viernes, 26 de agosto de 2016

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 28 AGOSTO 2016

¿A  QUIEN  INVITAMOS  NOSOTROS?.
  


ORACION COLECTA

Dios todopoderoso, de quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu  nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 3,17-18.20.28-29

Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes. No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta. El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará.

SALMO RESPONSORIAL (67)

Preparaste, oh Dios, casa para los pobres

Los justos se alegran,  gozan en la presencia de Dios,  rebosando de alegría.  Canten a Dios, toquen en su honor;  su nombre es el Señor. R.

Padre de huérfanos, protector de viudas,  Dios vive en su santa morada.  Dios prepara casa a los desvalidos,  libera a los cautivos y los enriquece. R.

Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,  aliviaste la tierra extenuada;  y tu rebaño habitó en la tierra  que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 12,18-19.22-24a

Ustedes no se han acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni han oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Ustedes se han acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,1.7-14

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.».
Y dijo al que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.».

COMENTARIO

Era costumbre en aquellos tiempos y lugares invitar de vez en cuando a un rabino para conversar durante la comida sobre algún punto de interés religioso. Esto ocurría principalmente los sábados. En algún sentido, esta costumbre perfectamente natural se continúa hoy en ciertos ambientes y familias que cultivan la amistad de los sacerdotes. También Jesús fue invitado a comer un día de sábado. Y aunque el anfitrión era un fariseo y uno de los principales, aceptó. Pues Jesús no era un puritano, y ya otras veces había aceptado la invitación de otros fariseos. Con todo, Jesús prefería comer con publicanos y pecadores. En esta ocasión había allí otros invitados, amigos de este personaje y fariseos lo mismo que él. Y todos éstos "espiaban" a Jesús. Este detalle demuestra que no había sido invitado de corazón, sino únicamente como pretexto para ver si podían sorprenderle en algún fallo.
Jesús observa, se divierte y hace una primera observación un tanto picante a propósito del juego de las precedencias: “No te sientes en el puesto principal”. Se trata de “gente acomodada”. ¿Dónde están los marginados que siempre fueron sus preferidos? Y lanza una idea como un latigazo: “Cuando des una comida, no pienses en invitar a los amigos, o a tal pariente, o a tal vecino interesante. Invita más bien a los pobres y necesitados” les algo difícil  de tragar. ¿Se ven ustedes mismos cursando este tipo de invitaciones? Pero lo que sigue es todavía  más preocupante: “En  el cielo te lo pagarán”. Entonces, bien; se trata de ser astutos con la virtud. Al principio del banquete, el primer consejo era: “Escoge el último puesto, para que te hagan subir”. Ahora, la gran especulación: “Invita a los  indigentes; que Dios te lo pagará”. ¡Extraños consejos!. Jesús nos revela de pronto todo el sentido que puede tener eso; cuando obras de ese modo, ¿qué tipo de hombre eres delante de Dios?. Te preocupas de un rango social, lo mides con cierto afán, por la acogida que te ofrecen en las recepciones.  Se trata de algo que no hay que rechazar ni exagerar, pero lo importante no es eso. ¡Hay que ir más lejos! Hasta tu lugar delante de Dios. Lo que tú eres a sus ojos es lo que constituirá algún día tu valor real y definitivo. Lo que todos admirarán a juzgarán como el peor de los fracasos. ¿Y tus famosos banquetes, tus invitaciones tan estudiadas? Te sacudí un poco al decirte que no invite a las personas que te interesan. ¡Ante el corazón de Dios! ¿Invitas quizás tan puramente, tan sólo con la idea de hacer felices a los demás? ¿Unos hombres felices que no tienen que darte gracias por ello?.  La apuesta es formidable; conviene leer bien las últimas palabras: “Dichoso tú entonces porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos”. Jesús se fija ante todo en el éxito final. Pero esa dicha es una felicidad inmediata: ya eres dichoso por cursar esas  invitaciones. Y lo serás más algún día en la mesa de Dios porque, ya desde ahora, tu mesa es la mesa de Dios.   Por tanto, no se trata de invitar algún pobre solitario o al más humilde del barrio para conseguir un buen trozo de cielo. Lo que se necesita más bien es ser normalmente una persona que realice tales gestos que pueda decirse de ella: “En su casa está uno como en casa de Dios”.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos a Dios Padre, por mediación de nuestro Señor Jesucristo, Cordero humilde y salvador del mundo. Ya cada petición digamos: R. Haz Señor, que seamos humildes.

1.- Por la Iglesia de Dios, por el Papa, los Obispos  y  los  sacerdotes,  para  que nunca se olviden   de  que  hay  que   servir  y    no  ser servidos. Haz Señor, que seamos humildes.

2.- Por los políticos, los artistas y los científicos, para que el Espíritu Santo les descubra constantemente que su trabajo es un servicio a los demás. Haz Señor, que seamos humildes.

