jueves, 14 de enero de 2016

LECTURAS Y COMENTARIO II DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO C - 10 ENERO 2016

LA BODA EN CANÁ DE GALILEA

  
ORACION COLECTA

Dios  todopoderoso que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo, y haz que los días de nuestra vida se fundamenten el tu paz. Por nuestro Señor  Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 62,1-5

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 95)

Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones

Canten al Señor un cántico nuevo,
canten al Señor, toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Proclamen día tras día su victoria,
cuenten a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

Familias de los pueblos, aclamen al Señor,
aclamen la gloria y el poder del Señor,
aclamen la gloria del nombre del Señor. R.

Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Digan a los pueblos: «El Señor es rey,
él gobierna a los pueblos rectamente.» R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12,4-11

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu   obra   todo  esto,  repartiendo a cada uno en   particular  como  a él le parece.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 2,1-11

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.».
Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.». Su madre dijo a los sirvientes: «Hagan lo que él diga.».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenen las tinajas de agua.». Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó: «Saquen ahora y llévenselo al mayordomo.».
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.».
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.

COMENTARIO

Juan alude a la madre de Jesús en el milagro de Caná de Galilea que es una aldea de Galilea, mencionada tres veces en el evangelio de Juan (2,1; 4,46; 21,2). Un día, en aquella aldea, se celebraban unas bodas (Jn 2,1a). María estaba entre los invitados a su celebración, quizá era pariente. La invitación se extendió también a Jesús y a sus discípulos (v. 2).
Según las costumbres del AT, las fiestas de la boda duraban normalmente siete días (Gén 29 27, Jue 14,12; Tob 11,20), pero podían prolongarse durante dos semanas (Tob 8,20; 10,8). Y eran lógicamente la ocasión de un alegre banquete (Gén 29,22; Jue 14,10, Tob 7,14), servido de ordinario en casa del esposo (cf Mt 22,2). Por tanto, se necesitaba tener una buena provisión de vino. Y esto fue lo que falló en Caná (v. 3a).
El malestar de la situación no se le pasó de largo a la atención femenina de María, que puso al corriente de ello a su Hijo (v. 3b). Después de una respuesta un tanto enigmática (v. 4), Jesús escuchó la petición de la madre y convirtió en vino copioso el agua contenida en las seis tinajas, puestas allí para las purificaciones rituales que los judíos realizaban antes de sentarse a la mesa (vv. 6-10). De esta forma Jesús dio comienzo a sus prodigios y fue aquél el signo que suscitó la fe incipiente de los discípulos en él comoMesías (v. 11).
Todo esto constituye el núcleo de lo que ocurrió en Caná, durante aquel banquete de bodas que estuvo a punto de terminar con una amarga desilusión.
Juan está en disposición de penetrar en el sentido arcano que se escondía en aquel episodio de las bodas de Caná. Justamente él lo define como un signo (v. 11), es decir, como un hecho que en sus apariencias exteriores remite a una realidad más íntima, más oculta, inherente en definitiva al misterio mismo de la persona de Jesús. Podemos decir que:
-El milagro de Caná nos invita a profundizar en el sentido y el misterio de la obra de Jesucristo. El primer "signo" conduce  hacia la contemplación y la comprensión del signo central de la muerte-resurrección, y del  signo que es el amor-unidad de la comunidad (Jn 17, 20-23).
-La valoración de todo lo que de positivo hay en la alegría de la vida de los hombres,  no    como  realidad neutra o, menos aún, peligrosa, sino como realidad positiva en la vida  humana, capaz de manifestar el  don  de Dios.
-La urgencia de una dedicación de los cristianos y de las comunidades cristianas a  promover la alegría que proviene de la vida auténtica de la comunión con los demás, del  amor conyugal y  familiar,  de  la  participación en un pueblo, de la confianza en Dios.

PLEGARIA UNIVERSAL

Una vez más pedimos al Señor que aumente nuestra fe y nos haga capaces de bendecir y celebrar al Señor.

1.- Pidamos por la Iglesia Universal, de manera especial por nuestros pastores para que fortalecidos en la fe y animados por el Espíritu, trabajen con esmero en la misión  que han recibido. Roguemos al Señor.

2.- Por nuestra comunidad parroquial, para que trabajemos siempre en comunión con nuestro párroco y todos nos esforcemos en construir una comunidad unida. Roguemos al Señor.

3.- Por  nuestros hermanos y hermanas que sufren a causa de una enfermedad, para que Dios cuide de ellos, alivie sus dolores y haga que pronto se recuperen  y reincorporen sanos a su familia y a la comunidad eclesial. Roguemos al Señor.

4.- Por los niños y las niñas de nuestra parroquia, para que sus padres siempre cuiden de ellos y los eduquen en los valores del evangelio. Roguemos al Señor.

Oh Dios, la fe nos ayude a cercanos a ti y a cada uno de nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor participar dignamente de estos santos misterios, pues cada vez que celebremos este memorial de sacrificio de Cristo se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Derrama, Señor sobre nosotros tu Espíritu de caridad para que alimentados con el mismo pan del cielo, permanezcamos unidos en el mismo  amor.   Por  Jesucristo  nuestros Señor.

ACCION DE GRACIAS

    Bajo tu amparo nos acogemos,
    Santa Madre de Dios;
    no deseches las oraciones
    que te dirigimos
    en nuestras necesidades,
    antes bien
    Líbranos  de todo peligro,
    ¡Oh Virgen Gloriosa y bendita!
    Amen.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 18: 1Sam 15, 16-23; Sal 49; Mc 2, 18-22.
Martes 19: 1Sam 16, 1-13; Sal 88; Mc 2, 23-28.
Miércoles 20: 1Sam 17, 32-33.37.40-51; Sal 143; Mc 3, 1-6.8
Jueves 21: Santa Inés, virgen y mártir (MO). 1Sam 18, 6-9; 19, 1-7; Sal 55; Mc 3, 7-12.
Viernes 22: 1Sam 24, 3-21; Sal 56; Mc 3, 13-19.
Sábado 23: 2Sam 1, 1-4.11-12.19.23-27; Sal 79; Mc 3, 20-21.
Domingo 24: III del Tiempo Ordinario. Neh 8, 2-4ª.5-6.8-10; Sal 18; 1Cor 12, 12-30; Lc 1, 1-4; 4, 14-21.