viernes, 10 de noviembre de 2017

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXXII TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 12 NOVIEMBRE 2017

“LLEGA EL ESPOSOS, SALGAN A RECIBIRLO!.”


ORACION COLECTA

Dios omnipotente y misericordioso aparta de nosotros todos los males, para que bien dispuesto nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad. Por Nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro de la Sabiduría 6, 12-16

Radiante e inmarcesible es la sabiduría; fácilmente la ven los que la aman y la encuentran los que la buscan.
Se anticipa a darse a conocer a los que la desean. Quien temprano la busca no se fatigará, pues a su puerta la hallará sentada. Pensar en ella es prudencia consumada, y quien vela por ella, pronto se verá sin afanes.
Ella misma busca por todas partes a los que son dignos de ella; en los caminos se les muestra benévola y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.

SALMO RESPONSORIAL (62)

Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agotada, sin agua. R.

¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!. Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. R.

Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca y mis labios te alabarán jubilosos. R.

En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti, porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18

Hermanos: No queremos que ignoren la suerte de los difuntos para que no se aflijan como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él.
[Esto es lo que les decimos como Palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los difuntos.
Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar.
Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire.
Y así estaremos siempre con el Señor.
Consuélense, pues, mutuamente con estas palabras.]

EVANGELIO

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: —El Reino de los Cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: «¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!».
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: «Dennos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.».
Pero las sensatas contestaron: «Por si acaso no hay bastante para ustedes y nosotras, mejor es que vayan a la tienda y se lo compren.».
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: «Señor, señor, ábrenos.». Pero él respondió: «Les lo aseguro: no los conozco.». Por tanto, velen, porque no saben el día ni la hora.

COMENTARIO

Podemos imaginar a diez doncellas de honor con sus vestidos alegres, sus sonrisas, el novio algo serio, la novia radiante, pero, una palabra dura viene a deshacer los sueños: cinco de aquellas muchachas eran “necias”.
El proyector quedará fijo sobre ellas e irá detallando con crueldad su falta de sentido común. Inútil hacer preguntas sobre las cinco “sensatas” que se niegan brutalmente a compartir su aceite: no es ese el problema. Una parábola traza su camino sin preocuparse de los elementos que no casan.
Intentemos así ir directamente a la elección de ese aceite que escasea, ¿Qué falta corre el peligro de hacer de nosotros unos hombres necios?
El necio de la parábola es el cristiano que había partido bien, pero que no se ha fijado en las distancias, que cae de nuevo enseguida en su vida vulgar, poco evangélica.
Las cinco necias representan los alientos cortos, la gente desarmada ante las esperas y la duración del tiempo. Corren el peligro de verse asustadas ante el gripo repentino: “¡Qué llega el novio! Salgan a recibirlo.
Uno piensa sin embargo en ese encuentro final. Se sabe que para que tengan éxito hay que encontrar ya a Jesús aquí abajo, en la oración, en la eucarística, en el evangelio, en los sacramentos del hermano (Mt 25, 40). Pero todas esas cosas cuestan, y se dan  largas  sin  fin:  “Mañana  empezaré    en   serio”.   ¡Se cree  uno dueño  del  tiempo!.   Incluso   cuando durante un retiro, bajo  el  choc de  un acontecimiento o de un testimonio desconcertante, tenemos un fuerte encuentro con Jesucristo, no escuchamos bastante su advertencia urgente y casi ansiosa, ya que nos conoce muy bien: “¡Vigilen!” ¡Vigilen!. Que no saben el día ni la hora”.
¿Hay que pensar entonces tan sólo en esa hora? No, estar dispuesto ante el gran grito es vivir lo más intensamente posible lo que uno está viviendo.
La espiritualidad del presente”, o sea el bueno uso de la vida cotidiana, nos convierte en los mejores candidatos para el encuentro. Sentido evangélico del tiempo: el aceite para mañana se compra hoy.
Hay que tener valentía para vivir a pleno tiempo el evangelio, sea cual fuere la duración de ciertos períodos difíciles.
Si no...
Hay que llegar hasta el fondo de estas bodas tristes, aplastar las narices contra el portón cerrado, escuchar las palabras más duras todavía que aplastan toda esperanza: “No los conozco”.
El último día, Jesús no podrá reconocer más que a “los suyos” a los que hayan intentado ser una luz de evangelio sin descanso, reponiendo constantemente su provisión de aceite.
Si este tremendo “no les conozco” no impresiona tal como Jesús quiere que nos impresione, reflexionemos sobre los dos comportamientos, el de las sensatas y el de las necias. ¿Dónde está nuestra lámpara?.

PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, y pidamos que infunda su Espíritu en nosotros al presentarle nuestra oración:

1.- Para que conceda al Papa Francisco, a los sacerdotes y a todos los consagrados a él, el espíritu de las vírgenes prudentes, para estar siempre preparados a su venida. Roguemos al Señor.

2.- Para que Dios santifique a su pueblo, reafirme el compromiso y los propósitos de todos los que se dedican a la evangelización y fortalezca la fidelidad de los esposos. Roguemos al Señor.

3.- Para que los niños lleguen a la madurez de la fe, los convertidos perseveren, los catecúmenos se hagan dignos del bautismo y los no creyentes busquen y encuentren la verdad. Roguemos al Señor.

4.- Para que Dios venga en ayuda a través de cada uno de nosotros de los que padecen injusticias, desempleo, hambre, enfermedad. Roguemos al Señor.

5.- Por todos los que estamos acá presentes, para que como las vírgenes prudentes, tengamos siempre encendida la lámpara de la fe, de la esperanza y de la caridad. Roguemos al Señor.

Escucha, Dios de misericordia, las oraciones de tu familia y ayúdala, pues te reconoce como creador y como Padre. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Mira con bondad, Señor, los sacrificios que te presentamos, para que al celebrar la pasión de tu hijo en este sacramento, gocemos de sus frutos en nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Alimentados con esta eucaristía, te hacemos presente, Señor, nuestra acción de gracias, implorando de tu misericordia que el Espíritu Santo mantenga siempre vivo el amor a la verdad en quienes han recibido la fuerza de lo alto. Por Jesucristo nuestro Señor.


PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 13: Sb 1, 1-7; Sal 138; Lc 17, 1-6.
Martes 14:   Sb 2, 23—3,9; Sal 33; Lc 17, 7-10.
Miércoles 15:   Sb 6, 1-11; Sal 81; Lc 17, 11-19.
Jueves 16:   Sb 7, 22-8, 1; Sal 118; Lc 17, 20-25.
Viernes 17:   Sb 13, 1-9; Sal 18; Lc 17, 26-37.
Sábado 18: Sb 18, 14-16; 19, 6-9; Sal 104; Lc 18, 1-8.
Domingo 19:    Pr 31, 10-13.19-20-31; Sal 127; 1Ts 5, 1-6; Mt 25, 14-30.

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mt 25, 1-13

1.- Comenzamos a leer hoy el cap. 25 de Mt, que terminaremos dentro de 15 días, en la solemnidad de Xto Rey. Para situar la parábola de hoy en su ambiente, citamos estas palabras de J. Jeremías: "Después de que el día se ha pasado en bailes y otras diversiones, tiene lugar la cena de la boda después de la caída de la noche. A la luz de las antorchas es conducida luego la novia a la casa del esposo. Finalmente un mensajero anuncia la llegada del esposo, que hasta entonces ha tenido que permanecer fuera de la casa; las mujeres dejan a la novia y van con antorchas al encuentro del esposo... La demora está ocasionada por el regateo sobre los regalos a los parientes más cercanos a la novia... El punto cumbre de las fiestas de la boda es la entrada del novio en la casa" (Las parábolas de Jesús, pag. 210-211). (...)
La mejor explicación de la actitud que se expresa con el hecho de velar nos la dan las dos parábolas restantes de Mt 25.: una vida de fidelidad al don recibido y de servicio a los demás, especialmente a los pequeños (cf. evangelio del próximo domingo y de Xto Rey). Dentro del ministerio de Jesús, la parábola debió tener una primera aplicación. Con él se ha hecho presente el Reino de Dios, él es el Esposo que invita a la fiesta de bodas y esto exige una respuesta personal antes de que se cierre la puerta. La comunidad de Mt y la Iglesia de todos los tiempos se sirve también de ella para reforzar su llamada -siempre urgente- a tomar una decisión ante Xto y a vivir de tal manera que se esté a punto de recibirle en cualquier momento y a recibirlo en cada hermano.
J. Roca, Misa Dominical 19/81/21