3.- Por todos nosotros, para que tengamos los mismos sentimientos de Jesús, manso y humilde de corazón. Haz Señor, que seamos humildes.

Recibe, Dios Padre bueno, los humildes suplicas que te dirijamos y escúchalas para que podamos ser habitantes de un mundo mejor. Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. Amen.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Esta ofrenda, Señor, nos atraiga siempre tu bendición salvadora, para que se cumpla por tu poder lo que celebramos en estos misterios. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Saciados con el Pan del Cielo te pedimos, Señor, que el amor con que nos alimentas fortalezca nuestros corazones y nos mueva a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 29: Jer. 1, 17-19; Sal 70; Mc. 6, 17-29.
Martes 30: Santa Rosa de Lima: Ecles. 3, 17-24; Sal 15; Filp. 3, 8-14. ; Cor. 2, 10b-16; Sal 144; Lc. 4, 31-37.
Miércoles 31: 1Cor. 3, 1-9; Sal 32; Lc. 4, 38-44.
Jueves 01: 1Cor. 3,18-23; Sal 23;  Lc 5,1-11.
Viernes 02: 1Cor. 4,1-5; Sal 36; Lc. 5,33-39.
Sábado 03: 1Cor. 4,6b-15; Sal 144;  Lc. 6,1-5.
Domingo 04: Sab. 9,13-18; Sal 89; Fil. 9b-10.12-17; Lc. 14,25-33.


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 14, 01. 07-14

1.- Sin perder de vista la perspectiva del camino, Lucas nos presenta a Jesús tomando parte en la comida del sábado en casa de un fariseo importante. En esta ocasión Lucas parece tener especial interés en resaltar la actitud circunspecta y observadora de los protagonistas. Fruto, en efecto, de ella son las palabras de Jesús, a las que Lucas califica de parábola (ejemplo, según la traducción litúrgica). En realidad son dos las parábolas: la primera dirigida a los invitados, la segunda al anfitrión.
Una parábola de Jesús es una ilustración, una instrucción gráfica en la que las situaciones están deliberadamente agrandadas y exageradas, de forma que produzcan en el oyente un impacto, que le lleve a dar vueltas y vueltas a lo escuchado hasta captar su sentido. En labios de Jesús la parábola es un recurso de choque y funciona por evocación. El sentido de una parábola se esconde o se encuentra siempre detrás del entramado de imágenes y de lenguaje.
La primera parábola de hoy está formulada en términos de recomendación práctica para invitados a un banquete. No sentarse a la cabecera de la mesa sino en el último lugar. Cabecera por oposición a último lugar. El impacto está asegurado por el grafismo de la recomendación. Pero pronto ésta evoca otras cosas.
Cabecera, preeminencia, importancia, prestigio, último lugar como expresión de todo lo contrario. Empezamos a intuir que lo que Jesús propugna es una subversión de valores, negando los habitualmente tenidos por tales. Lo alto es bajo, lo bajo es alto. "El que se enaltece será humillado, el que se humilla será enaltecido". Lo que parecía ser una recomendación práctica para invitados es en realidad la negación de valores socialmente tenidos por tales e individualmente apetecidos y buscados.
La segunda parábola es de las imposibles de olvidar. Sus imágenes deliberadamente agresivas garantizan el impacto y el desconcierto. Sin embargo, el propio lenguaje de la parábola nos pone en la pista de sentido. Tres veces resuena el verbo "quedar pagado" y una el verbo "corresponder". Empezamos a intuir que lo que Jesús propugna es la actuación desinteresada.
VCR/DIFICIL:El texto aporta nuevos rasgos al caminar en cristiano. Simultáneamente descubrimos que estos rasgos apuntan directamente contra comportamientos que parecen connaturales y enraizados en la psicología tanto de los individuos como de los grupos. La búsqueda de prestigio parece obedecer a una necesidad instintiva. El actuar y el relacionarse con unos y no con otros, según que puedan o no aportarme algo, también parece inevitable. ¡El prestigio! ¡Las relaciones interesadas! Tal vez empezamos a caer en la cuenta que la dificultad del camino cristiano está en la radicalidad de su novedad. El cristiano es una persona radicalmente nueva (CR/H-NUEVO) porque la novedad afecta a los arquetipos de comportamiento, a las formas inmanentes de la psicología humana, tanto individual como colectiva. Ser cristiano es ciertamente difícil, porque significa ser una persona diferente.
Alberto Benito, DABAR 1989, 44



Habitualmente los judíos hacían dos comidas, una ligera a mitad de mañana y la fuerte por la tarde. Los sábados añadían una tercera entre las dos habituales, inmediatamente después del servicio sinagogal. Era especialmente solemne. El jefe de la sinagoga solía invitar al que había tenido la homilía, cosa que podía hacer cualquiera de los adultos varones presentes.



