viernes, 20 de julio de 2018

LECTURAS Y COMENTARIO DOMINGO XVI T,O, CICLO B - 22 JULIO 2018

¿MIRO YO ASÍ A LA GENTE?


ORACION COLECTA

Muéstrate propicio con tus siervos, Señor y multiplica compasivo los dones de tu gracia sobre ellos, para que, encendido de fe, esperanza y caridad, perseveren siempre, con observación atenta en tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 23, 1-6

Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño —oráculo del Señor—
Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean a mi pueblo: Ustedes dispersan mis ovejas, las expulsaste, no las guardaste; pues yo los tomaré cuentas, por la maldad de sus acciones —oráculo del Señor—. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá —oráculo del Señor—.
Miren que llegan días —oráculo del Señor— en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro.
Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.».

SALMO RESPONSORIAL (22)

El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.

Me guiará por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cebadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 13-18.

Hermanos: Ahora están en Cristo Jesús.
Ahora, por la sangre de Cristo, están cerca los que antes estaban lejos. Él es nuestra paz. É1 ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. É1 ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.
Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.
Vino y trajo la noticia de la paz: paz a ustedes, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 6, 30-34.

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.».
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. AL desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

COMENTARIO

Marcos pone aquí dos fotos: Jesús con sus discípulos y Jesús con la gente. Jesús formador de hombres, escucha a sus elegidos que vuelven de su primera misión es la única vez que Marcos los llama apóstoles, sin duda para subrayar su nueva relación con Jesús. Ellos cuentan y cuentan; Jesús les escucha con una atención llena de amistad; se han convertido en sus colaboradores, que pronto atraerán a él a la gente.
Y esto nos orienta hacia la segunda foto, la más importante: Jesús está rodeado de gente y él la mira. Su mirada me remite a mis propias miradas: ¿es así como miro yo a la gente? Marcos dice: “Les dio lástima de ellos”. En el evangelio esta expresión nos revela siempre una verdadera conmoción llena de cariño. Y Marcos nos da la razón de esta actitud: Jesús los ve “como ovejas sin pastor”. Diríamos para la gente de hoy de la que formamos parte nosotros mismos: hombres desorientados que no saben por qué sufren y por qué viven. He aquí por qué a pesar de su enorme fatiga y de su necesidad de descanso en medio del pequeño grupo de los discípulos, Jesús se entrega a aquella gente y se pone a “enseñarla con calma”. Vendrá más tarde el milagro de la multiplicación de los panes, pero no es por el pan material por lo que ha venido Jesús. Sí, él les dará de comer y más tarde incluso será su pan de vida en la eucaristía. Pero para que comprendan lo que él es y lo que les trae, en primer lugar es preciso que les hable. Ser Jesús para la gente es mirarla como él, con un corazón lleno de cariño y hablarle del sentido de la vida. ¡Impulsando la vida!. El hecho de que haya en nuestra civilización tan avanzada tantos hombres que mueren de hambre o que se ven azotados por la guerra, demuestra que los jefes que dirigen actualmente el mundo no miran a la gente, sino que cuentan una y mil veces sus armamentos.
¿Entonces? ¡No podemos nada! Meditar sobre “Jesús y la gente” no cambiará al mundo. Más vale que mire a mí alrededor a las pocas personas que puedo ayudar y quizás instruir. Eso hay que hacerlo desde luego; mirar a lo lejos es a veces una evasión, pero cuando nos encerramos en la única preocupación por los que están cerca, dejamos que el mundo vaya errando sin pastores.  ¿Quién puede gritar el evangelio sobre los techos sino los cristianos?  ¿Quién sabrá que Jesús está ahí, entre nosotros, para salvar al mundo, si los cristianos se callan?  El bienestar de la gente se juega en las elecciones, en las asambleas, en las discusiones sobre las leyes y los presupuestos, en los combates por los indefensos, en los medios de comunicación que crean la opinión pública.
Mantenerse lejos de todo eso para ir a refugiarse junto a Cristo es engañarse sobre Cristo. Cuando él miraba a la gente, se sentía lleno de cariño, pero de un cariño que lo comprometía. Habló con calma a la gente y murió por ella. Ser discípulos suyos es intentar hablar a la gente por todos los medios.  Y son muchos. Es entrar en las grandes acciones contra la ignorancia, el hambre, la injusticia.  Sólo el amor que se compromete habla de Cristo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Movidos por el Espíritu de Jesús, presentemos A Dios nuestras oraciones diciendo: R. Escúchanos, Señor.