2. OMISIÓN.NEUTRALIDAD. EL TEÓRICO "NO HACER NADA MALO" ES TAMBIÉN UNA MANERA DE HACER EL MAL.ALGO ASÍ COMO EL NEGAR AUXILIO EN CARRETERA.
Las cinco jóvenes poco previsoras reciben una dura sentencia condenatoria sin haber hecho nada malo. Ni siquiera maltrataron a los criados, como el mayordomo infiel. Tropezamos aquí con el tema clásico de la omisión y la neutralidad. El teórico "no hacer nada malo" es también una manera de hacer el mal. Algo así como el negar auxilio en carretera. Es no dar de comer al hambriento, es no vestir al desnudo. La neutralidad no existe. Todos estamos siempre comprometidos. Lo importante es saber con qué o con quién.
Eucaristía 1990/52



3.  DIEZ VÍRGENES, NECIAS Y SENSATAS, IMAGEN DE LA IGLESIA ANTES DE LAS BODAS.
Los primeros cristianos han querido ver a la Iglesia-esposa en las diez vírgenes, tanto las prudentes como las necias, pues la Iglesia, antes que las bodas se celebren, está compuesta de buenos y pecadores; en este sentido esta parábola tiene mucha semejanza con la red que recoge toda clase de peces, buenos y menos buenos (Mt 13, 48), a la sala de banquetes donde se reúnen justos y pecadores (Mt 22. 10), al campo, donde crecen tanto la buena como la mala semilla (Mt 13. 24-30). La Iglesia es, pues, semejante a un cortejo de hombres que caminan hacia el Señor; de ellos, unos tienen encendidas las lámparas de su vigilancia, mientras que los restantes no se preocupan de alimentar su fe. Los primeros procuran vivir sin dispersar su atención en mil cosas fútiles, ya que han escogido a Cristo y ponen los medios necesarios para permanecer fieles a Él; los otros se contentan con una pertenencia al grupo de los creyentes puramente sociológica. La discriminación sólo se hará al término del periplo de la Iglesia sobre la tierra, en el día de las nupcias de Cristo con la humanidad que permanezca fiel.
Maertens-Frisque, Nueva Guía de la Asamblea Cristiana VII, Marova Madrid 1969.Pág. 251 s.



4.- La primera impresión que produce la lectura de la parábola de las vírgenes prudentes y necias es un interrogante: ¿qué pasaría si las prudentes hubieran prestado el aceite y todas tuvieran las lámparas encendidas?, ¿castigaría el Buen Dios a las que compartieron el aceite? Si Jesús quisiera decir eso que pensamos a primera vista habría que hablar de una contradicción y constatar inmediatamente que el mismo Jesús nos manda multitud de veces repartir nuestro aceite.
La conclusión es fácil: Jesús está hablando de alguna exigencia que no se puede resolver con aceite prestado. Tanto en el mundo de la fe como en el de la realidad humana hay multitud de valores que son ardua adquisición o no se tienen.
ACEITE/SB: El aceite y la lámpara encendida significan aquí algo personal e intransferible, que forma parte de la propia identidad, que está o no está en toda la biografía personal. Sin eso que aquí se significa, el hombre no es hombre, el hombre es irreconocible incluso para Dios: "no os conozco".
¿Qué significa tener aceite y tener lámparas encendidas? La liturgia sugiere una cierta identidad entre el aceite de la parábola y la Sabiduría (Sb 6. 13-17), y entre las lámparas apagadas y la aflicción desesperada ante la muerte (1 T 4. 13-17). Según esto, Dios no podría hacer nada por un hombre sin luz y sin esperanza, y esto no porque a Dios le falte misericordia, sino por la imposibilidad radical de poder llamar hombre a una vida sin luz y sin sentido.
Sólo nos queda una salida: o afirmamos que no hay hombres sin luz, aunque sea mínima, o aceptar que si nos faltara ese mínimo estaríamos inevitablemente excluidos de la fiesta del Padre. De vigilar esa seria posibilidad que pesa sobre cada uno de nosotros nos habla la liturgia de estos domingos.
¿Se puede ser optimista? Parece que sí; no por lo fácil que pueda parecer tener luz, sino porque Dios nos hizo heridos y marcados por ella. Lo leemos hoy: "La sabiduría se anticipa a darse a conocer a los que la desean...", "ella busca por todas partes a los que son dignos de ella".
Jaime Ceide, Abc/Diario, Domingo 11-11-90/Pág. 95