Santa Teresa dio una buena definición. Andar en verdad. Ni más ni menos. Saber ser lo que uno es y saber luchar por ser lo que Dios espera que seamos. Aceptando la verdad. Viviendo verazmente. Sin enaltecerse, sin elevarse, sin darse importancia ("siervos inútiles somos" Lc 17, 10), sin engreírse, sin considerarse autosuficiente, etc. Aceptar la verdad pura y simplemente. Esta humildad es un valor evangélico y por eso Jesús emplea ahí una fórmula solemne: "Dichoso tú", como una bienaventuranza más.
DABAR 1977, 51


lunes, 22 de agosto de 2016

NOVENARIO EN HONOR A SANTA ROSA DE LIMA

NOVENARIO EN HONOR A SANTA ROSA DE LIMA


DEL 21 AL 30 DE AGOSTO DEL 2016

Participa de nuestra fiesta patronal

INTRODUCCION

Vamos a dar inicio a nuestra novena en honor a Santa Rosa de Lima A puertas de las 4 centurias de su desaparición, sigue siendo una santa muy recordada. Su nombre verdadero fue Isabel Flores de Oliva. Y se le atribuye ser santa de América, de las Filipinas, de la Policía Nacional del Perú, y de otras entidades también.
Cabe resaltar que según sus biógrafos, vino al mundo el 30 de abril de 1586 en la ciudad de Lima. Cuando tenía doce años se trasladó con su familia a Quives. Y fue allí donde recibe el sacramento de la confirmación, por parte de Santo Toribio de Mogrovejo.
No quería ser llamada Rosa pues ese nombre no era el suyo. Luego de una consulta con un sacerdote pidió que la llamasen “Rosa de Santa María”. Prosiguió su juventud trabajando casi todo el día en el huerto y tejiendo para diferentes familias. Todo ello lo hacía para ayudar a su familia, puesto que tenían problemas económicos. Sus padres tenían el anhelo de verla vestida de novia y próxima a contraer nupcias, pero ella no quería tal desenlace. Y fue así que al cabo de unos años ingresó a la Tercera orden de Santo Domingo.
A partir de allí se aisló de su mundo, quedando enclaustrada en una ermita que ella edificó con la ayuda de su hermano Hernando, y solo salía para asistir a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Del mismo modo, atendía a algunos enfermos que solicitaban atención, y ella los atendía y los curaba.
Es así que nuestra santa limeña vivirá en nuestro recuerdo, y a un año de cumplirse 400 años de su muerte, pasará el tiempo y su recuerdo persiste. Y cada 30 de agosto seguirá yendo gente a su hogar y a depositar su petición en aquel “pozo de los deseos”. Y pasarán los años y los milenios, pero Santa Rosa quedará guardada en nuestros corazones. ¡Viva la primera santa de América!
Por eso nuestra Parroquia y su IEP Parroquial Santa Rosa de Lima, van a celebrar su fiesta patronal y lo invita a participar de los de las diferentes actividades en su honor
P. Roland Castro Juárez
                                    PARROCO

SABADO 20 DE AGOSTO

I.E.P. 8:30 a.m. Mañana Deportiva

DOMINGO 21 DE AGOSTO

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
GRUPO: Movimiento Parroquial Juan XXIII (Parroquial) - Liturgia – Acólitos - Lectores
I.I.E.E: San Ignacio De Loyola - Santa Rosa de Lima 15038
CORO. Coro Santa Rosa
CAFETÍN: Movimiento Parroquial Juan XXIII

LUNES 22 DE AGOSTO
I.E.P. 10:00 a.m. Concurso de Canto, género criollo, internacional

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
GRUPO: Catequesis en Familia – Vocaciones – Pastoral de Salud
I.E: San Martín de Porres 15511
CORO: Coro Walter Ramírez
CAFETÍN: Catequesis en Familia – Vocaciones – Pastoral de Salud

MARTES 23 DE AGOSTO:

I.E.P. Show Infantil: Inicial- Primaria (Inicial: 9:00 a.m. - Primaria: 8:00 a.m).

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
GRUPO: IEP Parroquial Santa Rosa (Inicial - 1 Primaria).
I.E: IEP Parroquial Santa Rosa
CORO: Coro Cristo Rey
CAFETÍN: IEP Parroquial Santa Rosa: Nivel Inicial y 1º primaria.

MIERCOLES 24 DE AGOSTO

I.E.P. 9:00 a.m. Concurso de Teatro (Secundaria)

3.00 p.m.: Celebración con el adulto mayor y Unción de los enfermos
6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
GRUPO: Capilla San Pedro
I.E: Politécnico “Alejandro Taboada”
CORO: San Pedro
CAFETÍN: Capilla San Pedro

JUEVES 25 AGOSTO

I.E.P. 10:10 a.m. Concurso de Periódicos Murales (Inicial, Primaria, Secundaria)

I.E.P. 6:30 p.m. Actuación Central de la IEP

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
GRUPO: Movimiento Neocatecumenal
I.I.E.E: I.E. María De Fátima - Cayetano Heredia
CORO: María de Fátima
CAFETÍN: Movimiento Neocatecumenal

VIERNES 26 DE AGOSTO

I.E.P. 1:00 p.m. Visita de Promoción 71 ex alumnos. Partido amistoso de básquet con colegio invitado

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
TEMA:
GRUPOS: Catequesis de Confirmación – Grupos Marianos – Movimiento de Vida Cristiana
I.E: I.P. Nuestra Señora del Carmen
CORO: Coro Santa Rosa.
CAFETÍN: Catequesis de Confirmación – Grupos Marianos – Movimiento de Vida Cristiana.

