CONSAGRACION DEL TEMPLO PARROQUIAL
Al
inicio del Año de la Fe y con alegría en una celebración llena de fieles,
Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V. realizó la Dedicación de la
parroquia Santa Rosa de Lima de Talara a Dios, iglesia en la que la comunidad
cristiana se reunirá para escuchar la palabra de Dios, para orar unida, para
recibir los Sacramentos y celebrar la Eucaristía.
Monseñor
Eguren hizo mención de lo que el Santo Padre Benedicto XVI pidió para el Año de
la Fe: "intensificar la celebración de la Fe en la liturgia y de modo
particular en la Eucaristía. En este espacio se renovará la palabra de Dios y
se hará el culto al Señor. Dios hará descender su Gracia para unirnos a su hijo
Jesucristo a través de la Eucaristía que es el cuerpo entregado y sangre derramada
de Cristo en la Cruz.
"El
Año de la Fe también nos pide estudiar, celebrar en la Eucaristía y ser
testimonio creyente de nuestra fe. Sin la liturgia y los sacramentos, la
profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la Gracia que sostiene
el testimonio de los cristianos. Del mismo modo la enseñanza del Catecismo
adquiere su propio sentido cuando se pone en relación con la Fe, la liturgia y
la oración" continuó nuestro Pastor.
Monseñor
Eguren exhortó a los fieles a vivir una vida cristiana coherente,
intensificando su fe pues "si la Fe no da fruto en el amor queda estéril,
y el amor necesita de la fe porque sin la fe cae en el vaivén de la duda. Que
por nuestras obras de amor, y por la coherencia, los demás puedan ver y decir
que somos verdaderamente cristianos y que Jesús es nuestro Señor".
Cabe
destacar que la Dedicación y Unción de la iglesia parroquial Santa Rosa de Lima
se realizó de manera especial por Monseñor Eguren, iglesia que consagrada a
Dios será casa de salvación y de gracia.
El
Arzobispo hizo la plegaria de Dedicación en la que se expresa la voluntad de
dedicar para siempre la iglesia al Señor y se pide su bendición; continuó con
la unción de los muros marcando las 12 cruces distribuidas en la iglesia que
significa que ella está dedicada toda entera para siempre al culto cristiano,
se hacen doce unciones, según la tradición litúrgica, para significar que la
iglesia es imagen de la ciudad santa de Jerusalén, fundamentada en los Doce
Apóstoles del Señor, construida con las piedras vivas que son los fieles; luego
se inciensa el altar y las paredes del templo para significar que el sacrificio
de Cristo, que se perpetúa allí sacramentalmente, suba hasta Dios como suave
aroma.
Asimismo,
para expresar que las oraciones de los fieles lleguen agradables y
propiciatorias, acompañadas del aroma de las buenas abras, hasta el trono de
Dios; Seguidamente se revistió el altar con el mantel y la flores y se iluminó
con los sirios sobre él, indicando que el altar cristiano es ara del sacrificio
eucarístico y al mismo tiempo la mesa del Señor, alrededor de la cual los
sacerdotes y los fieles, en una misma oración pero con funciones diversas,
celebran el memorial de la muerte y resurrección de Cristo y comen la Cena del
Señor.
Al
finalizar la Santa Misa Monseñor Eguren agradeció el trabajo de los sacerdotes
de esta parroquia y de los fieles por la reconstrucción del templo.