AMARÁS AL SEÑOR, TÚ DIOS Y A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO
ORACION COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, aumenta
nuestra fe, esperanza y caridad, y para conseguir tus promesas, concedes amar
tus preceptos. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura
del Libro del Éxodo 22, 21-26
Esto dice
el Señor: No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fueron
ustedes en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque si los
explotas y ellos gritan a mí yo los escucharé.
Se
encenderá mi ira y les haré morir a espada, dejando a sus mujeres viudas y a sus
hijos huérfanos.
Si
prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con
él un usurero cargándole intereses.
Si tomas
en prenda el manto de tu prójimo se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque
no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo, ¿y dónde, si no, se va a acostar?.
Si grita a mí yo lo escucharé, porque yo soy compasivo.
SALMO RESPONSORIAL (17)
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza,
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo
mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo
libre de mis enemigos. R.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea
ensalzado mi Dios y Salvador. Tú diste gran victoria a tu rey, tuviste
misericordia de tu ungido. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera
carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1, 5c-10
Hermanos: Saben cuál fue
nuestra actuación entre ustedes para su bien. Y ustedes siguieron nuestro
ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra entre tanta lucha con la alegría
del Espíritu Santo. Así llegaron a ser un modelo para todos los creyentes de
Macedonia y de Acaya.
Desde su comunidad, la
Palabra del Señor ha resonado no sólo en Macedonia y en Acaya, sino en todas
partes; su fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no
teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles
de la visita que los hicimos: cómo, abandonando los ídolos, les volvieron a
Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su
Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que os
libra del castigo futuro.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho
callar a los saduceos, se acercaron a Jesús y uno de ellos le preguntó para
ponerlo a prueba: Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
Él le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con todo tu ser.».
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es
semejante a él:
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo.». Estos dos
mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.
COMENTARIO
En
las escuelas teológicas de la época se discutía cuál era el mandamiento que se
debía poner a la cabeza de la lista. Un escriba hace a Jesús la pregunta para
ponerlo a prueba; es decir, quiere probar la capacidad del nuevo Maestro y
conocer su opinión sobre un debate de moda. Jesús cita en primer lugar dos
textos del AT. Uno del Deuteronomio (6. 4-8) y otro del Levítico (19. 18). Los
dos pasajes ocupaban el centro de la espiritualidad de Israel, sobre todo el
primero, que se recitaba por la mañana y por la noche, se lo bordaba en las
mangas de los vestidos y se lo escribía en los dinteles de las puertas. Pero,
aunque en su respuesta cita textos conocidos y ya existentes, Jesús aparece
nuevo y original frente a las opiniones corrientes. Para él, el mandamiento del
amor a Dios y al prójimo no es simplemente el mandamiento que hay que colocar a
la cabecera de la lista, sino que cualquiera otra ley que quiera presentarse
como voluntad divina debe ser expresión de este doble amor. Con ello Jesús se
distancia del legalismo.
En segundo lugar, Jesús universaliza el
concepto del prójimo. El judaísmo, especialmente en tiempo de Jesús, se debatía
en el particularismo, si bien no faltaban intentos de universalismo; el prójimo
era el correligionario o a lo más el simpatizante; pero de ningún modo el
extranjero y el pagano. En cambio, para Jesús, prójimo es todo el mundo,
incluido el extranjero y hasta el desconocido. Prójimo es cualquiera que es
objeto del amor de Dios; es decir, todos. En cambio, es permanente la tentación
de delimitar el concepto de prójimo o, en cualquier caso, de hacer una
clasificación, como si algunos hombres contasen y otros no. Más la novedad de
Jesús estriba ante todo en haber unido los dos mandamientos. En la capacidad de
mantenerlos unidos es como se mide la verdadera fe. Hay como dos tendencias en
el espíritu humano, y ellas se disputan también el alma cristiana: la tendencia
que acentúa el primado de Dios (por tanto, la oración, la relación con él, la
conversión interior y personal) y la tendencia que, en nombre de Dios, llama la
atención hacia el hombre (por tanto, la justicia, la lucha por un mundo más
justo, la toma de posición frente a las estructuras de nuestra sociedad). La
primera se diría más religiosa; la segunda, más política.
No obstante, semejante juicio es por lo
menos superficial y expeditivo; lo religioso, como lo político, tiene
significados más complejos. El evangelio quiere que se unan las dos tendencias.
Jesús ha mandado amar al prójimo como a sí mismo; por lo tanto, hay que
comprometerse en la liberación del hombre.
Pero en la lucha generosa por el hombre es
preciso afirmar el primado de Dios, al que hay que amar con todas las fuerzas y
que debe ocupar el primer puesto en nuestro corazón. Tan es así, que el amor de
Dios se inculca sin medida ("con todo el corazón"), pero no el amor
del prójimo ("como a sí mismo").
PLEGARIA UNIVERSAL
Suba nuestra oración a Dios Padre que nos ama con infinita
misericordia y oremos por toda la humanidad. R.- Padre nuestro, escúchanos.
1.- Por la Iglesia universal, que sea “una Iglesia en
salida” como nos dice el Papa Francisco, y todos nos sintamos misioneros. Roguemos
al Señor.
2.- Por todos los gobernantes de la tierra, que se
esfuercen sin descanso por crear un mundo menos violento, donde el mandamiento
del amor de como fruto la justicia. Roguemos al Señor.
3.- Por los misioneros y misioneras en el mundo entero, que
reflejen en sus vidas el rostro de Jesús, acogedor y misericordioso. Roguemos
al Señor.
4.- Por nuestra comunidad y las comunidades de nuestra
unidad pastoral, para que crezcan en su compromiso misionero aquí y a través de
los proyectos solidarios que mantenemos. Roguemos al Señor.
Padre nuestro, acoge nuestra oración para que nuestra vida sea
reflejo de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Vuelve tu mirada, Señor, sobre las
ofrendas que te presentamos para que nuestra celebración sea para tu gloria y
tu alabanza. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Lleva a su término en nosotros, Señor, lo que significan
estos sacramentos; para que un día poseamos plenamente cuanto celebramos ahora
en estos ritos sagrados. Por Jesucristo nuestro Señor.
PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA
Lunes 30: Rm 8, 12-17; Sal 67 Lc 13, 10-17.
Martes 31: Rm 8, 18-25; Sal 125; Lc 13, 18-21
Miércoles 01: Ap.
7, 2-4.9-14; Sal 23; 1Jn 3, 1-3; Mt 5, 1-12a
Jueves 02: Jb 19, 1.23-27ª; Sal 24; Flp 3, 20-21; Mc
15, 33-39; 16, 1-6.
Viernes 03: Is 58, 6-11; Sal 1; 1Co 12, 31-13, 13; Mt
11, 25-30.
Sábado 04: Rm 11, 1-2ª.11-12.25-29; Sal 93; Lc 14,
1.7-11.
Domingo 05: Ml 1, 14b-2, 2b.8-10; Sal 130; 1Ts 2,
7b-9.13; Mt 23, 1-12
COMENTARIOS
AL EVANGELIO
Mt 22, 34-40
Par: Mc 12, 28-34
1. LA ORIGINALIDAD DE LA RESPUESTA DE JC ES
PONER A UN MISMO NIVEL AMBOS PRECEPTOS. MAS AUN: DECLARARLOS INSEPARABLES Y
CONSTITUTIVOS DE UN MISMO CENTRO Y PUNTO DE APOYO. LEY/AT.
LOS MAESTROS DE LA LEY DISTINGUÍAN ENTRE PRECEPTOS (365) Y PROHIBICIONES (248).
Mientras en el texto paralelo de Mc el que pregunta
a Jesús es un hombre que busca la verdad y "no está lejos del Reino de
Dios" (Mc 12. 34), aquí, lo mismo que en Lc (10. 25), los que interrogan
lo hacen con ánimo de tentarle (cf. 16. 1; 19. 3; 22.18). Se trata de un grupo
de fariseos que entran a la carga después del fracaso de los saduceos.
La pregunta tiene pega, era una cuestión muy
debatida en las escuelas rabínicas. Los maestros de la Ley distinguían entre
preceptos y prohibiciones, éstas eran 365 en total y aquéllos 248. Por tanto,
era urgente reducir todo ese fárrago legal a una sola fórmula breve y
comprensible, a un mandamiento principal de la Ley. Pero esto no era nada fácil.
Respondiendo a la misma cuestión el rabino Hillel (hacia el año 20 a. C.) había
pronunciado esta famosa sentencia: "No hagas a otro lo que no quieras para
ti: esto es toda la Ley. Lo demás es simplemente su explicación".
La originalidad de la respuesta de Jesús no está en
subrayar como precepto fundamental y primero el amor a Dios, pues todos los
judíos reconocían la absoluta prioridad de este precepto que recitaban dos
veces al día (cf. Dt 6. 4-5). La novedad está en que Jesús coloca a un mismo
nivel el precepto del amor al prójimo; más exactamente, en la declaración de
que ambos preceptos son inseparables y constituyen un mismo centro y punto de
apoyo de toda la Ley y los profetas.
Pretender separar en la vida cristiana el
mandamiento del amor a Dios y del amor al prójimo sería tan absurdo como
intentar separar en Cristo lo humano y lo divino. En ambos casos cabe una
distinción, pero nunca una separación.
Eucaristía 1990/49
3.- 613 preceptos, en su mayoría negativos. En
efecto, 365 eran prohibiciones (el mismo número de los días del año) y 248
imposiciones (entonces se creía que los miembros del cuerpo humano sumaban esa
cantidad exacta).
Era difícil orientarse en aquel barullo de
disposiciones insignificantes mezcladas con normas importantes.
El equívoco de fondo consistía en vanagloriarse de
haber recibido de Dios, con preferencia a otros pueblos, un mayor número de
leyes, y en creer que tener la conciencia en regla era cuestión de cantidad de
normas respetadas y prácticas cumplidas.
Alessandro Pronzato, El Pan del Domingo Ciclo A, Edit. Sígueme Salamanca
1986.Pág. 225
4.- La Ley y los profetas penden de estos dos
mandamientos. Como la puerta gira sobre su quicio. No se trata, por tanto, de
establecer una distinción entre los mandamientos o prescripciones de la Ley. Si
la Ley expresa la voluntad de Dios es imposible establecer distinciones. Jesús
afirma que todo lo demás, que al hombre le es exigido desde la Ley, debe ser
deducido de estos dos mandamientos. Estamos, por tanto, ante el necesario principio
unificador que resuelve tanta dispersión legal o ritual.
Comentarios a la Biblia Litúrgica NT, Edic Marova/Madrid 1976.Pág. 1072
5.- Nos hallamos en un contexto de controversia.
Los diversos adversarios proponen cuestiones a Jesús para comprometerle. Ahora
es el turno de un experto en la Ley del grupo de los fariseos.
La cuestión que propone a Jesús es típica entre los
expertos en la Ley. Se había llegado a establecer una lista de 248 mandamientos
y 365 prohibiciones. Ante este cúmulo, muchos expertos hacían afirmaciones que
se acercaban a la de Jesús.
La pregunta por el mandamiento
"principal" de la Ley supone que Jesús debe responder sobre los
mandamientos escritos en los libros atribuidos a Moisés. La respuesta de Jesús
pone en un mismo plano dos mandamientos, los dos tenidos por principales, de
modo que hace de ellos uno solo: amar a Dios y amar al prójimo.
Los libros de la Ley y de los Profetas son el
compendio escrito de la alianza de Dios con Israel. Pues bien, el que ama a
Dios y ama al prójimo cumple todos los mandamientos contenidos en esta alianza.
El amor es la única manera de ser fiel a la alianza, de responder al amor de
Dios.
J. M. Grane, Misa Dominical 1993/13