SÁBADO 27 DE AGOSTO

I.E.P. 9:00 a.m. Misa con ex alumnos. PROMOCION 1971

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
TEMA:
GRUPOS: Ministros de la Comunión – Adoradoras – Divino Niño – Divina Misericordia
I.I.E.E: Antonio Raymondi
CORO: Santa Rosa
CAFETÍN: Ministros de la Comunión – Adoradoras – Divino Niño – Divina Misericordia

DOMINGO 28 DE AGOSTO

12.00 a.m.: Bendición de mascotas.

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
TEMA:
GRUPO: Bodas de Caná - Hijos de Bodas de Cana – Renovación Carismática Católica
I.I.E.E: 15508 “Domingo Savio 
CORO: Santa Rosa
CAFETÍN: Bodas de Caná

LUNES 29 DE AGOSTO

I.E.P. 8:15 a.m. Concurso de Razonamiento  Matemático

6.30 p.m.: Rosario
7: 00 p.m.: Celebración Eucarística
TEMA:
GRUPO: IEP Parroquial Santa Rosa (Primaria - Secundaria).
CORO: Coro Santa Rosa
EVENTO: Retreta y Gran Serenata
RESPONSABLES: IEP Parroquial Santa Rosa (Retreta) y MRP Juan XXIII (Vicarial - Verbena)
CAFETÍN: IEP Parroquial Santa Rosa (Primaria y secundaria)
Quema de un vistoso Castillo

MARTES 30 DE AGOSTO

9.30 a.m.: Celebración Eucarística
11.00 a.m.: Procesión, por las calles de nuestra Parroquia
CORO: Coro Santa Rosa
7.00 p.m. Celebración Eucarística
8.00 p.m. Rifa parroquial











viernes, 19 de agosto de 2016

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXI TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 21 AGOSTO 2016

LA PUERTA ESTRECHA


ORACION COLECTA

Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo, inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 66,18-21

Así dice el Señor: «Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mí gloria, les daré una señal, y de entre ellos despacharé supervivientes a las naciones: a Tarsis, Etiopía, Libia, Masac, Tubal y Grecia, a las costas lejanas que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria; y anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todos los países, como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos a caballo y en carros y en literas, en mulos y dromedarios, hasta mi monte santo de Jerusalén –dice el Señor–, como los israelitas, en vasijas puras, traen ofrendas al templo del Señor. De entre ellos escogeré sacerdotes y levitas» –dice el Señor–.

SALMO RESPONSORIAL (116)

Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio

Alaben al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos. R.

Firme es su misericordia con nosotros,  su fidelidad dura por siempre. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 12,5-7.11-13

Han olvidado la exhortación paternal que les dieron: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos.» Acepten la corrección, porque Dios los trata como a hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus hijos?.  
Ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que nos duele; pero, después de pasar por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz. Por eso, fortalezcan las manos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes, y caminen por una senda llana: así el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,22-30

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?».
Jesús les dijo: «Esfuércense en entrar por la puerta estrecha. Les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedaran fuera y llamaran a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él les replicará: "No sé quiénes son." Entonces comenzaran a decir. "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él les replicará: "No sé quiénes son. Aléjense de mí, malvados."
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, lsaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros los vean echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Miren: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.».

