sábado, 24 de noviembre de 2012

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE DEL 2012


LECTURA Y COMENTARIO DEL DOMINGO XXXIV – CRISTO REY DEL UNIVERSO – CICLO B – DOMINGO 25 DE NOVIEMBRE DEL 2012
  

 TÚ LO DICES: SOY REY
PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Daniel (7,13-14):

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

SALMO RESPONSORIAL (Sal  92,1ab.1c-2.5)

El Señor reina, vestido de majestad

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R.

Tus mandatos son fieles y seguros; l
a santidad es el adorno de tu casa, Señor,
por días sin término. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis (1,5-8):

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre.
A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Miren: Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.».

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan (18,33b-37):

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío?. Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.».
Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.».

COMENTARIO

La situación es bastante conocida: tras haber sido proclamada la culpabilidad de Jesús por las autoridades judías, una delegación oficial ha acudido con el reo al palacio de Herodes en Jerusalén, residencia ocasional del procurador romano Poncio Pilato, para solicitar de éste el comienzo de un proceso contra Jesús. El evangelio de hoy es el comienzo de la versión de Juan sobre este proceso. El interrogatorio del juez al acusado versa sobre si éste es o no el rey de los judíos. El acusado lo sostiene con matices. Indudablemente estos matices explican una noticia dada con anterioridad por el evangelista: "Dándose cuenta Jesús de que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez al monte, él solo" (Jn. 6,15). Es, pues, claro que Jesús no es rey en el sentido político habitual del término. De serlo en este sentido tendría las instituciones y cuerpos adecuados, los que no tiene. La realeza de Jesús no pertenece al orden de este mundo, pero esto no quiere decir que no sea para este mundo o no se dé en este mundo. Y es que la palabra mundo tiene en el cuarto evangelio dos sentidos. Unas veces expresa valoración. En estos casos suele ir acompañado del demostrativo este. Otras veces expresa espacio y designa el lugar de los humanos, es decir, la tierra. En la primera acepción, mundo tiene matiz negativo; en la segunda, no. En el texto de hoy se encuentran las dos acepciones.
La realeza de Jesús esta en relación a la verdad. Tremenda palabra. ! Cuánta intransigencia y tensión pueden encerrarse en ella! Fijémonos en un hecho curioso y significativo. Cuando empleamos esta palabra en nuestras conversaciones y disputas solemos utilizarla con los verbos tener o estar. Tengo la verdad, estoy en la verdad. En el cuarto evangelio, en cambio, jamás se emplea con estos verbos. Se emplea con los verbos ser, conocer, hacer.
El que hace la verdad se acerca a la luz (Jn 3,21). La verdad no la concibe Juan como posesión o estado adquirido, sino como quehacer o tarea. Por consiguiente, jamás puede esgrimirse como algo que da derecho. La primera vez que aparece en el cuarto evangelio forma pareja con gracia (cfr.Jn.1,14) y se contrapone a ley. "La ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad se hicieron realidad por medio de Jesús" (Jn.1,17). Esta verdad agraciada dice relación al descubrimiento de quién es Dios. A Dios nadie lo ha visto jamás; es el Hijo único, que es Dios y está al lado del Padre, quien lo ha explicado (Jn.1,18). Por eso y en este sentido Jesús es rey. El saca a la luz a Dios, velado por la religiosidad de la ley. La verdad es el alumbramiento de Dios hecho por Jesús. Y este alumbramiento hace personas libres. La verdad los hará libres (Jn 8,32). Pero debe quedar muy claro que el problema es intra-religioso o, como diríamos hoy, intraeclesial.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez