viernes, 6 de noviembre de 2015

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXXII TIEMPO ORDINARIO CICLO B - 8 NOVIEMBRE 2015

LA POBRE VIUDA HA ECHADO MÁS QUE NADIE


ORACION COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de los Reyes 17,10-16

En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.». Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.».
Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»
Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."».
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 145)

Alaba, alma mía, al Señor

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 9,24-28

Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo.
De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12,38-44

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.».
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.  Llamando a sus discípulos, les dijo: «Les aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.».

COMENTARIO

En la segunda parte de este evangelio, Jesús quiere llevarnos a un terreno que nos da miedo: el terreno de la generosidad loca. La generosidad la practicamos todos, pero una generosidad sensata. Jesús está observando a la gente que va echando dinero en una de las trece alcancías del templo. Comprueba que “muchos ricos echaban en cantidad”, pero eso le dejaba bastante frío. Y de pronto su vista se clava en algo muy diferente: la ofrenda de una pobre viuda. Y les revela este gesto a sus discípulos, menos atentos a las cosas porque no pueden, como él, pasar por encima de las  apariencias: “En verdad les digo, esa viuda, que es pobre, ha echado en la alcancía más que nadie” (Exactamente dos "leprosos" que era la moneda más pequeña). ¡Curiosa aritmética! Por un lado grandes cantidades, por el otro unos centavos. Sin embargo, Jesús afirma, esas moneditas valen más que los buenas monedas de los demás. Y entonces saltan las dos palabras que tanto nos disgustan porque nos culpabilizan y nos echan en cara muchas cosas: lo superfluo y lo  necesario. A uno le gustaría sentirse generoso cuando da, sobre todo cuando da mucho. Tenemos ganas de ser un poco locos y dar muchas de nuestras cosas a los necesitados: ropa, muebles o dinero, pero nos retiene un enorme cable: “¿Y si mañana nos faltase?”. Entonces se apaga la hermosa antorcha de la generosidad.
Es que ese fuego no puede arder más que con la fe. La viuda a la que admira Jesús es de una pobreza que nos da realmente miedo, pero es rica en una fe que le da ganas de reír al desaparecer sus últimos céntimos. Solamente la fe es capaz de extorsionar el miedo a la escasez ¡Y eso cuesta!.
 “Su Padre, dice Jesús, conoce sus necesidades. Cuando oren, digan: danos hoy nuestro pan de cada día”. A nosotros nos gustaría añadir: “Y el pan de mañana”. Mañana ¿seguiré todavía en mi puesto de trabajo? ¿Tendré una pensión suficiente? ¿Quién sabe si me caerá encima un accidente, una enfermedad grave? Esos pensamientos no son un buen terreno para que podamos cultivar allí la generosidad. Pero Jesús nos mira: “En verdad les digo; ella ha echado de lo que le hace falta, todo lo que tenía para vivir”. Imposible no pensar en el mismo Jesús, que también va a darlo todo. La pobre viuda es el último personaje que el evangelio pone ante nosotros antes de la pasión. ¿Nos habíamos dado cuenta de que esta mujer es una de las imágenes más hermosas de Jesús?
Ella rechaza nuestros cálculos de lo necesario, nuestros miedos a carecer el día de mañana y hace que explote el don y la fe: “Dios mío, lo doy todo porque no tengo miedo de nada”. Por eso precisamente la admira Jesús; porque es de su misma raza. ¿Dónde encontrar la fuerza para avanzar por el camino de esa locura? En la fe. Hay que abandonar la fe teórica y asustadiza para hundirse en verdaderas experiencias de fe. Mientras nuestra fe siga flirteando con nuestros miedos, nos quedaremos en una generosidad demasiado “sensata”.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, por todos los hombres y por sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestra caridad.

1.- Por la Iglesia, llamada a ser comunidad de amor. Roguemos al Señor.

2.- Por los huérfanos, las viudas, los que viven solos. Roguemos al Señor.

3.- Por los que sufren hambre, los que no  perciben el salario mínimo justo. Roguemos al Señor-

4.- Por los que prueban su amor al prójimo, compartiendo su pan, como la viuda de Sarepta, dando lo que tienen para vivir, como la viuda del evangelio. Roguemos al Señor.

5.-  Por nosotros, que nos disponemos, a celebrar al que se entregó por todos hasta la muerte de cruz. Roguemos al Señor.

6.- Para que Dios conceda buen tiempo a nuestro campos y las cosechas abundantes nos hagan más libres y más alegres en su servicio. Roguemos al Señor.

7. Para que nuestro Creador y Padre nos dé la lluvia necesaria, y nos motive para valorar los trabajos de los campesinos, así, con abundantes cosechas, podremos reparar nuestros males, recuperar nuestras emergías y ser solidarios con los necesitados. Roguemos al Señor

Señor Dios, que sustentas al huérfano y a la viuda, haces justicia a los oprimidos y das pan a los hambrientos, escucha las suplicas de tu pueblo, que confía en tu amor, no permitas que a nadie le falte nunca ni la libertad ni el pan, y haz que todos aprendamos a ayudar a los necesitados, a ejemplo de tu Hijo, que se  entregó libremente para salvarlos a todos. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor,  los sacrificios que te presentamos, para que, al celebrar la pasión de tu Hijo en este sacramento, gocemos de sus frutos en nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Alimentados con esta eucaristía, te hacemos presente, Señor, nuestra acción de gracias, implorando de tu misericordia que el Espíritu Santo mantenga siempre vivo el amor a la verdad en quienes han recibido la fuerza de lo alto. Por
Jesucristo nuestro Señor.

ACCION DE GRACIAS

    Bajo tu amparo nos acogemos,
    Santa Madre de Dios;
    no deseches las oraciones
    que te dirigimos
    en nuestras necesidades,
    antes bien
    Líbranos  de todo peligro,
    ¡Oh Virgen Gloriosa y bendita!
    Amen.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 9: La Dedicación de la Basílica de Letrán (F) Ez 47, 1-2.8-9.12; 1Co 3, 9c.11.16-17; Sal 45; Jn 2, 13-22.
Martes 10: Sab 2, 23-3, 9; Sal 33, 2-3.16-19; Lc 17, 7-10.
Miércoles 11: San Martin de Tours, Obispo (MO) Sab 6, 2-11; Sal 81, 3-4.6-7; Lc 17, 11-19.
Jueves 12: San Josafat, Obispo y Mártir (MO) Sab 7, 22-8,1; Sal 118, 89-91.130.135.175; Lc 17, 20-25.
Viernes 13: Sab 13, 1-9; Sal 18, 2-5; Lc 17, 26-37.
Sábado 14: Sab 18, 14-16; 19, 6-9; Sal 104, 2-3.36-37.42-43; Lc 18, 1-8.
Domingo 15: XXXIII del Tiempo Ordinario Dn 12, 1-3; Sal 15, 5-8.15; Heb 10, 11-14.18; Mc 13, 24-32.


 COMENTARIOS AL EVANGELIO Mc 12, 38-44



La viuda ha dado de su indigencia, en oposición a los ricos que dan de su poder y de sus privilegios. En este aspecto contradice el proverbio según el cual nadie da lo que no tiene; esta mujer, en cambio, solo posee lo que ha dado.
¿Se puede ver en ella una imagen de Dios? Si Este no nos hubiera dado más que de su abundancia, estaría perfectamente representado por los donantes ricos y no por el óbolo de la viuda; en este caso carecería de sentido la importancia que Jesús atribuye al gesto de la mujer necesitada que ofrece parte de lo que ella necesita. ¿Y si Dios, a su vez, diera también de lo que, por ser parte de El, necesita? ¿Si nosotros renunciáramos a otra clase de dones para contentarnos solamente con sus actos manifestados en Jesucristo? Tal vez comprenderíamos entonces que ser Dios es servir y dar, no de lo que uno tiene, sino de lo que es. Jesús, pobre y al servicio de todos, no es un paréntesis en la vida de Dios, sino la manifestación de la propia condición de Dios; Jesús no es el turista rico, incluso desbordante de simpatía, que viene a visitar las tierras subdesarrolladas de la humanidad; es el servidor de todos, el esclavo por antonomasia, pues su modo de ser Dios es la pobreza.
MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 253




2.- Texto. El texto del domingo pasado estaba dominado por la coincidencia de puntos de vista entre Jesús y un letrado. A continuación de ese texto Marco resalta, en cambio, una discrepancia fundamental entre Jesús y los letrados a propósito del concepto del Mesías (Mc. 12, 35-37). Marcos hace de esta discrepancia una cuestión pública. Este carácter público se mantiene en la crítica a los letrados con que se abre el texto de hoy. Critica a su afán de honores y de reconocimiento público, critica su ambición y a su mucho rezar.
En la traducción litúrgica las dos últimas críticas (ambición y mucho rezo) han sido unificadas en una sola: devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. De acuerdo, sin embargo, a los mejores códices es preferible desdoblar ambas críticas: devoran los bienes de las viudas y oran largamente para aparecer. En contraste con tanta apariencia y tanto afán de reconocimiento. Marcos selecciona una experiencia vivida por Jesús frente a los cepillos del Templo. De acuerdo a un procedimiento literario ya conocido porque ha sido el empleado en las sesiones docentes de camino hacia Jerusalén, la experiencia vivida por Jesús le sirve a Marcos para introducir el tema de enseñanza a los discípulos.
Comentario. No perdamos la perspectiva del conjunto, es decir, la llegada del Reino de Dios en la muerte-resurrección de Jesús. Esta perspectiva se debe a Marcos, que reflexiona y selecciona episodios en función de ella.
A la luz de esta perspectiva hay actitudes y comportamientos que valen para el seguidor de Jesús y otros que no valen para ese seguidor. Entre los que no valen están el afán de honores y de reconocimiento, la ambición y el mucho rezar. Entre los que valen están la espontaneidad y ausencia de cálculo. Estas, espontaneidad y ausencia de cálculo, no se aprenden: surgen, salen, brotan, cuando lo que realmente importa es morir-resucitar como y con Jesús. Esto es ser discípulo de Jesús. Lo otro es piedad y honorabilidad, incluida la teológico-académica. Me gusta esta sesión doctrinal de Marcos por lo escueta, gráfica y poco convencional.
A.- BENITO
DABAR 1988, 56



3.- En este texto aparecen letrados y fariseos, hombres de muchas leyes y largos rezos, como exploradores sin escrúpulo de las pobres viudas. Haciendo ostentación de su saber y de su piedad deslumbran a la gente sencilla, siendo las viudas indefensas y piadosas las víctimas más frecuentes de estos estafadores. Por eso Jesús denuncia el engaño y abre los ojos a los incautos.
Acabada su enseñanza, el Maestro se marcha al atrio de las mujeres, en una de cuyas salas, la "sala del tesoro", había trece cepillos en donde se recogían las limosnas para el culto. Jesús observa en silencio el comportamiento de la gente, ve que algunos ricos echan grandes cantidades haciendo ostentación, Jesús no se deja impresionar. En cambio, se conmueve al ver pasar a una pobre viuda que sólo echa dos reales (exactamente dos "leprosos" que era la moneda más pequeña).
Jesús llama a sus discípulos y comenta elogiosamente la conducta de la pobre viuda.
Pues ella ha echado todo lo que tenía para vivir, mientras los otros han tirado en el cepillo de lo que les sobra. Los que dan aquello que les sobra dan sólo dinero, incluso hacen a veces negocio con sus limosnas. Pero, si uno da lo que le hace falta, da su medio de vida, esto es, da la vida. El verdadero sacrificio agradable a Dios no consiste en dar lo que tenemos, sino en dar nuestras propias vidas.
EUCARISTÍA 1982, 51



 4.- La importancia de esta perícopa está en la toma de posición de Jesús frente a los representantes de la teología oficial de la sinagoga de Jerusalén. La parábola ataca la vanidad, la ambición y la descarada explotación que los escribas hacen de los socialmente débiles. Se hacen pagar las enseñanzas y oraciones. Marcos ofrece un cuadro a base de los contrastes entre Jesús y los escribas y fariseos. A la actuación interesada de los fariseos opone la actitud de la viuda que da todo lo que tiene y demuestra su total confianza en Dios.
La ofrenda de la viuda es el cumplimiento del primer mandamiento. La viuda deja a Dios la preocupación de la vida. Hace una elección clara entre Dios y la riqueza. Esta opción es posible porque confiar en Dios y amar a los hermanos es más importante que todas las cuestiones de dinero. Es el criterio fundamental para la vida de los discípulos de Jesús. Es llegar a vivir libre en el reino de Dios. La viuda no pide ni espera ningún milagro, ni se contenta con recitar el primer mandamiento, sino que lo vive y practica. No sólo está cerca del reino (Mc 12, 34), sino que está dentro. Lo importante no es dar mucho o poco, sino darse a sí mismo. Jesús es el que lo da todo y se da a sí mismo. Se ha entregado a sí mismo por los hombres.
PERE FRANQUESA}
MISA DOMINICAL 1985, 21



5.- En Jerusalén, los últimos días de la vida de Jesús, las dos escenas que aquí leemos unidas, y que se relacionan por la referencia a las viudas, tienen un cierto sentido como de resúmenes de aspectos importantes de la enseñanza y de la misma actuación de Jesús.
La primera escena refleja la tensión que a menudo hubo entre Jesús y los escribas, una tensión probablemente amplificada en las polémicas y a veces duros enfrentamientos entre la primera comunidad cristiana y el judaísmo. Lo que Jesús no soporta de la actuación de los escribas (que no debían ser todos: cf. domingo pasado) es la exhibición de su conocimiento de la voluntad de Dios y de su piedad: los ropajes y los asientos en las sinagogas son signos de esta exhibición. Y aún soporta menos que de esto quieran sacar provecho y preeminencia sobre la demás gente. Y finalmente, el extremo último de todo esto es que algunos lleguen a aprovecharse de ello para actuar directamente en contra de aquellos que Dios más ama, los pobres. La segunda escena viene a resumir lo que Dios valora de las actuaciones humanas.
Frente a los ricos que dan mucho, Jesús valora lo que da la viuda pobre. Y valora sobre todo el hecho de que aquella viuda "ha echado más que nadie", porque ha dado algo que era muy importante para ella, a diferencia de los ricos que daban de lo que les sobraba.
Actuando de esta manera, y a semejanza de lo que hizo la viuda de la primera lectura, aquella mujer ha mostrado confiar absolutamente en Dios y ponerse totalmente en sus manos. Es lo mismo que Jesús hará en Getsemaní: aceptar la voluntad de Dios, confiando absolutamente en él y poniéndose totalmente en sus manos.
JOSEP LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1994, 14