COMENTARIO

Lucas nos recuerda que “marchamos hacia Jerusalén”. Jesús “enseña y abre el camino” hacia la prueba; las lecciones son cada vez  más urgentes. Empieza liquidando una cuestión de mera curiosidad: ¿Son pocos los que se salvan?.. Esfuércense ustedes para entrar. Ábrete paso por la puerta estrecha. Lucha. Esfuérzate. Jesús, no quiso responder a una curiosidad inútil de cuántos se van a salvar. Su mensaje no pretendía aterrorizar pecadores ni tranquilizar justos, sino convertir a todos.
A Lucas le gusta esta idea de combate que ha sacado de su maestro Pablo (Col 1, 29; 4, 22). Es el combate de la puesta en práctica  de los consejos recibidos. Haber visto a Jesús, haberlos escuchado y hasta haberse sentado a su lado no bastará para forzar las puertas de Dios. ¿Qué es lo que cuentas? ¡No sé de dónde eres!. Uno no se naturaliza cristiano por medio de lecturas o de sueños. Tendrá que practicar. Una especie de angustia recorre las páginas del evangelio: lo que están descubriendo ¿lo practicarán de veras? La idea de “práctica” ha quedado demasiado restringida a la práctica sacramental. Se dice “Soy practicante”.
Practicante ¿de qué? Podemos ir todos los días a misa y que de repente el cielo se nos cierre por no haber vivido realmente el evangelio “¡No sé quiénes son!”. Por fortuna, esa llamada apasionada a practicar se ilumina; la puerta estrecha se ensancha inmensamente: “Vendrán de oriente y de occidente, del norte y del sur”.
Ese es también el cántico triunfal del Apocalipsis, que recoge la fiesta de todos los Santos: “Después de esto, apareció en la visión una muchedumbre innumerable de toda nación y raza..... (Ap. 7, 9). Pero la última palabra de esta meditación nos mantendrán alerta: “Hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos”. Volvemos a encontrarnos con la famosa inversión que nos hace vislumbrar a veces Lucas, poniendo aquí su nota mesurada.
No todos los primeros serán últimos; se nos dice tan sólo que algunos de los primeros de clase al tratarse de aprender la religión y de los últimos en practicarla estarán también, a la hora de llegar al cielo, en el pelotón de cola.

PLEGARIA UNIVERSAL

A los que en su vida no han seguido las enseñanzas de Jesús, sino sus propios caprichos, Él les dirá: No sé quiénes son ustedes”. Ya que solo con la gracia de Dios podremos encontrar el modo de seguir a Cristo, y  entrar  por  la  puerta  estrecha, hoy repetimos: R.- Señor, ayúdanos a seguirte.

1.- Por la Iglesia, para que nunca se cansa de vivir, celebrar y anunciar la salvación que nos viene del conocer y seguir a Cristo. Señor, ayúdanos a seguirte.

2.- Por todos los pueblos del mundo para que, reconociendo a Cristo como Salvador, lleguen a celebrar el Amor que Él nos ofrece. Señor, ayúdanos a seguirte.

3.- Por los enfermos de larga duración y por sus familiares, para que atravesando esta puerta estrecha, se vean socorridos y consolados por Dios misericordioso. Señor, ayúdanos a seguirte.

4.- Por los matrimonios cristianos, para que sean realmente Cristo la  fuente  inagotable del amor entre ellos. Señor, ayúdanos a seguirte.

Padre, que enviaste a tu Hijo a cumplir tu voluntad y así salvar al género humano, haz que todos conozcamos tus caminos y lso sigamos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Por el único sacrificio de Cristo, tu Unigénito  te has adquirido Señor, un pueblo de hijos; concédenos propicio los dones de la unidad y de la paz en tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Te pedimos, Señor,  que lleves en nosotros a su plenitud la obra salvadora de tu misericordia, condúcenos a perfección tan alta y mantennos en ella de tal forma que en todo sepamos agradarte. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 22: Tes. 1, 1-5.11b-12; Sal  95; Mt. 23, 13-22.
Martes 23: Tes. 2, 1-3ª.14-17; Sal 95; Mt. 23, 23-26.
Miércoles 24: Ap.  21,  9b-14; Sal   144;  Jn. 1, 45-51.
Jueves 25: Cor. 1, 1-9; Sal 144; Mt. 24, 42-51.
Viernes 26: Cor.1, 17-25; Sal 32; Mt. 25, 1-13.
Sábado 27: Cor.  1,  26-31;  Sal  32;  Mt.  25,  14-30.
Domingo 28: Ecles. 3, 17-18.20.28-29; Sal 67; Heb. 12, 18-19.22-24ª; Lc. 14, 1.7-14.