1.- Por todos los cristianos del nuevo milenio; que seamos uno en el amor. Oremos al Señor.

2.- Por Los pastores del Pueblo de Dios; que congreguen, guíen y acompañen a los fieles con sabiduría y rectitud. Oremos al Señor.

3.- Por los gobernantes de todo el mundo; que promuevan la justicia y el derecho y gobiernen con prudencia y equidad. Oremos al Señor.

4.- Por los que se han alejado de sus comunidades cristianas y por los que viven en el error o el pecado: que Jesús, el Buen Pastor, los atraiga y les de su paz y reconciliación. Oremos al Señor.

5.- Por los niños maltratados, los ancianos abandonados, los jóvenes desorientados; que no les falte nunca una mano amiga que los oriente y conforte. Oremos al Señor.

Suscita, Señor, en tu pueblo deseos de unidad y reconciliación y ya que nos purificaste con la sangre de tu Hijo, escucha nuestras oraciones y danos tú mismo espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor.


ORACION SOBRE LAS OFRENDAS

Oh Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único los diferentes sacrificios de la ley antigua, recibe la ofrenda de tus fieles siervos y santifica estos dones como bendijiste los de Abel, para que la oblación que ofrece cada uno de nosotros en alabanza de tu gloria beneficie a la salvación de todos. Por nuestro Señor Jesucristo.

ORACION DESPUES DE LA COMUNION

Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentos con los sacramento del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PALABRA DE DIOS Y SANTORAL DE CADA DÍA

Lunes 23: Mi 6, 1-4.6-8; Sal 49; Mt 12, 38-42
Martes 24:   Mi 7, 14-15. 18-20; Sal 84; Mt 12, 46-50.
Miércoles 25:  Hch 4, 33; 5, 12.27-33; 12, 2 (0 bien: 2 C 4, 7-15); Sal 66; Mt 20, 20-28.
Jueves 26:  Jr 2, 1-3. 7-8.12-13; Sal 35; Mt 13, 10-17.
Viernes 27:  Jr 3, 14-17; Sal: Jr 31; Mt 13, 18-23
Sábado 28:  Is 9, 1-3.5-6; (O bien: Flp 4, 4-9); Sal: Jdt 13, 18bcde.19; Lc 1, 39-47.
Domingo 29:

COMENTARIOS AL EVANGELIO
Mc 6, 30-34

1.Texto.
El versículo inicial, informando sobre el retorno de los doce, empalma con el relato de su envío el domingo pasado. La traducción litúrgica parece presuponer un empleo técnico del término apóstol, pero probablemente va demasiado lejos. En Marcos el término tiene todavía la acepción normal de enviado. El retorno de los enviados viene envuelto en el calor del Maestro ante la afluencia de la gente. Esta mención del gentío viene a sumarse a las muchas otras menciones con que Marcos ha jalonado su relato. Puedes comprobarlo en Mc. 1, 33; 2, 213; 3, 7-8.20; 4,1-2; 5-21. En una de ellas. Mc. 3, 20, se hace referencia, lo mismo que hoy, a la dificultad de poder comer. Otras tres menciones, Mc. 2, 2.13; 4,1-2, presentan la misma secuencia de escenas que hoy: afluencia-enseñanza de Jesús. Como viene siendo habitual, tampoco hoy explicita Marcos la enseñanza. La única excepción a la regla ha sido la enseñanza en parábolas sobre el Reino de Dios en el cap. 4. Pero, como buena excepción, viene a confirmar la regla de que cuando Marcos no explicita la enseñanza es porque ésta se refiere a la llegada del Reino de Dios, enseñanza que Marcos ha colocado programáticamente al comienzo de la actividad de Jesús en 1, 14-15.
Lo que Marcos no había hecho en las menciones del gentío anteriores a la de hoy era valorar el hecho de la afluencia de la gente. Esta es la novedad y el interés central del texto de hoy. "Jesús vio la multitud y le dio lástima, porque andaban como ovejas sin pastor". Esta valoración reproduce la situación reflejada en 1R/22/17. "Estoy viendo a Israel desparramado por los montes, como ovejas sin pastor". Se trata de una imagen clásica en la literatura bíblica y que, salvo en Nm. 27, 17, aparece siempre en contextos de acusación a los pastores. La primera lectura litúrgica de hoy es un buen ejemplo. En el breve texto de hoy Marcos presenta a Jesús y a sus enviados como pastores del Pueblo de Dios en cuanto docentes de la llegada del Reino de Dios.
Comentario.
En la literatura bíblica el pastor va delante ahuyentando los miedos del rebaño. Estos miedos se pueden tipificar en una escisión o lucha entre el ansia de libertad por una parte y el deseo o necesidad de seguridad por otra. El pastor bíblico tiene en cuenta ambos deseos (libertad, seguridad) y no sacrifica ninguno de los dos. Por esta razón, la seguridad que ciertamente da el pastor bíblico está siempre ataviada de novedad y de imprevisión. Un ejemplo: Moisés y el pueblo en el desierto camino de la tierra anhelada. Las quejas del pueblo eran absolutamente razonables. El hambre y la sed estaban ahí, eran una realidad. El pueblo necesitaba agua y pan, sencillamente porque se estaba muriendo de sed y de hambre. Moisés, el pastor de ese pueblo, tenía que dar una solución. El pueblo le ofrecía una muy concreta: el agua y el pan de Egipto. ¡Pero eran el agua y el pan de la esclavitud! Moisés no la aceptó y a cambio les dio un agua y un pan inéditos, nuevos, imprevistos para el pueblo. En el evangelio de Marcos lo seguro y lo inédito o nuevo se concentran en una frase: el Reino de Dios ha llegado (Mc. 1, 15).
Alberto Benito, Dabar 1988, 39




2.- Texto. 
Marcos recoge en los primeros versículos el retorno de los doce de su primera actividad como enviados. Es un retorno al Maestro que los ha enviado y que los acoge con cariño y solicitud maternales. La escena rezuma lozanía y autenticidad, algo que no se encuentra en los paralelos de Mateo o Lucas. Marcos está dando así forma a la imagen de Jesús pastor, que constituye el verdadero centro de interés del conjunto del texto. Este es absolutamente necesario leerlo desde el telón de fondo de Jeremías 23, 1-6 (primera lectura del día) y, sobre todo, de Ezequiel 34. El texto de Ezequiel está a la base no sólo del texto de hoy, sino del relato siguiente sobre el alimento ofrecido por Jesús a la multitud que le busca. En concreto, sería conveniente leer Ez. 34, 11-16. Marcos ha escrito su texto desde la certeza de que Jesús da cumplimiento a esos seis versículos de Ezequiel.
Comentario.
Una vez más Marcos no nos ofrece contenidos doctrinales, sino que pone ante nosotros una persona: Jesús. En esta ocasión no con los rasgos imponentes de quien se enfrenta a la enfermedad y a la muerte (cfr. Mc. 5, 21-43), sino con la delicadeza de quien venda una herida y la solicitud de quien busca a un ser querido perdido en la montaña. Marcos nos ofrece así una nueva razón para depositar en Jesús nuestra confianza y nuestra fe. Jesús es, en efecto, alguien absolutamente creíble. Dar con él es la mejor recompensa para el que busca sentido a la vida.
A. Benito, Dabar 1991, 27