viernes, 29 de agosto de 2014

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XXII TIEMPO ORDINARIO CICLO A - 31 AGOSTO 2014

EL QUE QUISIERA VENIRSE CONMIGO, QUE SE NIEGUE A SÍ MISMO



PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías 20,7-9
Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar: «Violencia», proclamando: «Destrucción.» La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: «No me acordaré de él, no hablaré más en su nombre»; pero ella era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerlo, y no podía.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 62)
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca,
agostada, sin aguaR.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!.
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labiosR.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.

Porque fuiste mi auxilio, 
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostieneR.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12,1-2
Les exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a presentar sus cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es su culto razonable. Y no los ajusten a este mundo, sino transfórmense por la renovación de la mente, para que sepan discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,21-27
En aquel tiempo, empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: «¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte.».
Jesús se volvió y dijo a Pedro: «Quítate de mí vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas corno los hombres, no como Dios.».
Entonces dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta.».

COMENTARIO

Jesús dice: Voy a sufrir  me van a matar. Y un poco más adelante utiliza para nosotros estas palabras tremendas: Renunciar a sí mismo, cargar con la cruz, perder la vida. No intentemos escapar de ello; eludir el evangelio es rechazar el evangelio. Esto no quiere decir aceptarlo ciegamente. De hecho hay muchos que lo aceptan ciegamente, pero en teoría. El que quiere de verdad seguirle no vacila en interrogar para ver bien adónde hay que ir y por qué. ¿Por qué la cruz de Jesús?
Es algo inconcebible, dice Pedro. Jesús reacciona con dureza, porque para él es duro pensar en lo que va a ocurrir. Luchando contra la angustia, quiere entrar plenamente en los planes de Dios y Pedro quiere apartarlo en los planes de los hombres. ¡Quítate de mi vista, Satanás!.
Las ideas de Dios no son las ideas de los hombres: esto quiere decir que tiene que rechazar una vez más la tentación de ser un mesías triunfador, un mesías que logre su objetivo sin calvario. No, hay que seguir caminando hacía aquellas hora en que será injuriado y matado por el odio.
Las ideas de Dios, no las ideas de los hombres. ¿Las de Dios? ¡Qué impenetrables nos parecen ahora! ¿Quiere Dios el sufrimiento? ¡Es una blasfemia! Vislumbramos solamente que él quiso entregar a su Hijo para salvarnos y que aquello desembocó en esa hora angustiosa. En un mundo de injusticia, de violencias y de religión formalista. Jesús tuvo que portarse de tal manera que la muerte se siguió inevitablemente. Es lo que él percibe en este momento. El Padre no lo entrega a la muerte. El misterio sigue en pie. Si me pregunto: ¿Por qué esos sufrimientos y esa muerte?. El misterio sigue en pie.
Si me pregunto: ¿Por qué esos sufrimientos y esa muerte?, no encontraré salida; no puedo meterme dentro de los designios de Dios. Pero puedo ver como Jesús penetra en esos designios: Empezó a manifestar a sus discípulos que tenía padecer.
Tengo derecho a encontrar todo esto extraño, desconcertante, con tal que acepte dejarme enseñar por el ejemplo de Jesús.
El no aceptó el sufrimiento ciegamente; vio ese camino, vio que tenía que sufrir. Detrás de él, y es la gran parábola cristiana, seguimos avanzando en medio de nuestras tinieblas, pero también en su luz. He aquí por qué, cuando queremos salvar la vida apartándonos de él (por miedo a sufrir), la perdemos. Ahora podemos comprender mejor su afirmación: El que pierda su vida por mí, la salvará.
Pero estas parábolas nos parecerán incomprensibles y desconcertadas mientras no las hayamos convertido en experiencias. Nadie que haya seguido a Jesús se arrepintió de ello.
Al contrario, los que no ensayan el evangelio en su vida seguirán forzosamente encerrados en los porqués.

PLEGARIA UNIVERSAL.
Oremos a Dios y pidámosle que nos ayude a superar las dificultades y ser anunciadores del reino que instauró Jesús con su venida al mundo.

1.- Para nuestro Santo Padre el Papa Francisco, los Obispos, por los sacerdotes y diáconos que sean promotores del diálogo y la comunión fraterna a ejemplo de Jesucristo. Roguemos al Señor.

2.- Para que los gobernantes promuevan la justicia y la amistad y la concordia entre todos los pueblos. Roguemos al Señor.

3.- Para quienes buscan la verdad,  hacen el bien  y predican el Evangelio obtengan el auxilio divino y la fuerza del Espíritu. Roguemos al Señor.

4.- Para que la celebración de esta Eucaristía nos anime e impulse a buscar caminos de comprensión. Roguemos al Señor.

5.- Por nuestros padres, hermanos, amigos y  conocidos que han muerto esperando la resurrección; para que el Señor les dé el descanso eterno y contemplen la luz del su rostro. Roguemos al Señor.

Muestra, Padre, tu bondad al pueblo que te suplica, para que reciba sin tardanza lo que te pide con humildad. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 01: 1Co 2, 15-; Sal 118; Lc 4, 16-30.
Martes 02: 1Co 2, 10b-16; Sal 144;  Lc  4, 31-37.
Miércoles 03: San Gregorio Magno, papa y Doctor de la Iglesia –(MO). 1Co 3, 1-9; Sal 32; Lc 4, 38-44.
Jueves 04: 1Co 3, 18-23; Sal 23; Lc 5, 1-11.
Viernes 95: 1Co 4, 1-5; Sal 36; Lc 5, 33-39.
Sábado 06: 1Co  4,  6b-15;  Sal  144;  Lc  6, 1-5.
Domingo 07: Domingo XXIII del T.O. Ez 33, 7-9; Sal 94; Rm 13, 8-10; Mt 18, 15-20.