COMENTARIOS AL EVANGELIO
Lc 13, 22-30


Texto. Lo encabeza una observación característica de Lucas desde que en 9, 51 ha presentado a Jesús de camino hacia Jerusalén. ¿Se trata en ambos casos del mismo viaje o de viajes diferentes? La observación le sirve al autor para introducir una pregunta anónima interesándose por el número de los que se van a salvar (v.23). El resto del texto es la respuesta de Jesús (vs. 24-30).
Está formada por una parábola y una máxima final. Se trata de la misma técnica de respuesta empleada hace dos domingos ante la pregunta de Pedro (véase Lc. 12,41-48) y hace seis ante la pregunta del letrado sobre el prójimo (véase Lc. 10,29-37). Esta técnica la emplea Jesús cuando no comparte el planteamiento del interlocutor. De ahí que su respuesta resulte chocante y extraña a primera vista. No es, en efecto, una respuesta directa, que se mueva en el mismo plano de la pregunta. Lo cual no significa que sea una evasiva. Ni mucho menos. Es una respuesta indirecta que trata de llevar al interlocutor a un planteamiento diferente del problema. Esto lo consigue Jesús mediante una parábola. Lo curioso de la parábola de hoy es que sus personajes no son todos ello imaginarios. Unos de los personajes son los propios oyentes de Jesús, quienes de esta manera se ven implicados directamente en el problema tal como lo plantea Jesús, un problema que no va a tener que ver con el número de los salvados sino con la autoseguridad y exceso de confianza de los propios oyentes.
Comentario. Una pregunta como la formulada al comienzo era obligada en los comentarios de hace no demasiados años. ¿Son uno o dos los viajes de los que habla Lucas en 9,51 y en el texto de hoy? Era la fecunda época de la historia del texto y de la tradición, de la crítica literaria e histórica. Pero no se valoraba suficientemente o positivamente la creatividad de los evangelistas. Desde esta última perspectiva, en cambio, la pregunta anterior pierde importancia. Lucas ha creado un marco literario de viaje en el que va haciendo altos de reflexión. Y hablando de altos, uno y muy necesario sería ponernos en contacto con la exégesis de los veinticinco últimos años del siglo pasado y los veinticinco primeros del actual. Pero volvamos al que hoy nos brinda Lucas. ¿Serán pocos los que se salven? El anónimo interlocutor pregunta a Jesús por el número de los que irán al cielo. Una imagen del cielo muy extendida entonces era la de un salón dispuesto para un banquete. Es esta imagen la que Jesús recoge en la historia que propone a sus oyentes. El salón tiene una puerta de acceso estrecha, la puerta se cierra y en el interior del salón comienza a celebrarse el banquete. Contra toda expectativa, los comensales no son todos judíos ni mucho menos.
Judíos son sólo los antiguos patriarcas y profetas; el resto son extranjeros que han tomado asiento en vez de los judíos. La historia termina con una máxima que resume y explica la situación en el interior del salón: Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos. Los últimos son los extranjeros; los primeros, los judíos. ¿Qué quiere decir Jesús? Al preguntarle su interlocutor por el número de los que se salvarán, éste parte del presupuesto de que pocos o muchos, los salvados serán sólo judíos en cualquiera de las hipótesis. Pensaba como el rabino Emir: "Puede considerársele hijo del mundo futuro al que habita en Israel, habla la lengua santa y recita mañana y tarde el Shemá". Es a este presupuesto al que Jesús responde y no a la cuestión del número, lo verdaderamente problemático para Jesús es el hecho de pertenecer al Pueblo de Dios. Incorporando a sus oyentes judíos a la historia que cuenta, Jesús trata de introducir una espina de inquietud en sus beatitudes y seguridades. Pertenecer al Pueblo de Dios, les dice, no da derecho a la salvación. Analizaos en vuestra autoseguridad y exceso de confianza. Aquí radica el problema y no en saber cuántos se van a salvar o en si la salvación es fácil o difícil. Quiero hacer hincapié en esto último, porque este texto ha servido con demasiada frecuencia para atormentar a las conciencias con un problema que queda marginado expresamente. Repito (perdonad el tono): el texto de hoy no trata de la salvación sino de los "salvados" (así, entre comillas). Es una llamada de atención, un aviso al Pueblo de Dios: La puerta estrecha, la arrogancia y autoseguridad.
A.-  BENITO, DABAR 1986, 44



2.- Sentido del texto.-Jesús no responde directamente a la pregunta del v. 23 porque la considera desacertada. ¿Dónde está el desacierto? En reducir la salvación a una cuestión de número preestablecido. Todos pueden salvarse. El verdadero planteamiento no es, pues, "quiénes se van a salvar", sino "qué hacéis vosotros para salvaros". A los judíos, que daban por cosa hecha su salvación, Jesús les dice: Eforzaos para no estar entre los que pueden perderse; ser los primeros en haber conocido el plan de "Dios no es un privilegio o un salvoconducto".
DABAR 1977, 50



3. - La pregunta formulada, la del número de los que se salvan, no ha dejado de replantearse a lo largo de los siglos dentro de la Iglesia. Durante siglos, los teólogos y especialmente los predicadores tendían a aterrorizar a los fieles con el fin de convertirlos, por miedo, a la práctica cristiana. Actualmente la tendencia general es más bien contraria: que la misericordia de Dios no puede permitir que nadie se condene por toda la eternidad, que no hay infierno o que si lo hay está vacío, etc.
Quizás sería más prudente, cuando nos plantean o nos planteamos la cuestión, respetar el misterio y hacer como Jesús, que no quiso responder a una curiosidad inútil. Su mensaje no pretendía aterrorizar pecadores ni tranquilizar justos, sino convertir a todos.
Las discusiones rabínicas sobre los últimos tiempos hablaban de una situación mesiánica intermedia, en la que sólo unos pocos tendrán parte, y la plenitud final del mundo futuro, en la que todo Israel tendrá parte. Jesús parte seguramente de esta creencia cuando propone la imagen de la puerta estrecha, que exige grandes apretujones para entrar por ella, pero después de la cual se supone que se entra en una sala amplia y cómoda, capaz para todos.
El tema de los dolores como de parto y de las tribulaciones que precederán el establecimiento del Reino era ya clásico en la literatura escatológica judía, y lo encontramos de nuevo en los discursos escatológicos de los evangelios. Si, como casi siempre, el que había hecho la pregunta era un fariseo o un letrado, de aquella minoría "que teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás" (18,9), se sentiría muy incómodo ante la respuesta de Jesús: en lugar de presumir ser de los pocos que se salvarán, lo que debéis hacer, todos, es convertiros, porque otros -publicanos, pecadores, paganos- que menospreciáis pasarán delante de vosotros.
HILARI RAGUER, MISA DOMINICAL 1977, 16



