más fuertemente sol para nosotros son nuestras anunciaciones. Unas veces dulces, otras crueles. ¿Cuál es el ángel que nos despierta?.
A veces una página del evangelio, o un maravilloso encuentro fraternal. O un sufrimiento que quiebra esperanzas e ilusiones. 
De pronto nos sentimos llamados a cosas más difíciles y más altas. Alégrate, el Señor está contigo, vas a dar a luz tu propia vida y vas a engendrar todo un mundo. Con tal que digas sí.

PLEGARIA UNIVERSAL.
A Cristo que viene, presentamos nuestras plegarias para que por su mediación el Padre conceda a su Iglesia los dones necesarios para preparar nuestro corazón a la venida de su Hijo Nuestro Señor. Nuestra Plegaria es: Señor, ayúdanos a preparar la Navidad:

1.- Por el Papa, Obispos y sacerdotes y todo el pueblo que formamos la Iglesia, haz que todo este tiempo de Adviento nos lleve a acoger al aniño que nace y al hermano que esta necesitado. Roguemos al Señor.

2.- Por nuestros gobernantes para que con sus decisiones contribuyan a traer la paz, la armonía y la convivencia pacífica entre todos. Roguemos al Señor.

3.- Por los que viven lejos de sus hogares, extranjeros, emigrantes, desplazados, para que sean acogidos por los que les rodean y puedan disfrutar de una Navidad con alegría y paz. Roguemos al Señor.

4.- Por todos aquellos que se resisten a acoger al niño Jesús como Salvador, para que el Amor de Dios toque sus corazones y los mueva a aceptar este gran misterio. Roguemos al Señor.

5.- Por todos los hogares que han preparado durante estas sanas de Adviento sus corazones, para que Dios nazca en ellos  y llene de calor y alegría cada hogar cristiano. Roguemos al Señor.

6.- Por nosotros que nos reunimos ante el altar de Cristo, para que la perseverancia no se convierta en rutina y nos gocemos inmensamente por el nacimiento de nuestro Redentor. Roguemos al Señor.

Padre, en estos días de espera ante la inminente llegada de tu Hijo, dispón nuestro corazón y nuestra vida para que le acojamos y pueda quedarse siempre entre nosotros. Te lo pedimos por Tu Hijo Jesucristo, nuestro Redentor, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 22: 1S 1, 24-28; Sal: 1S 2, 1-8; Lc 1, 46-56.
Martes 23: Ml 3, 1-4.23-24; Sal 24; Lc 1, 57-66.
Miércoles 24: 2S 7, 1-5.8b-12.14ª.16; Sal 88; Lc 1, 67-79.
Vigilia de la Navidad del Señor: Is 62,m1-5; Sal 88; Hch 13, 16-17.22-25; Mt 1, 1-25.
Jueves25: La Natividad del Señor (S)
Misa de Medianoche: Is 9, 1-3.5-6; Sal 95; Tt 2, 11-14; Lc 2, 1-14.
Misa de la Aurora: Is 62, 11-12; Sal 96; Tt 3, 4-7; Lc 2, 15-20.
Misa del Día: Is 52, 7-10; Sal 97, Hb 1, 1-6; Jn 1, 1-18.
Viernes26: San Esteban, protomártir (F) Hch 6, 8-10; 7,m54-60; Sal 30; Mt 10, 17-22.
Sábado27: San Juan, Apóstol y evangelista (F) 1Jn 1, 1-4; Sal 96; Jn 20, 2-8.
Domingo28: La Sagrada Familia : Jesús, María y José (F)

Eclo 3, 2-6.12-14; Sal 127, Col 3, 12-21; Lc 2, 22-40.