viernes, 22 de agosto de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 24 AGOSTO 2014

TU ERES PEDRO Y TE DARÉ LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 22,19-23
Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.».

SALMO RESPONSORIAL (Sal 137)
Tu misericordia es eterna, Señor,

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre. R.

Por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma. R.

El Señor es sublime, se fija en el humilde
y de lejos conoce al soberbio. 
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos. R.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11,33-36
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!. ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero?. ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,13-20
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.».
Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» .
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.».
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

COMENTARIO

Saliendo de Betsaida (Mc 8, 22) y remontando el valle del Jordán, Jesús se retira con los "doce" a la región de Cesárea de Felipe, al pie del monte Hermón. El Maestro quiere disponer de tiempo y de un lugar tranquilo para iniciar a sus discípulos en el misterio de su persona. Para introducir el tema, Jesús comienza preguntando qué han oído ellos sobre su persona y su misión, de la gente.
También quiere llamar la atención sobre su pertenencia a Cristo ("mi Iglesia") y sobre su perenne estabilidad. La Iglesia es una casa construida sobre roca, aunque se apoya en la fragilidad de los hombres. Por tanto, una estabilidad atormentada, inquieta. El destino de la Iglesia es como el de Cristo: un camino en la contradicción. Y no se trata solamente de enemigos externos; dentro de la Iglesia habrá siempre pecadores; por eso la Iglesia tiene necesidad de "atar y desatar"; continúa el pecado; por eso debe continuar el perdón. Dentro del motivo cristológico y del motivo eclesial es como se han de entender las palabras dirigidas por Jesús a Pedro. Son palabras afines a otros dos textos célebres: Lc 22. 31ss. y Jn 21. 15-17. Por lo demás, el evangelio entero de Mt. muestra interés por Pedro. No importa aquí saber si se trata o no de una inserción redaccional del evangelista. El hecho es que estos versos. Están aquí y que su presencia confiere un significado particular a este texto.
La función de Pedro se define con tres metáforas: la piedra, las llaves, atar y desatar. Para comprender la primera expresión podemos recurrir a otro texto de Mt (7, 24-27): Pedro es la roca que mantiene firme a la Iglesia. En otras palabras, es el punto alrededor del cual se constituye la unidad de la comunidad. La segunda metáfora es todavía más clara: dar las llaves significa confiar una autoridad verdadera y plena. Finalmente, la tercera metáfora (atar y desatar) tiene el sentido de permitir y prohibir, de separar y perdonar. En conclusión, el texto atribuye a Pedro títulos y prerrogativas que a lo largo de la Biblia se atribuyen al Mesías. Es como decir que la autoridad de Pedro es vicaria; él es imagen de otro, de Cristo, que es el verdadero Señor de la Iglesia. Más precisamente porque es imagen de Cristo, la autoridad de Pedro es plena e indiscutible.
No obstante, hay todavía otro punto que hemos de observar con particular atención; no es ciertamente casual la presencia en el mismo fragmento de dos aspectos aparentemente en contraste: la fe de Pedro y su incomprensión del misterio de Jesús: la autoridad confiada a Pedro y el reproche que le hace Jesús. El tema es de fondo, hasta el punto de que recorre todo el fragmento bajo la forma de contraste entre debilidad y gracia. También los otros dos textos citados (Lc 22. y Jn 21.) evidencian el mismo contraste; por una parte, la debilidad de Pedro; por otra, su carácter de punto de referencia. Luego, los evangelistas subrayan intencionadamente este contraste para acentuar que por gracia, en virtud de una elección divina y no por dones naturales, es Pedro la roca sobre la cual funda Cristo la Iglesia.

CREDO NICENOCONSTANTINOPOLITANO

Creo en un solo DIOS, PADRE todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, JESUCRISTO, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de  María,  la  Virgen,  y  se  hizo  hombre.
Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el ESPÍRITU SANTO, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo la iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén

PLEGARIA UNIVERSAL.
Pidamos, queridos hermanos, a Dios todopoderoso y eterno, que nos conceda orar con tal confianza que merezcamos obtener lo que pedimos:

1.- Por la Santa Iglesia de Dios, extendida de oriente a occidente: para que el Señor la mantenga firme hasta el fin de los tiempos. Roguemos al Señor.

2.- Por cuantos tienen autoridad en el mundo: para que bajo su gobierno todos los pueblos progresen en paz, libertad y concordancia, glorificando a Cristo, nuestra esperanza. Roguemos al Señor.

3.- Por el buen tiempo y la abundancia de las cosechas: para que el Señor de a todos el pan de cada día. Roguemos al Señor.

4.- Por los enfermos, los emigrantes y los desterrados, por los que se sienten oprimidos en su trabajo o carecen de él: para que el Señor sea su ayuda y consuelo. Roguemos al Señor.

5.- Por cuantos estamos aquí reunidos, por nuestros hermanos ausentes y  por todas nuestras intenciones: para que el Señor nos guarde de todos en la fe y nos reúna en el reino de su Hijo. Roguemos al Señor.

 Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que tanto amaste al mundo que le diste a tu Hijo Unigénito, escucha las oraciones que te hemos presentado y danos tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 25: 2Ts 1, 1-5.11b-12; Sal 95; Mt 23, 13-22.
Se puede celebrar la memoria de San Luis de Francia (blanco) o de san José Calasanz, presbiterio (blanco)
Martes 26: 2Ts 2, 1-3ª.14-17; Sal 95; Mt 23, 23-26.
Miércoles 27: Santa Mónica (MO) 2Ts 3, 6-10.16-18; Sal 127; Mt 23, 27-32.
Jueves 28: San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia (MO) 1Co 1, 1-9; Sal 144; Mt 24, 42-51.
Viernes 29: El Martirio de San Juan Bautista (MO) 1Co 1, 17-25; Sal 32; Mc 6, 17-29.
Sábado 30: Santa Rosa de Lima, Patrona de Lima, del Perú y de América (S) (Precepto) Eclo 3, 17-24; Sal 15; Flp 3, 8-14; Mt 13, 31-35.

Domingo 31: Domingo XXII del T.O. Jr 20, 7-9; Sal 62; Rm 12, 1-2; Mt 16, 21-27.