El texto responde a una concepción de la peripecia humana con final en sintonía divina. Se trata de una concepción GLOBAL de la historia, de su sentido y dirección. Como tal concepción global no se la puede reducir ni confundir con la muerte individual de las personas. El desconocimiento del día y de la hora no se refiere al hecho de nuestra muerte, de la que tampoco conocemos el momento. La venida del Hijo del hombre no tiene nada que ver con el día de nuestra muerte. Resulta, pues, totalmente desfasado interpretar la invitación a velar como una invitación a estar preparados para la muerte.
El texto no encierra tremendismos ni terrores, sino una concepción religiosa y positiva de la historia. El acontecer humano tiene sentido y se nos invita a vivir sabiendo que lo tiene. Por aquí va la invitación a velar.
El riesgo que hoy corremos, tal como lo empezaban a correr los contemporáneos de Mateo, es el pensar que el futuro divino se demora porque tal futuro no existe. Por aquí va uno de los problemas del hombre contemporáneo. De ahí su convulsivo aferramiento al goce del presente. El texto de hoy nos invita a salir de ese aferramiento limitante, estéril y falto de horizonte. El asunto es grave y ciertamente muy complejo. Pero el discípulo de Jesús debe caracterizarse, entre otras cosas, por vivir sabedor del horizonte que arranca en Dios.
Alberto Benito, Dabar/90/55



6.- La parábola es una llamada a nuestra responsabilidad. Precisamente porque sabemos que el Padre nos invita a la gran fiesta, no tenemos que dejarnos perder la "sabiduría radiante" que, como dice la 1a.lectura es "inmarcesible; fácilmente la ven los que la aman y la encuentran los que la buscan".
Esta celebración de hoy tiene que ensanchar nuestro corazón y ahondar nuestro gozo de sabernos llamados al gran banquete de bodas: ya estamos en la casa de la novia con las lámparas encendidas, pero aún no ha llegado el novio. Entretanto la Eucaristía tiene que multiplicar y renovar, cada domingo, el aceite de nuestras lámparas, la verdadera sabiduría, que es JC. Y al mismo tiempo tiene que ser una intimación y una llamada -que bien necesitamos- a la responsabilidad de nuestra vida cristiana.
Recordemos otra palabra de Jesús: "Que así resplandezca vuestra luz ante los hombres para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre del cielo" (Mt 5. 16). Es así como tenemos que esperar al Señor: encendidas las lámparas de nuestras buenas obras.
J. Totosaus, Misa Dominical 1978/20



7.- El hecho de que las sensatas no den parte de su aceite significa que la actitud que ellas representan no puede adquirirse sin preparación, sino que tiene su precio.
El hecho de que el Señor no les abra la puerta significa que las necias no pueden en realidad entrar en la sala del banquete; es algo parecido a lo que sucede con un profano en música, que no puede "entrar" en una sinfonía, sino que siempre se quedará fuera de ella, a pesar de lo que puedan desear los músicos (Mt 11, 17)