4.- La palabra de Jesús sobre la puerta estrecha es un mensaje que contradice la falsa seguridad de salvación rabínica y la falsa predestinación apocalíptica. Desde el punto de vista profético la imagen de la puerta estrecha es la palabra de exclusión de los judíos y la llamada de los paganos. Es una invitación: la puerta está abierta, entrad... La palabra de Jesús no quiere intimidar sino estimular. Hoy todo se quiere resolver a base de números y estadísticas. A Jesús le piden número y responde con un imperativo: esforzaos y entrad.
P. FRANQUESA, MISA DOMINICAL 1986, 16



5.- He aquí una cuestión que preocupaba a los rabinos en aquel tiempo y, no hace muchos decenios, a los teólogos católicos: el número de los que se salvan. Los rabinos consideraban que, para salvarse, era necesario o poco menos el pertenecer al pueblo elegido, y esto pesaba más que una vida personal intachable. Por tanto, confiaban salvarse y que se salvarían también todos los hijos de Israel con muy pocas excepciones. Sin embargo, no todos compartían esa confianza; por ejemplo, en el libro IV de Esdras (3, 15) se dice que "los que se pierden son más numerosos que los que se salvan".
Jesús no responde a esa pregunta, que es más teórica que práctica. Prefiere insistir en la necesidad y la urgencia de la conversión al evangelio.
La "puerta estrecha" es una alusión al esfuerzo que requiere la auténtica conversión. No sólo es estrecha, sino que además puede cerrarse en cualquier momento; de ahí la urgencia: la conversión no puede dejarse para mañana. Jesús hace una llamada apremiante a todos los hijos de Israel, a quienes ha sido enviado por el Padre y que no acaban de aceptar su mensaje y su persona. Jesús ha venido "a los suyos", ha plantado la tienda en medio de su pueblo; pero ni los vínculos de la sangre, ni la aproximación física del Mesías al pueblo de Israel va a servirles de nada si no se convierten al evangelio. Lo que importa para la salvación es la fe y la comunión espiritual con la persona de Jesús.
Si los "suyos" le rechazan, otros ocuparán el puesto que tenían preparado. Hay "últimos" que pasarán a ser los "primeros". Jesús no se refiere a los judíos de la diáspora en contraposición a los que habitan en tierras de Israel, sino a los provenientes de la gentilidad. Porque lo que cuenta ya no es la descendencia de Abrahán según la carne, sino creer con la fe de Abrahán e incorporarse a Cristo y al Reino que él anuncia. Lo que salva es aceptar con fe el evangelio, que se presenta sin limitaciones raciales o nacionales y como un mensaje universal.
EUCARISTÍA 1989, 40



6. /Lc/13/22-33
Una de las grandes preocupaciones de los primeros cristianos era la de saber si únicamente los miembros de Israel participarían en el mundo futuro. Según Lc 13,23-30, todos los hombres están llamados a la salvación. En este texto habla Jesús del camino que conduce al reino.
La pregunta sobre si son muchos o pocos los que se salvan (v 23) no tiene una respuesta directa. A menudo Jesús, ante una pregunta responde desde otra perspectiva. Este es el caso en este fragmento, con la exhortación a entrar por la puerta estrecha (24). Jesús pide el esfuerzo tenaz del hombre: el verbo «esforzarse» (luchar) expresa en griego, aquí y en otros lugares del NT, una actitud ética fundamental, una respuesta del hombre a la invitación de Dios (Lc 16,16, Jn 18,36, 1 Co 9,25). Los vv siguientes precisan en qué debe consistir la lucha o esfuerzo del creyente: obrar con rectitud y justicia (27). Es una actitud básica que tiene en Lucas, una consecuencia religiosa: ser reconocidos por el dueño de la casa, por aquel que puede abrir la puerta del banquete del reino. El evangelista identifica al dueño de la casa con Jesús en el v 26, y precisa también que invita a todos los hombres. Los convidados no son los que han conocido a Jesús externamente, los que han comido con él o han hablado de él, sino los que, con motivo de su llamada, inician un proceso de conversión, consistente en una apertura hacia él y hacia los demás. Incorporando a su mensaje el criterio profético, según el cual es necesario ser justo y bueno con el prójimo, Jesús da una pista válida para los hombres de todos los tiempos y comprensible a judíos y a paganos. Justamente por esto, gentes de todas partes, de oriente y de occidente (29), todos los que respondan a la llamada de Jesús en favor del hombre, podrán compartir finalmente la mesa del reino de Dios.
Los vv siguientes (31-33) presentan una nueva escena. Jesús, profeta, actúa cada día («hoy», "mañana"...) haciendo el bien -expulsa demonios, lleva a cabo curaciones-, pero su camino finalizará en Jerusalén, y será tanto un final como un principio. En Jerusalén culminará la obra histórica de Dios en Jesús y de allí mismo saldrá el misterio renovador del evangelio.
D. ROURE, LA BIBLIA DIA A DIA, Comentario exegético a las lecturas, de la Liturgia de las Horas, Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 893 s.



7.- Predicador del Papa: «¿son pocos los que se salvan?». El padre Cantalamessa comenta el evangelio de este domingo.
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 20 agosto 2004 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario que ha escrito el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, al pasaje evangélico de la liturgia de este domingo, 22 de agosto, Lucas 13, 22-30, en el que una persona le preguntó a Jesús: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?».
* * *
Hay una pregunta que desde siempre se han planteado los creyentes: ¿son muchos o pocos los que se salvan? En ciertas épocas, este problema se hizo tan agudo que llevó a algunas personas a una angustia terrible. El Evangelio nos informa que un día este problema fue planteado a Jesús: «Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?"». La pregunta, como se ve, se refiere al número: ¿cuántos se salvan, muchos o pocos? Jesús cambia el centro de la atención del cuántos al cómo es posible salvarse, es decir, entrando por «la puerta estrecha».
Es la misma actitud que se constata al afrontar el tema del regreso final de Cristo. Los discípulos le preguntaron cuándo regresará el Hijo del Hombre y Jesús responde indicando cómo prepararse para ese regreso (Cf. Mateo 24,3-4). Esta manera de actuar de Jesús no es extraña ni descortés. Es simplemente la actuación de quien quiere educar a los discípulos a pasar del nivel de la curiosidad al de la auténtica sabiduría; de las cuestiones ociosas que apasionan a la gente a los auténticos problemas de la vida. De aquí podemos comprender la absurdidad de aquellos, como los Testigos de Jehová, que creen saber incluso el número exacto de los salvados: 144 mil. Este número, que aparece en el Apocalipsis, tiene un valor meramente simbólico (el cuadrado de 12, el número de las tribus de Israel, multiplicado por mil) y se explica en esta expresión: «una multitud inmensa, que nadie podía contar» (Apocalipsis 7, 4. 9). Después de todo, si ése es realmente el número de los salvados, entonces podríamos ahorrar todo esfuerzo, nosotros y ellos. En la puerta del paraíso deberían haber escrito desde hace tiempo, como en el ingreso de algunos aparcamientos, el cartel «Completo».
Si, por tanto, a Jesús no le interesa revelarnos el número de los salvados, sino más bien la manera de salvarse, veamos qué es lo que nos dice en este sentido. Dos cosas esencialmente: una negativa y una positiva; la primera, lo que no sirve, después lo que sirve para salvarse. No sirve, o no basta, el hecho de pertenecer a un determinado pueblo, a una determinada raza, tradición o institución, aunque fuera el pueblo elegido del que procede el Salvador. Lo que lleva a la salvación no es la posesión de algún título («Hemos comido y bebido contigo»), sino una decisión personal, seguida por una conducta de vida coherente.
Esto queda más claro todavía en el texto de Mateo, que pone en contraste entre sí dos caminos y dos puertas, una estrecha y la otra amplia (Cf. Mateo 7, 13-14). ¿Por qué les llama a estos dos caminos respectivamente el "amplio" y el "estrecho"? ¿Es siempre fácil y agradable el camino del mal, y duro y cansado el del bien? En esto hay que estar atentos para no caer en la típica tentación de creer que a los malvados todo les va magníficamente bien aquí, mientras que por el contrario a los buenos todo les sale mal.
La senda de los impíos es amplia, sí, pero sólo al inicio. En la medida en que se adentran en ella, se hace estrecha y amarga. Se hace, en todo caso, sumamente estrecha al final, pues acaba en un callejón sin salida. La alegría que en ella se experimenta tiene como característica el disminuir según se experimenta, hasta crear náuseas y tristeza. 
Se puede constatar en cierto tipo de embriaguez, como con la droga, el alcohol o el sexo. Se necesita una dosis o un estímulo cada vez más fuerte para producir un placer de la misma intensidad. Hasta que el organismo deja de responder y entonces tiene lugar es derrumbe, con frecuencia incluso físico.
La senda de los justos, por el contrario, es estrecha al inicio, pero después se hace amplia, pues en ella encuentran esperanza, alegría y paz del corazón. Lleva a la vida y no a la muerte.