viernes, 8 de noviembre de 2013

LECTURAS Y COMENTARIOS DOMINGO XXXII T.O. CICLO C - 10 NOVIEMBRE 2013

DOMINGO XXXII TIEMPO ORDINARIO CICLO C – 10 NOVIEMBRE 2013




PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de los Macabeos 6.1. 7,1-2.9-14

El Rey Antíoco envío a un consejero ateniense para que obligara a los judíos a abandonar las costumbres de sus padres y a no vivir confirme a las leyes de Dios. En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
Uno de ellos habló en nombre de los demás: «¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.».
El segundo, estando para morir, dijo: «Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.».
Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: «De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.».
El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: «Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 16)

Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R.

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras. R.

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2,16–3,5

Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, les consuele internamente y les dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas. Por lo demás, hermanos, recen por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos. El Señor, que es fiel, les dará fuerzas y los librará del Maligno. Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplen y seguirán cumpliendo todo lo que les hemos enseñado. Que el Señor dirija su corazón, para que amen a Dios y tengan constancia de Cristo.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 20,27-38

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.».
Jesús les contestó: «En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob." No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos.».

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos al Señor nuestro Dios, que queire que todos alcancemos la plenitud de la vida:

1.- Por la Iglesia; para que con la palabra y los signos de vida cristiana lleve a todos los hombres la esperanza de la resurrección. Roguemos al Señor.

2.- Por los que viven en la incertidumbre y la desesperanza; para que descubran que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Roguemos al Señor.

3.- Por todas las gentes que viven todavia una vida infrahumana en la ignorancia y la acrencia de lo necesario; para que puedan resurgir de su situacion desesperada y desarrollar su vida con dignidad. Roguemos al Señor.

4.- Por los aquí reunidos; para que la palabra de Dios prosiga el avance gloriso que comenzo entre nostoros. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor la oracion de tu Iglesia, que quieree hacer suyos los anhelos de toda la humanidad y concedenos lo que te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor.

COMENTARIO

Los tres evangelios sinópticos, ya al final de la vida pública de Jesús, nos ofrecen una serie de controversias entre las que figura ésta con los saduceos. El texto de Lc. coincide hasta el v.33 con los textos de Mc y de Mt. Los saduceos eran unos personajes relevantes en la vida política del país, pertenecían más a un partido político que a una secta religiosa. Eran los "colaboracionistas" de la ocupación romana de Palestina. Entre ellas figuraban los sumos sacerdotes. No admitían más autoridad doctrinal que el Pentateuco (los 5 libros atribuidos a Moisés), razón por la que negaban la resurrección de los cuerpos (cf. Hch 23.8), ya que en el Pentateuco no se dice nada al respecto. Este grupo de saduceos se acercan al Maestro con el ánimo de hacerle quedar en ridículo.
Inventan una historia extraña, pero posible, teniendo en cuenta lo dispuesto por la llamada ley de "levirato" (Dt 25. 5s; Gn 38. 8). Probablemente se trata de una objeción típica que utilizaban los saduceos en sus controversias con los fariseos, que sí creían en la resurrección.
En primer lugar, Jesús resuelve la dificultad y denuncia a la vez la ignorancia de sus adversarios  sobre  la Sagrada  Escritura.  Jesús  niega el presupuesto de que el matrimonio continúe en la otra vida, entendiendo la resurrección de modo semejante a como la entiende Pablo en 1 Cor 15, 35-50: la vida resucitada es de otro tipo, y los que entran en ella (que se caracterizan sobre todo porque "ya no pueden morir") viven de manera distinta, sin matrimonio (este es el sentido de la referencia a los ángeles; no significa esta referencia que en la otra vida no existe el cuerpo, sino que en ella el sexo no tendrá función). La nueva situación se define por el hecho de que "son hijos de Dios", debido a que "participan en la resurrección" de Jesucristo.
Resuelta la dificultad, Jesús ofrece un argumento positivo en favor de la Resurrección.
 Se apoya en Ex 3,6 y procede según costumbre rabínica. Sin duda hay en el Antiguo Testamento. otros textos más explícitos que hablan de la resurrección de la carne, pero Jesús prefiere éste por ser del Pentateuco, que, según dijimos, era la única autoridad doctrinal aceptada por los saduceos.
La fuerza del argumento está en que la Palabra de Dios con todas sus promesas a los patriarcas no valdría nada si Dios no les salvara del último enemigo, de la muerte. Si Dios salva, Dios es un Dios de vivos y no de muertos.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 11: San Martin de Tours, Obispo (MO) Sb 1, 1-7; Sal 138; Lc 17, 1-6.
Martes 12: San Josafat, Obispo y mártir (MO) Sb 2, 23—3, 9; Sal 33; Lc 17, 7-10.
Miércoles 13: Sb 6, 1-11; Sal 81; Lc 17, 11-19.
Jueves 14: Sb 7, 22—8,1; Sal 118; Lc 17, 20-25.
Viernes 15: Sb 13, 1-9; Sal 18; Lc 17, 26-37.
Sábado 16: Sb 18, 14-16; 19, 6-9; Sal 104; Lc 18, 1-8.
Domingo 17: Ml 3, 19-20ª; Sal 97; 2Ts 3, 7-12; Lc 21, 5-19.