viernes, 11 de enero de 2013

LECTURAS Y COMENTARIO DEL DOMINGO 13 DE ENERO DEL 2013


EL BAUTISMO DE JESÚS


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías 42,1-4.6-7

Así dice el Señor: «Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en las tinieblas.».

SALMO RESPONSORIAL ( Sal 28)

El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamen al Señor,
aclamen la gloria del nombre del Señor,
póstrense ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!».
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.

SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10,34-38

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.
Conocen lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.».

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas 3,15-16.21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.».
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto.».

COMENTARIO

Celebramos con la Iglesia universal el bautismo del Señor y una de las cosas que llama la atención es que cuando los evangelistas describen este hecho, su atención no se centra tanto en el rito purificador del agua como en la acción del Espíritu Santo que desciende sobre él. Sin duda, quieren dejar bien claro desde el comienzo que Jesús, el protagonista de las páginas que van a seguir, es un hombre lleno del Espíritu de Dios que le hace invocar a Dios como Padre y le urge al servicio de los hermanos necesitados.
Nuestra sociedad actual no parece demasiado abierta al Espíritu de Dios. Pero, sorprendentemente, cuando los hombres se cierran al Espíritu, caen esclavos de una multitud de "pequeños espíritus". Estamos asistiendo entre nosotros a un renovado interés por la parasicología, la astrología, el tarot, el ocultismo y los horóscopos. Hace poco a lo dicho por el calendario Maya y el fin del mundo. Y no siempre es curiosidad científica o puro pasatiempo.
Con frecuencia, la fe es sustituida por las más curiosas supersticiones y, a falta de verdadera espiritualidad, se nos infiltra, de mil maneras, toda clase de "espiritismos". Incluso estamos observando el renacimiento de recetas, métodos, fórmulas y caminos de salvación donde se intenta, de manera mágica, poner al Espíritu Santo al servicio de nuestros deseos. Más de un sacerdote ha tenido que catequizar actitudes paganas de creyentes que van a la iglesia en pos del agua de cáliz, aceite bendito, agua bendita para ritos mágicos, etc...
Cuando la religión es utilizada desde una actitud no religiosa y la invocación al Espíritu  Santo se reduce a asegurar la "obtención de favores", la fe queda vacía de su verdadero contenido. Abrirse al Espíritu es otra cosa. Se trata de acoger humildemente la presencia creadora de Dios en nosotros.
Dejarse purificar y modelar por el Espíritu que animó toda la actuación de Jesús. Vivir desde la fe la experiencia de un Amor que nos envuelve y nos hace invocar a Dios como Padre y acercarnos a los otros como hermanos.
Los verdaderos "favores" del Espíritu Santo son los frutos que suscita en nosotros: "amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, dominio de sí" (1Cor 12, 06-11).
Terminemos este comentario evangélico subrayando el "hoy" característico de Lucas, que aparece en la cita sálmica -"Hoy te he engendrado"- y que vuelve a aparecer un poco más adelante en el sermón de Nazaret. Tomando sus distancias frente a una fe evangélica demasiado exclusivamente orientada hacia la salvación futura, Lucas subraya la prioridad del presente.
Es "hoy" cuando Jesús es Mesías-Salvador de su pueblo; "hoy" cuando entabla el combate contra los "enemigos"; "hoy" cuando se entrega a Dios...
 "Hoy" es también cuando las palabras de la Escritura se cumplen para todos aquellos que participan en la unción regia de Jesús, reciben la efusión del Espíritu y entablan en torno a él el "gran combate".
El tema del hoy de la acción divina toca fácilmente el corazón de los cristianos contemporáneos; Lucas nos ofrece la ocasión de subrayar este tema, de impulsar a los cristianos a vivirlo más.
 Pbro. Roland Vicente Castro Juárez